RELIEVE 289

La obra construye su estructura a partir de tensiones entre geometrías puras y cortes abruptos, generando un equilibrio dinámico sobre un fondo negro que unifica y potencia el contraste. La figura roja, irregular y desplazada, establece un polo de energía que dialoga con la estabilidad del rectángulo azul en el módulo inferior. Esta relación crea un movimiento visual oblicuo que evita la rigidez ortogonal y activa el recorrido del ojo.

Las líneas blancas y verde-amarillas funcionan como ejes de orden y circulación, marcando ritmos y segmentando el plano en capas que refuerzan la noción de relieve. El trazo ortogonal blanco en la zona inferior introduce una dimensión casi arquitectónica, delimitando y tensionando el espacio negativo. El conjunto se sostiene en el balance entre masa y dirección: las formas aportan peso, las líneas distribuyen fuerzas. Así, la composición consolida un equilibrio no simétrico, preciso pero dinámico, propio del lenguaje concreto.

Fue donada por la Fundación Mundo Nuevo en el año 2007.