La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar beneplácito por el tricampeonato nacional de cestoball masculino obtenido por el Club Judiciales de Santiago del Estero en el torneo disputado del 13 al 15 de agosto de 2016 en General Pico, La Pampa

Señor presidente:

El Club Judiciales de Santiago del Estero se consagró tricampeón de la Liga Nacional de Cestoball Masculino que, en su tercera edición, se disputó en el Club Cultural Argentino de General Pico, La Pampa, del 13 al 15 de Agosto 2016.

En la final superó a Estudiantes de Tucumán por 111 a 58 y se consolidó como el líder indiscutido de la especialidad.

El hecho, que podría pasar desapercibido entre otros logros parecidos alcanzados por equipos de otras especialidades, adquiere una importancia particular porque, si bien el cestoball no es una disciplina de las más populares en Argentina, no ha dejado de crecer a lo largo de sus más de cien años de existencia y, en los últimos tiempos viene desarrollando interesantes acciones de expansión, entre las que se destaca la inclusión del sexo masculino entre sus practicantes.

A principios del siglo XX el profesor argentino Enrique Romero Brest creó un deporte pensado para ser practicado por mujeres, al que denominó Pelota al Cesto, era una variación del básquetbol con adaptaciones para limitar el roce físico. Progresivamente fue incorporándose a las clases de educación física que se dictaban en las escuelas para niñas y se desarrolló en los clubes, entre los años treinta y cincuenta especialmente en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de La Pampa y Buenos Aires.

Comenzó a internacionalizarse en Sudamérica en la década del setenta y en 1985 se gestionó la unificación de reglamentaciones con otras especialidades europeas como el korfball holandés y el netball británico originándose el actual CESTOBALL.

A lo largo de su historia en el país este deporte intentó en varias oportunidades extender su práctica al sexo masculino. El cambio de reglas facilitó esa inclusión, dado que en Europa lo practicaban tanto hombres como mujeres.

Sin embargo, el proceso fue lento, afectado inclusive, por cierta carga prejuiciosa que condicionaba la incorporación de los varones a una especialidad que seguía siendo considerada en el país como exclusivamente femenina.

La provincia de Santiago del Estero, la tercera en importancia dentro del cestoball argentino, ha puesto especial interés en este movimiento y sus equipos masculinos lideran todas las competencias nacionales.

En épocas de integración y de búsquedas de igualdades entre géneros, y cuando el deporte en todas sus disciplinas es considerado como un agente formidable de educación, formación e inclusión, no se justifica no propiciar la apertura y crecimiento de este nuevo espacio.

En ese marco es válido destacar el triunfo del conjunto santiagueño y aportar para alcanzar en breve los objetivos mencionados.

Por lo expuesto solicito a mis pares que me acompañen en la iniciativa.