La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Realizar una sesión homenaje en conmemoración del ex diputado nacional Augusto Conte, en los términos del artículo 221 del Reglamento, en razón de su destacada actuación en la promoción y defensa de los Derechos Humanos.

Señor presidente:

Augusto Conte ha sido un destacado y brillante defensor de los Derechos Humanos, compromiso asumido ya en los siniestros años de la última dictadura militar en la Argentina.

Demócrata cristiano por convicción y acción, también fue dirigente político, abogado, militante y hombre comprometido con la historia de la recuperación de la Democracia en nuestro país.

Él sintetizó estas dos grandes dimensiones de su vida pública siendo Diputado Nacional electo con el lema “Los Derechos Humanos al Parlamento” y, durante el ejercicio de su mandato, fue la figura destacada en ese campo. Estuvo al servicio de todos y cada uno de los organismos que se hallaban luchando por la Verdad, el Juicio y Castigo a los responsables y la libertad inmediata de los presos políticos que, por haber sido condenados por tribunales militares, la Democracia había heredado de la dictadura.

Fue apoderado nacional del FREJULI, para las elecciones de marzo de 1973 que clausuraron la dictadura de 1966, posteriormente Director Titular del Banco Nacional de Desarrollo. Ejerció la presidencia del Instituto de Infraestructura, posteriormente fue Secretario de Ambiente Humano en el gobierno surgido de las elecciones del 11 de marzo 1973, con la restauración democrática que esas elecciones implicó.

Su militancia política se desarrolló en la corriente “Humanismo y Liberación” del partido Demócrata Cristiano, en el cual tuvo su actividad “suspendida” el 15 de julio de 1976 por la Junta Militar de entonces. En esa oportunidad el partido le envió al general Videla una comunicación que rezaba entre sus líneas las siguientes palabras “…en cumplimiento de un deber de conciencia que no es para nadie un secreto en el país la existencia de grupos que se arrogan el derecho de imponer su propia violencia”, “la anécdota diaria se puebla de ejemplos de secuestros, de crueles torturas y desapariciones de personas y muertes producidas por grupos que parecen escapar al control estatal…”. Una de las primeras firmas al pie de esa carta fue la de Augusto Conte.

En 1975 fue fundador y luego presidente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos junto a Alicia Moreau de Justo y Jaime de Nevares entre otras personalidades.

En 1976 se constituye la Comisión de Familiares de Secuestrados que más tarde llevará el nombre de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas con quienes Augusto tuvo un profundo vínculo de militancia personal

2016 - AÑO DEL BICENTENARIO DE LA DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL"

En 1979 fue fundador del Centro de Estudios Legales y Sociales, organización principalmente formada por abogados que tuvo como principal característica el reunir la documentación y pruebas de terrorismo de Estado que más tarde sería de valor significativo en los procesos judiciales que, ya en democracia, se abrieran a su respecto.

Durante ese año fue el primero en hablar del plan sistemático de secuestro y desaparición de personas que implementó la dictadura como herramienta del terrorismo de Estado y así lo denunció ante las Naciones Unidas.

Tuvo un rol central en los comienzos de la búsqueda de niños desaparecidos. Fue el germen que daría origen a las Abuelas de Plaza de Mayo. Como lo recuerda siempre Estela de Carlotto, la primera comisión para la búsqueda de nietos robados nació en la casa de Augusto Conte.

Nora Cortiñas lo recuerda diciendo: “…Siempre tuvo exactamente la misma actitud hacia los desaparecidos, a todos había que buscarlos por igual sin importar que existiesen evidencias de una muerte segura. Mi recuerdo de él tiene que ver con la forma en que se involucró, sin concesiones, por todos los desaparecidos sin distinción de ningún tipo”.

Entre sus trabajos fundamentales se encuentra “Estrategia represiva de la dictadura militar. La doctrina del paralelismo global” donde describe con minuciosidad el accionar del terrorismo de Estado y explicita su carácter sistemático; “Hoja de ruta: para un nuevo proyecto nacional y popular”, un libro donde es contundente respecto del camino que debían emprender las fuerzas populares para organizar su reconstrucción.

A Augusto le era muy difícil -casi ni pudo imaginar hasta qué punto- hablar de su hijo Augusto María, sin embargo siempre estaba presente, se intuía en cada pensamiento, en cada reflexión, en las corajeadas que Augusto muchas veces hacía como ignorando o desafiando a esa dictadura que le había arrebatado una parte de sí mismo.

Muchas fueron las muertes y muchos los hombres y mujeres que asumieron la defensa de los Derechos Humanos en aquellos sangrientos años, sin lugar a dudas, uno de ellos, que debemos siempre recordar y seguir su ejemplo fue Augusto Conte; un demócrata cristiano con coraje que se jugó permanentemente por la dignidad de las personas.

Con la llegada de la democracia, obtuvo una banca de diputado nacional por la Democracia Cristiana: su trabajo legislativo fue arduo y profundo. Es una obra que nos invita a profundizar en ella, nos sigue interpelando, nos sigue convocando a la reflexión.

Quienes hemos compartido con él la militancia por los Derechos Humanos, así como el trabajo en la Cámara de Diputados de la Nación, tenemos el gran compromiso de recordarlo dando testimonio de su incansable lucha.

2016 - AÑO DEL BICENTENARIO DE LA DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL"

Por ello, proponemos una sesión de homenaje en los términos del Artículo 221 del Reglamento de esta Cámara.