La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio al accionar de un grupo de Prefectos, que el pasado 24 de Septiembre, secuestró, golpeó, torturó y robó a los colaboradores de la revista La Garganta Poderosa, Ezequiel e Iván de 15 y 18 años respectivamente.

Señor presidente:

Este proyecto tiene por objetivo repudiar los hechos ocurridos el pasado 24 de Septiembre, cuando un grupo de Prefectos, secuestró, golpeó, torturó y robó a los colaboradores de la revista La Garganta Poderosa, Ezequiel e Ivan de 15 y 18 años respectivamente en la Villa 21, actuando con total impunidad.

El sábado 24 de septiembre por la noche, la Policía Federal paró a Ezequiel Villanueva Moya y a Iván Navarro, quienes simplemente se estaban saludando como lo hacen dos amigos en cualquier lugar. Sin embargo, la actitud pareció levantar una increíble sospecha en los policías, quienes retuvieron a los chicos y los maltrataron durante un rato.

Si esa actitud ya era merecedora de repudio, lo que sucedió posteriormente fue peor. Apenas unos metros más delante de lo sufrido con los policías, los jóvenes fueron interceptados por 3 patrulleros de Prefectura, con 4 oficiales cada uno. Los prefectos hicieron subir a ambos a un patrullero y los llevaron a una garita para golpearlos. Luego de esa golpiza no los liberaron, sino que continuaron con este accionar aberrante llevándolos a un descampado cerca del Riachuelo donde los jóvenes siguieron sufriendo las torturas.

En ese descampado no sólo los golpearon, sino que los hicieron hacer abdominales mientras los golpeaban, les tiraban el humo de cigarrillo en la cara, los amenazaron de muerte mientras les gatillaban sus armas. Entre esas amenazas se reían de los jóvenes y los increpaban. Después de todos estos tormentos propinados a los jóvenes los dejaron ir, no sin antes decirles que corran y no miren para atrás.

Los chicos denunciaron esto y lo hicieron público no sólo por ellos, por hacer visible una problemática que es conocida pero que se quiere mantener oculta, sin que se diga, sin que se sepa. Lo que Iván y Ezequiel hicieron fue hacerle frente a la violencia institucional.

La actitud de los prefectos no solo es de cobardes, sino que demuestra que existen sectores que no saben ni quieren vivir en democracia. Agravándose cuando esos sectores se encuentran insertos de las fuerzas de seguridad, lo que nos trae a la memoria el accionar de esas fuerzas en la época más oscura de nuestra historia. Todavía nos queda mucho por hacer en resguardo de las prácticas democráticas y el respeto por los derechos humanos; pasivos ante hechos de esta índole no es el camino.

Es necesario que todo el arco político repudie este hecho aberrante y se disponga a luchar contra la violencia institucional para que ninguna persona más pase por estas situaciones que nada tienen que ver con la vida en democracia.