Declarar de interés de la Honorable Cámara de Diputados el 140º Aniversario de la Escuela “Clara J. Armstrong”, el día 09 de junio del corriente año y cuyo acto central en conmemoración se desarrollará el día 11 de junio, y beneplácito por la presentación del “Proyecto ENCJA: Una mirada a nuestra Historia Institucional”, que se desarrolla desde el año 2013 en ámbito de la Escuela Secundaria N° 2 “Clara Jeannette Armstrong”, de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca.

Señor presidente:

Este proyecto tiene por objeto declarar de interés para esta Cámara de Diputados el 140° Aniversario de la Escuela “Clara Jeannette Armstrong”, y Beneplácito por la presentación del “Proyecto ENCJA: Una mirada a nuestra Historia Institucional.

Su historia se remonta al año 1869, cuando bajo la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento se consolidó un proyecto pedagógico iniciado con la participación de 65 maestras norteamericanas. Consecuentemente, un grupo de damas catamarqueñas inicia gestiones ante el gobernador General Navarro, con el objetivo de lograr la fundación de una Escuela Superior de Niñas. Dicha iniciativa nacida en 1873, recién se concretó en 1878, cuando el gobierno nacional creó -sobre la base de la Escuela Municipal de Niñas- la Escuela Normal de Maestras, bajo la dirección de Clara Jeannette Armstrong, cuando Sarmiento ya se despedía de la primera magistratura.

La Escuela Normal de Maestras ubicada actualmente en calle San Martín 717, del Barrio Centro, de la localidad de San Fernando del Valle, Departamento Capital, en la Provincia de Catamarca, se inserta en una larga tradición docente en el seno de la provincia y en la gran historia del desarrollo educacional. De sus aulas salieron gran cantidad de docentes que sembraron educación y valores no sólo en la provincia, sino en todo el país.

Antecedentes y referencias históricas de educación en Catamarca en el marco Provincial y Nacional: Siguiendo información brindada por el Magister Marcelo Gershani Oviedo, historiador catamarqueño, el primer registro documental en la historia provincial que nos señala la presencia de un maestro en el territorio de la actual de la provincia es en 1688, que da cuenta de un maestro que enseñaba en el actual San Isidro, en Valle Viejo. El 25 de mayo de 1740 las autoridades de la orden franciscana reunida en Buenos Aires dispusieron crear una escuela primaria en el Convento del Valle de Catamarca donde se enseñó a leer, escribir, rudimentos de aritmética y religión. En 1744 los jesuitas abren una escuela primaria y años después se enseñaba gramática, lo que nos está indicando ya la existencia en Catamarca de un ciclo similar a un secundario de hoy. En 1809 fue inaugurado el Colegio de Huérfanas, dedicado a la educación de la mujer. En cuanto a los estudios superiores, ya en 1789 se impartía enseñanza de filosofía y teología en la escuela franciscana, que fue muy concurrida durante la primera mitad del siglo XIX.

Esta escuela superior de San Francisco tuvo gran repercusión nacional y en su tiempo era la única, fuera de la Universidad de Córdoba, donde se podría lograr una alta cultura en el interior del país. Venían a ella desde Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis y de ella salieron varias personalidades destacadas, entre las que se cuentan obispos, diputados, gobernadores y otros exponentes de la cultura del Noroeste. En 1850 abrió sus puertas el Colegio Patriótico Federal de Nuestra Señora de la Merced y en 1864 se inauguró el Colegio Nacional de Catamarca.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, Catamarca manifiesta notables avances en cuanto a educación. La Ley de Educación Común, sancionada en 1871, es la primera ley de esta índole puesta en vigencia en Argentina. A partir de este momento se crean otras instituciones que colaborarán en la educación de la niñez y juventud catamarqueñas: en 1878 se inaugura la Escuela Normal de Maestras y, en 1903, la Escuela Normal Regional de Varones.

Cuando en la presidencia de Nicolás Avellaneda, dice Gaspar Guzmán, se quiso hacer llegar las posibilidades y los beneficios no sólo de la instrucción pública, “sino también de crear las fuentes permanentes que nutrieran el venero de nuevos maestros”, de acuerdo con el pensamiento de Domingo Faustino Sarmiento, ese propósito arribó a Catamarca en 1878, a través de la Escuela Normal de Maestras, antes que la mayoría de las fundadas en las otras provincias.

La Escuela Normal de Maestras fue creada por decreto del gobierno nacional del 27 de febrero de 1878, la cual debía funcionar con el siguiente personal: Directora señorita Clara J. Armstrong; profesoras María Mac Millán, Ana Ponza y Delia Robles.

Armstrong y Mac Millán pertenecían al grupo de maestras norteamericanas que llegaron a nuestro país por gestión de Sarmiento. La primera, Clara J. Armstrong, dice Armando Bazán, además de la Dirección del establecimiento, tenía a su cargo el dictado de las cátedras de Aritmética, Gramática e Historia Natural. La segunda, María Mac Millán, era vicedirectora y dictaba Geometría y Geografía. La inspección de los grados primarios era responsabilidad de Arvilla Cross.

Puede darse como fecha oficial de la inauguración de la Escuela Normal de Maestras el 9 de junio de 1878, con 116 alumnas y con diez becas dotadas por la Nación y cuatro por la Provincia.

En 1881 egresaron las primeras maestras catamarqueñas. Fueron ellas Antonia Álvarez, Natalia Tapia, Telma Brizuela, Margarita Salas, Mónica Jijena, María y Elvira Chueca, Encarnación Alurralde, Rosario Santillán, Manuela Medina y Dolores Villegas.

El acto de colación de grados se realizó el 15 de julio de 1882, presidido por el gobernador de la provincia, Joaquín Acuña. Las primeras egresadas, es decir la primera promoción, lo hicieron con el título de profesoras, las siguientes como maestras y sus títulos fueron entregados por el gobernador de la provincia en acto público.

La Escuela Normal estuvo regenteada por docentes norteamericanas hasta 1892. Al año siguiente fue nombrada Directora la señorita Manuela Maqueiro, correntina de nacimiento. La primera directora nacida en nuestra provincia y, además, egresada de sus aulas, fue Clorinda Orellana Herrera, “que supo forjar una poderosa personalidad en las ciencias de la educación, en el periodismo y aún en las letras”.

El 10 de julio de 1900 se abrió, con 60 alumnos, el Jardín de Infantes del establecimiento, el primero en Catamarca, bajo la dirección de la señorita Pía Didoménico. Consta que ella regaló 200 pesos para la fabricación de mesitas, sillas y demás elementos que se necesitaban.

Los planos del edificio fueron confeccionados por el arquitecto Luis Caravati, por encargo del gobernador Octaviano Navarro. El edificio de la escuela se construyó, en gran parte, con el producido de la colecta efectuada por dos comisiones, una de mujeres y otra de varones, presididas por el doctor Joaquín Quiroga y su esposa, doña Josefa Ovejero, afirma el historiador Gerardo Pérez Fuentes.

En 1879, Clara J. Armstrong eleva al ministro de Instrucción Pública de la Nación su primera memoria. En ella afirma: “Encontramos para el uso de la escuela, un edificio nuevo, bueno y cómodo construido por el gobierno de Catamarca con la ayuda de una comisión de damas y caballeros de los que fueron alma y vida su presidente el Dr. Joaquín Quiroga, -(gran benefactor de Catamarca, su nombre se vincula al de la Escuela Normal)-, y el joven don Julio Herrera en carácter de secretario”.

Al celebrar la Escuela Normal de Maestras su cincuentenario fue bautizada con el nombre de su fundadora: “Clara J. Armstrong”, “como un acto de justicia póstuma a la educacionista que tanto hizo por el arraigo de la escuela en nuestro medio”, escribió la historiadora Elsa Ahumada de del Pino. Era Directora del establecimiento Clorinda Orellana Herrera. El acto, presidido por el gobernador Urbano Girardi, se realizó el sábado 25 de agosto de 1928. La velada literaria-musical se llevó a cabo en el Salón del Colegio Nacional.

Al cumplir 80 años la Escuela, el escultor y profesor de la Casa, Hernando Dalla Lasta, plasmó un busto de Miss Armstrong, que fue ubicado en el primer patio del establecimiento, dice Ahumada de del Pino.

Clara J. Armstrong, Pía Didoménico y Clorinda Orellana Herrera, son algunos de los nombres que marcaron hitos en la Historia de la Educación en Catamarca y a esos nombres los encontramos vinculados con la Escuela Normal de Maestras. (hasta aquí “Escuela Normal de Maestras (1878-2018) Algunas notas históricas”, 140 años después” - Marcelo Gershani Oviedo)

Más cerca en el tiempo, la Escuela Normal Clara J. Armstrong fue depositaria del siempre recordado “Proyecto 13”, iniciativa que, para optimizar el trabajo de los profesores, reunía la mayor dedicación en determinados establecimientos. La Escuela Normal -como se la sigue llamando a pesar de los nombres que se acuñan, mantuvo entonces su protagonismo en el acontecer educacional catamarqueño desde la ochava de San Martín y Salta de la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca.

Diversas denominaciones ha tenido la institución: “Escuela Normal”, “Escuela Normal Nacional de Maestras Clara J. Armstrong”, “Escuela Normal Superior en Lenguas Vivas Clara J. Armstrong”; “Colegio Polimodal N° 1 “Clara J. Armstrong” y en la actualidad el nivel secundario “Escuela Secundaria N°2, que ofrece tres modalidades (Humanidades y Ciencias Sociales; Ciencias Naturales; y Comunicación, Artes visuales y Diseño y Lengua.). Posee un alta matricula que supera los mil alumnos entre sus diversos niveles de jardín de infantes, primaria, secundaria y terciario.

Transcurridos ciento cuarenta años la escuela continúa su prestigiosa trayectoria, y forma parte de la identidad catamarqueña.

El “PROYECTO ENCJA” es un plan institucional e interdisciplinario de revalorización institucional que se desarrolla en ámbito de la Escuela Secundaria N° 2, “Clara Jeannette Armstrog”, - anhela ser extendido luego a los restantes niveles- a ser desenvuelto en etapas a largo del tiempo, generando pequeños trabajos (ya sea bibliográfico o visual) para la biblioteca escolar histórica, apostando a fortalecer en docentes, egresados, actores institucionales, perdurables lazos con la escuela, y sentido de pertenencia. El mismo será presentado en oportunidad de los actos conmemorativos del 140 Aniversario.

Tiene por fin generar material estático e incorporar a las personas que pasaron por la institución, dando respuesta a necesidades culturales y sociales, de participación y desarrollo de la Historia Institucional, considerando que, a pesar de ser pionera en formación, no posee un registro propio.

El proyecto contempla la posibilidad de proporcionar una base cultural común a los actores de la escuela, permitiendo una participación consiente, crítica y transformadora en la sociedad.

Teniendo presente la posibilidad que generan en la actualidad las nuevas tecnologías, y redes sociales, tiene el objetivo de reunir de manera progresiva información de diversas fuentes, sean testimonios verbales de egresados, documentales, fotográficos, y plasmar el material en una edición bibliográfica o revista, como testimonio para las futuras generaciones.

Quienes forman parte del proyecto vienen trabajando desde el año 2013, de manera ininterrumpida, investigando, en las principales Bibliotecas y Archivo Histórico de Catamarca, recabando datos, a través de la prosa de egresados -en una hoja especial con la marca de agua, haciendo entrevistas a ex alumnos, docentes y administrativos, y demás personas del ámbito académico de la historia de la Provincia, como así también reuniendo fotografías.

Sin embargo, recién en 2016, comienza a llamarse “Proyecto ENCJA: Una mirada a nuestra Historia Institucional”, manteniendo la premisa: revalorizar a la Escuela “Clara J. Armstrong”, institución, que ha plasmado en la sociedad catamarqueña una identidad cultural, educativa e innovadora que la caracterizó desde sus orígenes, hasta el día de hoy.

Por estas razones es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.