Silvana Micaela Ginocchio
Diputada de la Nación
UNIÓN POR LA PATRIA
Período: 10/12/2021 - 09/12/2025
PROYECTO DE LEY
Expediente: 7844-D-2018
Sumario: "AÑO DE LAS GARANTIAS LABORALES UNIVERSALES Y EL DIALOGO SOCIAL - CENTENARIO DE LA CREACION DE LA ORGANIZACION INTERNACIONAL DEL TRABAJO - OIT -". SE DECLARA COMO TAL AL AÑO 2019.
Fecha: 19/02/2019
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 187
ARTICULO 1.- Declárase el año 2019 como “Año de las garantías laborales universales y el diálogo social - Centenario de la creación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”
ARTICULO 2.- La presente ley tiene como objetivos la difusión, promoción y reflexión de las normas, valores y principios de la Organización Internacional del Trabajo -OIT-, la importancia del trabajo decente y de las garantías laborales universales, como del diálogo social.
ARTICULO 3.- Se invita a los Gobiernos provinciales y gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la presente ley.
ARTICULO 4.- Comuníquese al Poder Ejecutivo
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Este año se cumplen los 100 años de la creación de la Organización Internacional del Trabajo e inicia un segundo siglo de existencia trabajando en el objetivo universal de que los seres humanos tengan derecho a perseguir su bienestar material y desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, seguridad económica y en igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo.
Desde su creación en 1919, mediante el tripartismo (Gobierno, empleadores y trabajadores), ha promovido derechos sociales y laborales, el empleo, la protección social y el diálogo social a escala internacional, en la lucha contra la pobreza y búsqueda de la justicia social, con normas que han tenido por fin mejorar la calidad de vida de millones de personas a través de un sistema de normas internacionales, 189 Convenios y 205 Recomendaciones, que funcionan como estándares globales y fueron adoptados por los Estados miembros a lo largo de los últimos 100 años, y que constituyen la piedra angular de la OIT y de su mandato.
Su accionar hizo foco, y lo continúa haciendo, en la pobreza, en tanto la pobreza extrema y la pobreza relativa afectan a la persona humana en su dignidad, al privarla de condiciones básicas para vivir decentemente. Y el trabajo es alimento, es calidad de vida, es oportunidad, desarrollo y paz para una sociedad. La lucha contra la pobreza requiere de una cooperación en la comunidad internacional para poner en práctica soluciones coordinadas, con instituciones eficientes.
Indudablemente el marco social se ha modificado desde 1919, y el mundo del trabajo, visto desde este presente enfrenta nuevos desafíos, crisis y problemáticas, haciéndose cada vez más necesario unificar legislación y la sujeción de los estados a las normas internacionales del trabajo, tomando a la persona humana como centro de interés.
Desde que Juan Somavía, Director General de la OIT, incluye en su Memoria ante la Conferencia Internacional del Trabajo en 1998 el término “trabajo decente” mucho se ha escrito y hablado sobre este paradigma. Trabajo Decente, y el pleno empleo productivo figuran en las estrategias de desarrollo y de la reducción de la pobreza, dentro de la perspectiva del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo de la Agenda 2030, para que nadie quede atrás en el mundo del trabajo. Son claves para el bienestar social, para una globalización justa, equitativa e inclusiva y reducir la pobreza mundial.
El trabajo decente como concepto busca expresar ni más ni menos que la concreción de principios y derechos fundamentales en el trabajo. Trata sobre un trabajo libre, productivo, seguro. La oportunidad de acceder a un empleo, con un ingreso justo, que brinde seguridad en el lugar de trabajo, respeto de derechos laborales, con protección social, desarrollo y proyecto personal, integración social, libertad e igualdad de oportunidades y trato para todos.
Oportunidades – dignidad humana – paz: Para que existan oportunidades de trabajo en condiciones de igualdad, seguridad, libertad y dignidad, es preciso un entorno de crecimiento y capacidad empresarial, pero por sobre todo de inversión. La Promoción del desarrollo con dignidad humana. Lo cual Fortalece las democracias, reafirma valores esenciales, y favorece la humanización del mundo del trabajo y la paz universal. Paz que se relaciona como un valor que tiende al respeto y disfrute de los derechos humanos, la eliminación de toda forma de violencia y responsabilidad compartida en la comunidad internacional, con el deber de promoverla.
En 2015, la Asamblea General de ONU, convirtió en elementos centrales de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible al trabajo decente y sus cuatro pilares: creación de empleo, protección social, derechos en el trabajo y diálogo social del “Programa Trabajo Decente”. El Objetivo 8 de la Agenda 2030 insta a promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo productivo y el trabajo decente, encontrándose contenido en las metas de los otros 16 objetivos de desarrollo. Para OIT constituye un ámbito de actuación fundamental.
Dentro de los aspectos más destacados de su accionar se puede mencionar lo atinente a la protección social, preocupación que desde sus inicios es una prioridad, impulsando por un lado la implementación de pisos nacionales de protección que comprenden garantías básicas de seguridad social, y por otro, mejorar los sistemas existentes, y alcanzar a mayor número de personas.
“La experiencia nos enseña que el crecimiento económico por sí solo no es suficiente. Debemos hacer más para empoderar a las personas gracias al trabajo decente, apoyarlas a través de la protección social, y garantizar que las voces de los pobres y los marginados sean escuchadas”. Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas, Día mundial de la justicia social, 2014
El diálogo social es uno de los principios fundacionales de la OIT, y modelo de gobernanza para promover la justicia social, las relaciones equitativas en el lugar de trabajo, el desarrollo sostenible y la estabilidad social y política. De este modo en la estructura y las funciones básicas de la Organización participan los gobiernos, los trabajadores y los empleadores.
El diálogo social tiene como principal objetivo promover el consenso y participación democrática de los interlocutores, y debe ser eficaz en función del respeto de los derechos fundamentales, existencia de organizaciones de trabajadores y empleadores fuertes e independientes, la participación y compromiso. Está contenido y presente en casi todos los convenios y recomendaciones de la OIT, así como en el Programa de Trabajo Decente.
Esta condición hace que La OIT desempeñe un papel crucial, como organismo idóneo para actuar como guía frente a nuevas y extraordinarias perspectivas del mundo del trabajo y grandes desafíos para las generaciones futuras, haciendo preciso tomar de conciencia y trabajar en la difusión del significado del trabajo decente y sostenible, para avanzar hacia la estabilidad social y estimular el progreso económico como comunidad internacional con cada vez mayor interdependencia.
La justicia social es clave en el contexto de globalización. El pleno empleo es posible cuando se piensa y trabaja para alcanzar una sociedad para todos. El diálogo social debe buscar condiciones que sean favorables al crecimiento económico sostenible y con justicia social.
Historia: La OIT nace el 11 de abril de 1919, como un espacio de compromiso con la justicia social, en un contexto histórico de agitación, transformaciones y finalización de la Primera Guerra Mundial, con el Tratado de Versalles, que pone formalmente término al estado de guerra. Los estados intervinientes, deseando establecer una paz sólida, justa y duradera; acuerdan en aquel momento conformar la Sociedad de la Naciones. Este acuerdo de paz, en el Art. 23 dispone: “…los miembros de la Sociedad: a) Se esforzarán en asegurar y mantener condiciones de trabajo equitativas y humanitarias de los hombres, mujeres y niños, tanto en sus propios territorios, así como en todos los países a que se extiendan sus relaciones de comercio y de industria, y para este fin fundarán y conservarán las necesarias organizaciones internacionales…”
La Conferencia de Paz, establece una comisión de trabajo que elabora la constitución del OIT con la convicción de que la justicia social era esencial para alcanzar una paz universal y permanente, es así que en el Preámbulo de la parte XIII, deja expresado:
“TRABAJO. SECCIÓN I. Organización del trabajo. Considerando que la Sociedad de Naciones tiene por objeto el establecimiento de la paz universal, y esa paz sólo puede lograrse si se basa en la justicia social; Y que las condiciones de trabajo que entrañan tal grado de injusticia, miseria y privaciones para gran número de personas pueden producir un malestar tan grande, que constituye una amenaza para la paz y la armonía del mundo, y una mejora de las condiciones se requiere con urgencia: como, por ejemplo, por la regulación de las horas de trabajo, incluido el establecimiento de una jornada máxima de trabajo a la semana, la regulación de la oferta laboral, la prevención del desempleo, la provisión de un salario vital adecuado protección del trabajador contra las enfermedades, y las lesiones derivadas de su empleo, la protección de los niños, los adolescentes y las mujeres, pensiones de vejez y de invalidez, protección de los intereses de los trabajadores empleados en países distintos de su propio reconocimiento del principio de libertad de asociación, la organización de la educación profesional y técnica y otras medidas…”
Asimismo, surge de su letra la necesidad de adoptar un “régimen de trabajo realmente humano” y que si cualquier nación no lo adoptare se convierte en un obstáculo en el camino de otras naciones que deseen mejorar las condiciones en sus propios países.
Por su parte el ARTÍCULO 427 expresa: “…reconociendo que el bienestar físico, moral e intelectual de los trabajadores asalariados es de una importancia esencial desde el punto de vista internacional…”
Son conscientes de que las diferencias de clima, hábitos y costumbres, oportunidades económicas y de tradición industrial, hacen que la estricta uniformidad en las condiciones de trabajo sea difícil de alcanzar de inmediato. Pero, sosteniendo que el trabajo no debe considerarse sólo como un artículo de comercio, existen métodos y principios para regular las condiciones de trabajo, debiendo esforzarse las comunidades industriales por aplicar, en cuanto lo permitan sus especiales circunstancias.
La primera Conferencia Internacional del Trabajo en Washington en octubre del año 1919 adoptó seis Convenios Internacionales del Trabajo, destinados a mejorar las condiciones de trabajo, consideradas de urgente tratamiento en su constitución como la jornada de trabajo en la industria, desempleo, protección de la maternidad, trabajo nocturno de las mujeres, edad mínima y trabajo nocturno de los menores en la industria.
Durante la segunda guerra mundial, en la reunión de Filadelfia de la Conferencia Internacional del Trabajo de la que participaron representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores de 41 países, se aprueba la Declaración de Filadelfia, que se incorpora a la Constitución, y constituye una Carta de los propósitos y objetivos de la OIT que mantiene actualidad hasta nuestros días.
La OIT es la única organización subsistente del Tratado de Versalles y se convirtió en el primer organismo especializado de la ONU en 1946. Cuenta con una estructura tripartita, única en el sistema de Naciones Unidas y en la que figuran tanto las representaciones gubernamentales como las de los empleadores y trabajadores.
Por la labor desplegada, en 1969, la OIT recibió el premio Nobel de la Paz en su 50° aniversario.
Siempre atenta a los cambios que se producen en el mundo del trabajo, la “Declaración sobre la Justicia Social para una Globalización Equitativa” de 2008, reafirma los valores de la OIT y tiene como objetivo fortalecer la promoción del Programa de Trabajo Decente, posibilitando una respuesta efectiva a los grandes desafíos que plantea la globalización. Tiene además la importancia de ser la tercera declaración de principios y políticas adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo desde su Constitución, heredera de la Declaración de Filadelfia de 1944, y de la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y su seguimiento, de 1998. – (páginas oficiales de OIT consultadas)
Informe de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo: Con motivo de cumplirse 100 años desde su creación, el director de OIT, Guy Ryder, convoco una comisión mundial de expertos para que analice problemas y oportunidades relativos al mundo del trabajo. La comisión, que inició su trabajo en julio de 2017, elaboró el informe “Trabajar para un futuro más prometedor”.
El informe reivindica, en primer lugar, la labor de la OIT cuando expresa “la constitución de la OIT sigue siendo el contrato social universal más ambicioso de la historia. en este marco disponemos hoy día de una gran variedad de acuerdos entre países y regiones independientemente de su nivel de desarrollo, que definen las relaciones entre el gobierno y los ciudadanos, los trabajadores, las empresas y los diferentes grupos de población”. Analiza luego problemáticas, los desafíos, formulando recomendaciones.
Enfrentamos desafíos: trata las actuales problemáticas y formula recomendaciones sobre las medidas que deberían tomar los gobiernos, trabajadores y sindicatos, para encaminarnos hacia un trabajo decente.
En esta línea entiende que las trasformaciones que operan en el mundo del trabajo hacen necesario que se fortalezcan y revitalicen las instituciones del trabajo por cuanto estas velan para que el trabajo sea libre en condiciones de dignidad con seguridad económica e igualdad de oportunidades. Dando protección las relaciones de trabajo.
De su letra se desprende: “Los avances tecnológicos -la inteligencia artificial, la automatización y la robótica -crearan nuevos puestos de trabajo, pero quienes van a perder sus trabajos en esta transición podrían ser los menos preparados para aprovechar las nuevas oportunidades. las competencias de hoy no se ajustarán a los trabajos de mañana…”
Entre las nuevas realidades que hacen necesaria una actividad comprometida de gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores y diálogo social menciona la tecnología y globalización, los cambios demográficos y el envejecimiento de la población.
El informe propone un programa centrado en las personas para el futuro del trabajo, con tres ejes de actuación: 1.- aumentar la inversión en las capacidades de las personas, 2.- aumentar la inversión en las instituciones del trabajo, 3.- incrementar la inversión en trabajo decente y sostenible.
Asimismo, insta a asumir responsabilidades en la construcción de un futuro de trabajo justo y equitativo, donde cada país establezca “estrategias nacionales sobre el futuro del trabajo por medio del diálogo social entre los gobiernos y las organizaciones de trabajadores y de empleadores”. Y “aprovechar el potencial transformador de los cambios para crear trabajo decente garantizando los derechos fundamentales del trabajo”.
Dice el informe: “…en la Agenda 2030, la comunidad internacional ha adoptado el objetivo del pleno empleo y el trabajo decente para todos, los países se esfuerzan ahora por alcanzar ese objetivo de acuerdo con los planes nacionales que han elaborado”
Las recomendaciones del informe se formulan en el entendimiento que pueden contribuir a la ejecución de la Agenda 2030: “…Recomendamos que todos los países establezcan estrategias nacionales sobre el futuro del trabajo, confiando para su desarrollo en las instituciones de diálogo social existentes y, cuando sea necesario, creando otras nuevas. Estas estrategias deberían poner en práctica las recomendaciones que formulamos en el presente informe, con arreglo a las circunstancias específicas de cada país. lograr un diálogo inclusivo significa atender, por un lado, a las diversas realidades de las empresas, los lugares de trabajo y las comunidades locales y, por otra, cruzar fronteras para reflejar las dimensiones internacionales de los debates y las ventajas del intercambio fecundo de ideas.”
“Es cierto que hemos recorrido un largo camino desde que se fundó la OIT, pero ante los cambios sin precedentes que se producen en el mundo del trabajo, miramos al futuro con determinación” -Guy Ryder, Director General de la OIT
Para concluir, La humanidad transita un nuevo siglo, en el que la globalización, la interdependencia, los grandes y constantes adelantos de la tecnología, como las nuevas tecnologías de la información, abren nuevos panoramas para el crecimiento de la economía, el desarrollo y mejoramiento del nivel de vida, pero a la par crean problemáticas, crisis y debates en el mundo del trabajo que deben ser afrontadas con diálogo social, con medidas y políticas concretas en función de la persona humana, protegiendo la calidad de vida de los trabajadores.
Desde esta perspectiva, la OIT, que ha desempeñado a través de los diferentes contextos históricos un papel ejemplar, de respeto de derechos humanos y de las libertades fundamentales, está destinada a seguir actuando como guía, en el cumplimiento de su objetivo fundante atinente a que todos los seres humanos tengan derecho a perseguir bienestar material y desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, seguridad económica y en igualdad de oportunidades. Reorientando la economía hacia un crecimiento con trabajo decente y garantías laborales, para poner fin a la pobreza.
Con esta declaración se pretende la toma de conciencia, reflexión y difusión no solo de la centenaria labor de OIT, sino también del significado del trabajo decente y sostenible en las actuales circunstancias, que tiene como implicancia la necesidad de trabajar en el diálogo, la articulación de las políticas macroeconómicas con las políticas sociales y laborales para avanzar hacia una sociedad con espacio para todos y de todos, con generación de oportunidades de empleo, con desarrollo y justicia social, tan necesaria para la consecución y mantenimiento de la paz y la seguridad.
Tal como lo manifiesta el citado informe de OIT: “Gobiernos y organizaciones de empleadores y trabajadores tienen que dar un nuevo impulso al contrato social para responder a los desafíos que afrontaremos en el futuro” la responsabilidad es de nuestra presente generación y de las futuras.
El Próximo 11 de abril de 2019 la Organización Internacional del Trabajo cumple 100 ininterrumpidos años de labor.
Por los fundamentos expuestos, solicito a mis pares acompañen el presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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GINOCCHIO, SILVANA MICAELA | CATAMARCA | ELIJO CATAMARCA |
SAADI, GUSTAVO ARTURO | CATAMARCA | ELIJO CATAMARCA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia) |
LEGISLACION DEL TRABAJO |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
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Diputados | SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DEL DIPUTADO SAADI, GUSTAVO ARTURO (A SUS ANTECEDENTES) |