
CAMBALACHE
Miranda, Marcela
La artista presenta una figura humana que abandona toda idealización heroica. El cuerpo, ligeramente vencido, se construye con trazos rectos, curvos y quebrados que generan volumen, dramatismo y tensión. La obra se aparta del realismo para ofrecer una imagen simbólica, donde el hombre, descalzo y resignado, encarna la amarga filosofía del tango: “No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao.” Ubicado en el margen del encuadre, parece excluido del mundo, como si aceptara su destino. Miranda representa una experiencia social compartida: la pérdida de sentido, la corrosión de los valores y la desconfianza en la sociedad. Como en Cambalache, el arte denuncia, pero también se vuelve un acto de resistencia.
La obra forma parte de una carpeta referente al tango Cambalache de Enrique Santos Discépolo, que fue donada al Museo Legislativo en 1995.