Cuando las etiquetas estallan
Honrada por la invitación a colocar una reflexión en torno al concepto de pluralización, comenzaré por afirmar que esa hiperfragmentación es una marca de época. Es decir, no podemos pensar esa intensificación del carácter plural de nuestras sociedades por fuera del capitalismo neoliberal, en tanto ethos. ¿Por qué? Porque el neoliberalismo es un proyecto civilizatorio, societal (Murillo, 2008 y 2012); uno de cuyos éxitos ha sido instituir, por un lado, la competencia como norma general de la existencia individual y colectiva y, por el otro, la empresa como modelo de subjetivación. Digo, entonces, que la fragmentación social es hija del ethos neoliberal en tanto incesante productor de una subjetividad contable y financiera, que hace competir sistemáticamente a los individuos entre sí (Dardot y Laval, 2013).
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