CUNA DE LA GESTA LIBERTADORA DEL CRUCE DE LOS ANDES

Artículo 1°: Se declara al Departamento de Las Heras, Provincia de Mendoza, como “CUNA DE LA GESTA LIBERTADORA DEL CRUCE DE LOS ANDES”.

Artículo 2°: Comuníquese al Poder Ejecutivo de la Nación.

Señor presidente:

Este proyecto, pretende llevar al ámbito nacional, lo que ya se ha operado en mi provincia por iniciativa senadores Daniela García, Héctor Quevedo y Raúl Ferrer en años anteriores. Incluso en el Salón de los Pasos Perdidos de la Legislatura Provincial, se realizó el acto de declaración del Departamento de Las Heras como “Cuna de la Gesta Libertadora Americana del Cruce de Los Andes”.

Pero la Gesta Libertadora del Cruce de los Andes, es un hecho constitutivo y fundacional de nuestra historia como Nación, es de todos los Argentinos, no solo de Mendoza, integra las raíces de nuestra cultura, de nuestras tradiciones. Fue el gran logro militar del General San Martín. GESTA NACIONAL y GESTA LATINOAMERICANA: nos integra como Patria Grande.

La Gesta Libertadora del Cruce de los Andes se encuentra indisolublemente ligada a la Provincia de Mendoza y en especial, al Departamento de Las Heras, que lleva su nombre en homenaje a otro de nuestros grandes héroes, el entonces Brigadier Juan Gregorio Las Heras que comandó una de las seis rutas sanmartinianas. Recordemos que San Martín planificó 4 rutas señuelos y dos principales por los pasos más difíciles (cruzar por pasos de los Patos y Uspallata).

La ruta del paso de los Patos la comandaba el mismísimo General, era la ruta más difícil pues debían atravesar la cordillera a 5000 metros de altura, pero San Martín pensaba en sorprenderlos ya que era muy difícil la travesía y los realistas nunca pensaron que por allí vendría la columna principal. La ruta del paso de Uspallata la comandaba Las Heras.

El avance por el Paso de Uspallata y el valle del Rio Mendoza se inició el 18 de enero de 1817, su segundo era Enrique Martínez y también lo acompañaba Fray Luis Beltrán, partícipe del Acta de la Independencia. Vencieron en los combates de Picheuta, en el Combate de Potrerillos y Guardia Vieja, y pudieron ingresar en Santa Rosa de los Andes, el día 8 de febrero de 1817.

En esa fecha se unieron con la columna principal dirigida por San Martín que venían de vencer al enemigo, en la batalla de “Las Coimas”. La columna que tuvo como Jefes a San Martín, Soler y O Higgins provenía de San Juan, pero también había salido de Plumerillo.

Es allí, en el sitio llamado el “Plumerillo” donde el General San Martín constituyó el Estado Mayor del Ejército de los Andes.

En este sitio que hoy se conoce como “Campo Histórico El Plumerillo” donde se planificó y se gestó la gran hazaña emancipadora sudamericana. Allí se prepararon y entrenaron a los heroicos soldados de la caballería, artillería, infantería y logística.

Desde allí se desarrolló la genial estrategia militar conocida como “Guerra de Zapa”, pergeñada intiutivamente por San Martín para engañar al enemigo y dispersar sus fuerzas.

Desde allí partieron las diversas expediciones que conformaban el Ejército de los Andes para cruzar los Andes y liberar a Argentina, Chile y Perú.

El Departamento de Las Heras contiene diversas referencias históricas relacionadas directamente con la gesta emancipadora, tales como el “Monumento a Canota” (punto geográfico donde se dividían columnas principales del Ejército de los Andes para seguir a los pasos de “Ranchillos”, “Picheuta”, “Potrerillos” (donde se libró el combate homónimo). Todos estos sitios colocan al Departamento de Las Heras, merecen ser puestos en valor y homenaje, a través de la Declaración con alance nacional, del Departamento de Las Heras, como “Cuna de la Gesta Libertadora de los Andes”

Leemos con emoción los dos tomos de la obra “El Libertador Cabalga” de Agustín Pérez Pardella… el 18 de enero de 1817 …”la de vámonos” había llegado… San Martín había logrado crear la duda y la inseguridad en los ejércitos realistas; Marcó del Pont -Gobernador de Santiago- estaba desconcertado y nuestro tucumano Jose Antonio Álvarez Condarco había concluido con detalle el magnífico mapa de la cordillera: “La columna secundaria de Las Heras, debía emplear dos días para llegar a Uspallata, donde esperaría para dar tiempo a la difícil trepada de la gran columna y ajustaría todos los aprestos para vencer la montaña.” “Las Heras tenía que limpiar la cordillera por el camino de Uspallata, destrozar a todas las fuerzas que encontrara observando sus movimientos y posicionarse en Santa Rosa, un punto estratégico para defender la aparición del General en Jefe.” “El día 19 partió del Plumerillo el grueso del Ejército al mando del Brigadier Soler; inmediatamente después y en escalones sucesivos salió Fray Luis Beltrán, con siete cañones de campaña a reforzar la retaguardia de Las Heras y una columna de Granaderos a Caballo y Volteadores al mando del comandante José Melián, en dirección a Los Patos”

Y sigo con Pérez Pardella porque lo que sigue (después que el 24 de enero San Martín abandona el Plumerillo) emociona hasta las lágrimas: “Atrás quedaron vacías las nueve cuadras de los galpones del campamento El Plumerillo. Vacía se vio la ciudad de Mendoza de hombres, esclavos y adolescentes. Todos se habían enrolado en el ejército de los Andes. Los mendocinos desde la aparición de San Martin, tomaron como algo propio la guerra de la independencia: no tenían puerto para el rápido ingreso de riquezas, ni los rodeaban pampas exuberantes, ni sus hijos conocían el dinero fácil del contrabando porteño. Pero su pueblo volcó todo lo que tenía en hombres, bienes y trabajo para hacer posible el sueño de la libertad más largamente esperado por los pueblos de América. Mendoza parecía haberse ido de Mendoza. Pero no se mostraba triste por ello, por el contrario, se enorgullecía porque sus hijos marchaban a las órdenes del capitán de los Andes; ese ejército era su pueblo, su vida, su sangre; todo lo que la provincia tenía se lo llevaban esos hombres armados que ahora trepaban hacia las alturas, en esa oscura caravana que iba al encuentro del frío y del viento paralizante. Debajo de esos capotes, encorvados por el peso de las armas, se atropellaban los sueños de las mujeres mendocinas, la última esperanza de los abuelos y las retenidas lágrimas de todas las madres.”

… Y sigo con el mismo párrafo en la pág. 248 del Tomo I, porque no hay forma de cortarlo por la magnitud de la epopeya: “Los soldados se cubrían con los paños que tejieron y tiñeron sus propios parientes, con las mismas manos que se apuraron a enfardar la mejor cosecha, a destinar los mejores licores y a arrear la joven ganadería; esos soldados eran las ambiciones acumuladas durante años, solo porque creían en el gran capitán, por la fe que les inspiraba ese hombre a quien únicamente le tembló la voz cuando, ante las sagradas formas agradeció al pueblo de Mendoza lo que había hecho por Mendoza y por la Patria.”

Por las razones expuestas, porque seguimos creyendo en el heroísmo y el patriotismo y queremos reconstruir la epopeya para reflexionar sobre la grandeza de nuestra historia, solicito la aprobación de este proyecto de ley.