HUELLAS DE LA MEMORIA

Alejandro Avakián (Buenos Aires, 1959): hijo de una familia armenia dedicada al comercio y a la industria, realizó estudios de economía y de biología. A los veintisiete años se acerca a la pintura. Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, donde conoce a Osvaldo Attila, su maestro. Abandona la vida académica y profundiza en la pintura a través de la forma y del estudio de los elementos del lenguaje visual. De ese lenguaje visual, Avakián expresa "que se aprende en la indagación de los elementos que se cruzan con las verdades en el mundo que nos circunda". El movimiento es parte de su obra y de su vida; y los viajes, su manifestación.

La necesidad de transformación hace que se reinvente en forma continua. Su patrón es la energía. Esa energía del lugar y de la gente, es la que lo inspira a pintar.

Abre talleres en Buenos Aires y Nueva York.  Sus ámbitos son Barracas y Brooklyn, los bares de jazz, la música de Charly y Piazzolla, el genio de Monet y Picasso.

El lenguaje expresionista y desmesurado se traduce en grandes telas, con trazos salvajes y viscerales; su pincelada es amplia y rotunda.

Los viajes a Oriente definen la influencia de la estética y espiritualidad japonesa, la utilización de la tinta; del blanco y del negro; y del lenguaje caligráfico oriental. 

La metamorfosis es constante. Aquí, lo indescifrable cobra protagonismo.  

CURADORES: Silvina Viganó y Carlos A. Hernández

CONOCÉ EL TALLER DE ALEJANDRO AVAKIÁN

INAUGURACIÓN