LINCOLN
LINCOLN, Bs. As.
El Carnavalincoln es el mayor espectáculo a cielo abierto de la Provincia de Buenos Aires y cada año seduce a quienes lo visitan por su deslumbrante corsódromo donde desfilan un centenar de motivos de dimensiones imponentes confeccionados por los maestros carroceros mediante la técnica de la cartapesta. Además, cada noche cierra con un show musical de la mano de los mejores artistas de renombre nacional e internacional.
En Lincoln históricamente este festejo, con más de 130 años de arraigo, se ha vinculado a una forma particular de vivir el carnaval y a la expresión de la cultura e identidad del pueblo linqueño. El carnaval es una fiesta y, al mismo tiempo, una manifestación del ingenio y la creación colectiva para comprender parte de la realidad social, la cual se vuelca y representa en las imponentes carrozas, cabezudos, máscaras sueltas, marionetas, atracciones mecánicas, batucadas, comparsas y carros musicales.
En octubre de 2018, a través de las gestiones iniciadas por el actual intendente Salvador Serenal, ante la Cámara de Diputados y el Senado de la Nación, el distrito de Lincoln fue designado “Capital Nacional del Carnaval Artesanal” (Ley Nacional Nº 27.404)
Su historia
El Carnaval de Lincoln tiene más 130 años. Ya en 1889 se registran las primeras colaboraciones de la comuna con la organización de los festejos que contaban con una animada concurrencia de los pobladores.
En 1928 se produjo el gran quiebre en los carnavales, cuando el profesor Enrique Alejandro Urcola sumó sus conocimientos de artista plástico e incorporó la técnica de cartapesta. Esto le permitía lograr el modelado de grandes figuras caricaturescas sobre esculturas de barro mediante la superposición de trozos de papel con engrudo, técnica que también desarrollaba en sus trabajos de escenografía en el Teatro Colón.
Ese año, Urcola confeccionó una carroza con movimientos a la que llamó “Los Peliculeros” y dio origen a lo que con el tiempo se convertiría en el principal atractivo de esta tradición artesanal que ya suma más de 90 años y que ostenta una costumbre popular.
Con la llegada de las nuevas camadas de carroceros los trabajos fueron superándose en calidad, no sólo por los ingeniosos personajes elegidos sino también por la cuidadosa técnica de realización que permitía el detalle sutil de los gestos y una producción que el público premiaba con exclamaciones y aplausos. A lo largo de los años surgieron las minicarrozas, las máscaras sueltas y los cabezudos. Estas atracciones de cartapesta, junto a las carrozas, representan verdaderas expresiones populares y marcan la identidad del carnaval linqueño.