La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más sentido pesar por el fallecimiento de Leontina Puebla de Pérez, quien fuera una de las doce mujeres fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, ocurrido el pasado 4 de Octubre.

Señor presidente:

El pasado 4 de Octubre falleció la señora Leontina Puebla de Pérez, luchadora incansable por la memoria, la verdad y la justicia en nuestro país.

El 28 de marzo de 1977, su hija María Hilda Pérez embarazada de cinco meses fue secuestrada por miembros de la Fuerza Aérea Argentina. Posteriormente, a principios de mayo de 1977 el padre de la beba, José María Laureano Donda fue también secuestrado. En agosto siguiente María Hilda Pérez fue llevada a la ESMA, donde días después dio a luz a una nena a la que llamó Victoria y a quien, le pasó un hilo azul por una de sus orejas, con la ilusión de que pudiera ser identificada algún día.

A partir de ese momento Leontina Puebla de Pérez comenzaría el derrotero por la búsqueda de su verdad y la de miles de argentinos. En octubre de 1977 recibió la invitación de Alicia Zubasnabar de De la Cuadra, "Licha", también participante de las rondas de las Madres, para formar un grupo de abuelas con la finalidad de encontrar a sus nietos desaparecidos. Fue una de las doce mujeres fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo que comenzaron a reclamar justicia ante las autoridades de facto de aquel momento.

Nada ni nadie detuvo a las Abuelas de Plaza de Mayo para buscar a sus nietos. Realizaron diversas actividades, incluidas visitas diarias a los juzgados de menores, orfanatos, oficinas públicas, a la vez que investigaban las adopciones de la época. También recibían todo tipo de información que la sociedad les hacía llegar sobre sus posibles nietos.

Leontina Puebla de Pérez no tuvo novedades de su hija, ni de su nieta hasta julio de 2003, cuando en la sede de la organización se recibió una denuncia que coincidía con la historia de Victoria.

Ya en el año 2004, Estela Carlotto (Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo) llamó a Canadá, donde residía Leontina junto a su otra hija, para darle la noticia que estaba esperando hacía veintisiete años: habían encontrado a su nieta. La joven, que estaba al lado de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, tomó el teléfono para hablar con su abuela. “¿Cómo te llamás?”, preguntó la señora. “Desde hoy me llamo Victoria”, contestó ella. “Soy la de los hilitos azules”-narra una entrevista periodística.

Leontina Puebla de Pérez fue un ejemplo de lucha y perseverancia. No muchas veces la historia nos brinda la posibilidad de ver reflejada en resultados el desenlace de batallas por causas tan nobles como la de esta madre y abuela que junto con otras 11 mujeres valientes lograron sembrar la esperanza en miles de argentinos que reclaman por recuperar su identidad y el esclarecimiento de la verdad. Ese resultado hoy lo celebramos en cada uno de los 121 nietos recuperados que sin dudas trasciende el plano de la lucha individual de sus abuelas y forma parte de una libertad alcanzada por la democracia.

Por los motivos expuestos solicito a mis pares que me acompañen en este proyecto de Resolución.