Declarar de Interés Parlamentario de la HCDN, el 110° Aniversario de la Diócesis de Catamarca, creada el 5 de Febrero de 1910, celebrando este año de manera particular en el marco del Jubileo por los 400 años del hallazgo de Imagen de la Virgen del Valle y como sede del 4to. Congreso Mariano Nacional.

Señor presidente:

El presente Proyecto busca Declarar de Interés Parlamentario de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, el 110° Aniversario de la Diócesis de Catamarca creada el 5 de febrero de 1910 y que este año vive de manera particular en el marco del Jubileo por los 400 años del hallazgo de Imagen de la Virgen del Valle y sede del 4to. Congreso Mariano Nacional.

La Iglesia de Catamarca, data del s. XVII y se forma alrededor de la presencia y veneración a la imagen de la Pura y Limpia Concepción de María que se conocía popularmente como la Virgen del Valle de Catamarca. Así, como antecedente puede mencionarse que en el año 1688, el Cabildo juró como Patrona oficial a la Virgen del Valle.

El hallazgo de la imagen: Alrededor del año 1620, fue encontrada en la Gruta de Choya, en el Valle de Catamarca, la imagen de la Virgen del Valle, presencia que selló el ser eclesial y social de provincia, con una devoción de profundas raíces marianas.

Este hecho fue gran significación histórica, por cuanto la imagen habrá de contribuir al prestigio y población de Catamarca. Los indios la adoraban en la gruta de Choya, lugar donde Manuel de Zalazar la descubrió guiado por un aborigen y la lleva a su casa en el Departamento Valle Viejo. Su primer tempo se construye en San Isidro, muy cerca de la margen del rio del Valle, dando origen a la población del Valle. “La prestigiosa imagen -dice Manuel Soria, fue traída de las chacras más o menos en 1695 a su actual santuario. Es muy verosímil que este hecho haya originado la denominación Valle Viejo para designar la región donde estuvo emplazada, la ciudad vieja…”

Desde hace más de 400 años, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos sembraron el Evangelio en tierras catamarqueñas, donde la religiosidad de su pueblo fue creciendo y logrando mayores grados de organización hasta alcanzar a ser reconocida y erigida como una Iglesia Particular, en el seno de la Iglesia Católica.

El 12 de abril de 1891, el pontífice León XIII coronó por intermedio de su delegado Monseñor Pablo Padilla a la imagen de la Virgen el Valle. A partir de entonces las fiestas y mayor afluencia de peregrinos se producen dos veces al año, el 8 de diciembre, que es la fecha propia de su culto y la conmemorativa de la Coronación Pontificia.

El Congreso de la Nación, mediante Ley Nº 6.771, promulgada el 4 de octubre de 1909, autoriza la creación de la Diócesis de Catamarca, que hasta entonces dependía de la diócesis de Salta. El proyecto del senador nacional Francisco Carciolo Figueroa respondía a una aspiración del pueblo catamarqueño que se convirtió en una publica petición al Sumo Pontífice.

El 5 de febrero de 1910, mediante la Bula “Sollicitudine”, el Papa San Pío X respondió a ese pedido. El decreto, que otorga el pase a la Bula, es del 6 de mayo de 1910.

El escritor Federico País, afirma que Catamarca es una de las provincias más religiosas de la argentina, cuyas raíces se hunden en los orígenes de la conquista y la colonia, no siendo exagerado afirmar que la Virgen del Valle ha sido la fundadora de la capital.

La Diócesis de Catamarca está conformada actualmente por 14 de los 16 departamentos de la Provincia de Catamarca: Ambato, Ancasti, Andalgalá, Belén, Capayán, Capital, El Alto, Fray Mamerto Esquiú, La Paz, Paclín, Pomán, Santa Rosa, Tinogasta y Valle Viejo y está dividida en 4 Decanatos: Capital, Centro, Este y Oeste, conformados por 31 Parroquias.

El primer obispo de Catamarca fue Monseñor Bernabé Piedrabuena quien, siendo obispo auxiliar de Tucumán, el 8 de noviembre de 1910, el Papa San Pío X lo trasladó a la sede de Catamarca, erigida nueve meses antes. Tomó posesión el 20 de abril de 1911, siendo gobernador de la provincia el Dr. Emilio Molina. Monseñor Piedrabuena asumió la responsabilidad de conducir los primeros años de vida de diócesis, cargo que mantendrá hasta el año 1923, en que es trasladado a la diócesis de Tucumán, continuando como administrador apostólico desde esa diócesis hasta el 9 de octubre de 1927.

Monseñor Piedrabuena dio impulso a la devoción por la Virgen del Valle, captando las necesidades del pueblo catamarqueño, prestando atención especial a la educación de los niños. Durante su desempeño la diócesis contaba ya con 15 parroquias. Fue “Pastor, docente, conocedor de su rebaño, su principal preocupación, primero como obispo auxiliar y luego frente a la Diócesis, fue la formación, espiritualidad y piedad de sus sacerdotes. Hombre de mundo, tenía contactos con instituciones y personalidades del país y del extranjero, lo que le permitió aprovechar los cimientos dejados por el Vicario Facundo Segura en la recién creada diócesis (el seminario regenteado por los padres lourdistas, el hermoso edificio de la matriz), para darle a su obispado el brillo, manifestado en los festejos de las Bodas de Plata de la coronación pontificia de Nuestra Señora del Valle.” Conforme expresa la historiadora Lucrecia Molas.

Le correspondió a él la celebración de las Bodas de Plata de la Coronación Pontificia de la Sagrada Imagen, para esa ocasión solicitó a Larrouy, la producción de una “Historia de la Virgen del Valle”, publicada en 1915. Los actos de celebración tuvieron un brillo y una difusión nunca antes vistos.

La decisión pontificia del 5 de febrero de 1910, implicó que el Santuario de la Virgen del Valle pasara a ser también cátedra del Obispo, obteniendo la condición eclesiástica de Iglesia Catedral.

La construcción del actual catedral destino de peregrinaciones, fue a iniciativa del Vicario Luis Gabriel Segura durante el gobierno de Samuel Molina. El primer contrato se firma con Carlos Tenivella y Natalio Balloca , al fallecer el primero se hace un nuevo contrato con el arquitecto italiano Luis Caravati, quien diseña y ejecuta la grandiosa obra de carácter monumental y de estilo neoclásico inaugurada en 1869.

La catedral ubicada frente a la Plaza principal, tiene una fachada monumental de estilo Neoclásico italiano, con un imponente atrio, y esta flanqueada por dos torres de 42 metros cada una: la del Campanario y la torre del reloj.

Al cumplirse los 25 años coronación de la Virgen, se construye el Camarín de la Virgen del Valle, de estilo neo-gotico, obra el arquitecto Isaac Lecuona, e inaugurado en 1916, es uno de los lugares más exquisitos y de mayor valor arquitectónico y atractivo para los peregrinos que visitan la ciudad.

El santuario de la Virgen del Valle continúa siendo uno de los centros espirituales más grandes del país hasta donde llegan diariamente peregrinos de todo el país.

Luego de Piedrabuena fueron siete los Obispos de la Diócesis de Catamarca: Inocencio Dávila y Matos (7 de julio 1927 - 30 de abril 1930 deceso), Vicente Peira (20 de octubre 1932 - 11 de marzo 1934 deceso), Carlos Francisco Hanlon (13 de septiembre 1934 - 29 de noviembre 1959 deceso), Adolfo Servando Tortolo (11 de febrero 1960 - 6 de setiembre 1962 nominado arzobispo de Paraná), Alfonso Pedro Torres Farías (25 de septiembre 1962 - 5 de noviembre 1988 deceso), Elmer Osmar Ramón Miani (19 de diciembre 1989 - 27 de diciembre 2007 renuncia por enfermedad) y Luis Urbanč desde 27 de diciembre 2007 hasta la actualidad.

En el curso de estos cuatro siglos, diversos institutos de vida consagrada prestaron sus valiosos servicios a la comunidad catamarqueña, dejando profundas huellas de su presencia o de su paso, orante y obrante.

De tierras catamarqueñas surgieron eminentes personalidades como, por ejemplo, el Vicario José Facundo Segura, propulsor de la edificación del Santuario de la Virgen del Valle y de la creación del Seminario en la ciudad de Catamarca y entusiasta promotor de la coronación de la sagrada imagen de la Virgen del Valle; y prelados de la Iglesia como Gabriel Segura, Obispo de Paraná; Buenaventura Rizzo Patrón, Obispo de Salta; Fray José Wenceslao Achával, Obispo de Cuyo; el gran Fray Mamerto Esquiú, Obispo de Córdoba; Agustín Herrera, obispo de 9 de Julio (Buenos Aires) y luego de San Francisco (Córdoba); Gerardo Sueldo, obispo de Orán (Salta) y luego de Santiago del Estero y Mario Cargnello, obispo de Orán y actualmente arzobispo de Salta.

Los cien años de nuestra Iglesia Particular pueden dividirse en dos etapas: La primera, desde la creación de la Diócesis hasta el Concilio Vaticano II, años durante los que se procuró la organización con una fuerte presencia del clero y con el laicado congregado en la Acción Católica -en sus distintas ramificaciones- en la Legión de María y el Apostolado de la Oración.

La segunda, desde el Concilio Vaticano II en adelante, con una progresiva y cada vez más activa participación del laicado en la vida de la Iglesia y una multiplicación de instituciones y movimientos. A numerosos fieles les fueron conferidos los Ministerios Laicales del Lectorado y del Acolitado. Y muchos bautizados que no recibieron los ministerios laicales fueron facultados también como Ministros Extraordinarios de la Comunión.

Por espacio de casi cuatro siglos consecutivos la Virgen del Valle ha sido, al decir del historiador Armando Raúl Bazán: “…el centro de la vida espiritual del pueblo catamarqueño” y no solo eso, sino que afirma : “se ha constituido, también en lugar de peregrinaciones para todos los argentinos” …que describe como: “ movilización masiva de hombres y mujeres movidos por la fe religiosa, para hacer peticiones y cumplir promesas por gracias recibidas”, otorgándole el carácter de uno de los fenómenos sociales más importantes de la Historia de nuestra Catamarca.

Al cumplirse 110 años de la Bula “Sollicitudine”, del Papa San Pío X, la diócesis celebra este nuevo aniversario en el marco de cumplirse los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen del Valle.

Dada la importancia religiosa y cultural que representa las celebraciones del 110° de la creación de la Diócesis de Catamarca, solicito a mis pares acompañen el presente Proyecto.