Su repudio a la publicación, en la revista Espóiler de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA del 25 de octubre de 2019, de las caricaturas de Sergio Langer que ilustran la nota de opinión de Micaela Baldoni titulada “No nos dejen solos: ¿quién quiere ser el nuevo Bernardo Neustadt?”, por cuanto exceden el ejercicio de la libertad de expresión y corresponde rechazarlas totalmente. Es repudiable también que un medio de comunicación de una universidad publique este tipo de expresiones violentas, peligrosas, antidemocráticas.

 

Señor presidente:

En la revista Espóiler de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, publicada el 25 de octubre de este año, se divulga un artículo de Micaela Baldoni, bajo el título “No nos dejen solos: ¿quién quiere ser el nuevo Bernardo Neustadt?”. Como señalamos en el proyecto, las caricaturas que ilustran esa opinión, de Sergio Langer, exceden el ejercicio de la libertad de expresión y corresponde rechazarlas totalmente, como también lo es que un medio de comunicación de una universidad publique este tipo de expresiones violentas, peligrosas, antidemocráticas.

Algunos ámbitos universitarios están secuestrados por una línea de pensamiento, cuyo monopolio asumen con naturalidad, denigrando a los que piensan distinto y hasta amenazando de manera directa.

En el caso que nos ocupa, en una de las caricaturas se lee: “Nisman Entertainments Presenta”, “La bala de plata”. En la gráfica, hay una bala y al lado un gusano con la cara del fiscal asesinado Alberto Nisman. Abajo están dibujados los periodistas Luis Majul, Jorge Lanata, Alfredo Leuco, Luis Novaresio y Nicolás Wiñazky. Majul aparece apuntándose con un revolver en la sien y dice: “¡No hay salida individual!”. Al final el texto “La salida es colectiva”.

Al comienzo de la nota hay otra gráfica, que muestra a un grupo de soldados nazis y Alfredo Leuco está al frente.

La libertad de expresión es una bandera que nunca debemos arriar, pero exige una responsabilidad en el marco de la democracia, de la convivencia cívica, con mayor razón cuando se la ejerce desde espacios públicos educativos.

Toda proclama de la libertad de expresión señala, ineludiblemente, que ésta implica deberes y responsabilidades, fundamentalmente para proteger los derechos de terceros.

Debatir con los que piensan distinto es no sólo lógico sino también necesario, pero hacerlo incitando a la violencia, al desprecio por la vida del otro, es inadmisible.

Se adjunta, como “Anexo 1” y a un folio, copias de las caricaturas a las que hago referencia.

Por lo expresado, solicito a mis pares acompañen el repudio al contenido de las caricaturas aludidas y a que una universidad publique y aliente este tipo de mensajes.