Declarar de interés de esta Honorable Cámara la Obra de Teatro “Sordoyentes”, realizada por la Compañía Teatral Señas en Acción (SEA) en lengua de señas e interpretada por un elenco de actores oyentes y sordos, por su impacto en términos de integración e inclusión.

Señor presidente:

La comunicación es un proceso social que integra múltiples modos del comportamiento: la palabra, el gesto, la mirada, la mímica, el espacio. Debido a la disfunción del sentido de la audición, en las personas sordas, fundamentalmente la pre lingüística, la percepción de la comunicación ingresa primordialmente desde el órgano visual. En este sentido, la reunión de personas sordas genera una modalidad comunicativa distinta mediante la Lengua de Señas; reconocida como lengua de la comunidad sorda, con su propia cultura.

La comunidad sorda encuentra barreras que dificultan la comunicación oral y el desarrollo individual de estas personas, ya que tienen un acceso más restringido en las diferentes áreas de la vida, como ser la salud, los espacios de recreación, lo cultural y educativo, sobre todas las cosas. La barrera más grande es la que levanta la sociedad con su indiferencia e incomprensión respecto de la importancia que la Lengua de Señas reviste para los sujetos sordos.

Al respecto, cabe destacar la labor que viene realizando en Argentina la Asociación Civil Señas en Acción (SEA), integrada por un equipo interdisciplinario de profesionales formado por personas sordas, intérpretes de Lengua de Señas, docentes y psicólogos, los cuales trabajan en pos de la inclusión de las personas sordas, construyendo puentes de comunicación para su desarrollo y convivencia social.

Su principal misión es promover el derecho de la comunicación a las personas sordas, creando espacios accesibles, capacitando y difundiendo la Lengua de Señas, en un marco de respeto e igualdad en toda la Argentina.

Entre las acciones que viene realizando SEA, se destaca la obra de teatro “SORDOYENTES”, la cual vivencia las historias de dos familias que, si bien al inicio no se conocen, en el transcurrir, un tropiezo, un encuentro, un amor correspondido… harán que sus prejuicios enquistados se vean cuestionados por realidades que, en la cotidianeidad, no se tenían presentes de manera consiente. La hija sorda de un matrimonio oyente y el hijo oyente de un matrimonio de personas sordas se enamoran, colisionando con ciertas expectativas de sus padres, quienes se debaten entra la aceptación o no de la relación y un replanteo de sus sólidas estructuras.

La obra plantea un cuestionamiento respecto de las incomodidades que frecuentemente se habitan en las familias de las personas sordas, tanto lo que sucede dentro de las familias de padres oyentes con hijos sordos, así como padres sordos con hijos oyentes. Existen patrones de conducta y problemáticas que se repiten en distintos hogares. Los autores han tomado debida nota de ello para problematizarlos y reflexionar al respecto.

El eje de la historia no es la discapacidad, sino que, por el contrario, se centra las capacidades internas de los personajes para enfrentar los mandatos familiares y los lugares comunes de los que muchas veces es preciso huir. Una historia que cuenta y trasmite fielmente la cultura, la vida cotidiana, los pensamientos, sentimientos, dicotomías y relaciones alrededor de la comunidad sorda, así como la tensión-integración con su entorno oyente.

La dramaturgia detrás del proyecto que dio por resultado la materialización de la obra “Sordoyentes”, fue pensada estratégicamente abordando y analizando estereotipos, clichés y la iteración de situaciones, recursivas incluso en distintos contextos socioeconómicos, que merecen, al criterio de los autores, ser al menos repensados a los fines de barrer con estigmatizaciones que sólo traen perjuicio y segregación.

Lejos de ser una historia de fantasía, los prejuicios, estereotipos y tipos de vínculos que aparecen en escena son anécdotas tomadas de distintas vivencias experimentadas frecuentemente por las personas sordas y su entorno familiar. El compendio de situaciones que nutrieron y dieron vida al guión, surge de las experiencias que relevó la Asociación Civil Señas en Acción. La obra está escrita y dirigida por la actriz Agata Fornasa (Presidenta de la Asociación) y el dramaturgo y actor Rubén Lesgart.

La obra, en síntesis, acerca a personas sordas y oyentes para compartir y dar a conocer a la sociedad otra forma de comunicarnos e integrarnos.

Es importante destacar que el teatro es uno de los espacios en los cuales la comunidad sorda tenía vedado su acceso, ya que las obras eran exclusivamente para personas oyentes, con lo cual la comunidad sorda no tenía posibilidad de participación en esta rama del arte y la cultura.

Con el tiempo se hicieron visibles las necesidades de esta comunidad y en algunas pocas obras de teatro se incorporó la figura del Intérprete de Lengua de Señas. Sin embargo, el resultado no fue óptimo, ya que, al dirigir la mirada al intérprete, el espectador sordo perdía la expresión y desarrollo de los actores.

La asociación Señas en Acción dio un paso gigante e inédito para la cultura, realizando la primera obra de teatro en Lengua de Señas, accesible para oyentes, aportando los subtítulos en español, cuyos protagonistas eran actores sordos y oyentes.

“Sordoyentes” es una obra con dicho marco y metodología para continuar forjando un manifiesto de la diversidad. Con este proyecto innovador se plantea acercar el mundo del teatro a la comunidad sorda, por medio de una obra en Lengua de Señas, logrando de esta manera accesibilidad cultural, valoración de la diversidad, la inclusión y la integración.

La obra está destinada a toda la comunidad, pues fue pensada con la intensión de fomentar la reflexión tanto de personas sordas como oyentes, promoviendo la generación de puentes de comunicación entre unos y otros, en donde la Lengua de Señas se constituye en un motor integrador fundamental.

Por otro lado, un destinatario indirecto es la comunidad Sorda en su totalidad, por las posibilidades multiplicadoras que se abren al generar, desarrollar, fomentar, promover y difundir proyectos culturales inclusivos previamente inexistentes, aportando accesibilidad en disciplinas a partir de factores innovadores que irrumpen de manera disruptiva en espacios que hasta el momento eran excluyentes para personas oyentes.

Por todo lo expuesto, le solicito a mis pares la aprobación del siguiente proyecto.