Expresar repudio y rechazar enérgicamente el acuerdo anunciado el día 8 de mayo del corriente año por el presidente Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional, luego de la conversación que mantuvo con su titular, Christine Lagard, a fin de iniciar un acuerdo que se pretende funcione como un "aval" al gobierno argentino ante los mercados.

Rechazar cualquier injerencia de este organismo que, por historia y objetivos, necesariamente significará más ajuste y más endeudamiento a cambio de peores condiciones de vida de las grandes mayorías populares.

Reiterar que frente al avance del capital financiero cada vez más profundo sobre las condiciones económicas del país, hay que oponer al partido de Wall Street y los organismos internacionales el no pago de la deuda externa ilegitima y fraudulenta.

Señor presidente:

Traemos a consideración de esta cámara un proyecto de resolución que tiene por objeto expresar repudio y rechazar enérgicamente el acuerdo anunciado el día 8 de mayo del corriente año por el presidente Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional. Macri, en un mensaje grabado, hizo un diagnóstico de la situación actual donde "están cambiando las condiciones mundiales favorables" y emergen "variables que nosotros no manejamos". Estas son las razones esgrimidas por el gobierno para anunciar que "de manera preventiva" se iniciaron conversaciones con el Fondo Monetario Internacional. Mencionó asimismo la conversación que mantuvo con la titular del FMI, Christine Lagard, para iniciar un acuerdo, que se pretende funcione como un "aval" al gobierno argentino ante los mercados.

Entendemos que se trata de un viraje desesperado frente a una corrida cambiaria frente al cambio de las condiciones internacionales y las limitaciones internas que afronta el Gobierno con el rechazo social a los tarifazos y los problemas en la coalición Cambiemos, que puso en evidencia cómo la economía argentina depende bajo el gobierno de Macri de una espiral de endeudamiento y afluencia de capitales que vienen a hacer negocios de corto plazo, aprovechando una bicicleta financiera que durante estos dos años el Banco Central alimentó de manera casi permanente. Los principios de reversión de este flujo desnudaron todas las precariedades de una política económica que ha tenido como fin central durante estos dos años realizar una formidable transferencia de recursos para los sectores del gran empresariado y los más ricos, manifestado en tarifazos, recortes de impuestos y derechos de exportación, alimentación de los negocios especulativos y de los contratos con el Estado para empresarios amigos. Ante los elementos que muestran una situación internacional más compleja y las dudas sobre la capacidad política del gobierno, los grandes beneficiarios de la política de estos dos años iniciaron una estampida hacia el dólar que el gobierno no pudo frenar apelando a la drástica suba de tasas (aumentadas de 27,25 % a 40 % en una semana) ni con la obligación de que los bancos se desprendan de sus tenencias en dólares, lo cual colocó al Gobierno rumbo a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Luego del anuncio de Macri, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, señaló en conferencia de prensa que el Gobierno buscará "financiamiento preventivo y están en conversaciones con el FMI". El ministró afirmó asimismo que Christine Lagarde, la titular del FMI, apoya el programa gradual del equipo económico del Gobierno. No caben dudas de que en el marco de la orientación económica general del Gobierno de Cambiemos, esta nueva vuelta al Fondo Monetario Internacional significará más ajuste y más endeudamiento a cambio de peores condiciones de vida de las grandes mayorías populares. El organismo otorgará un aval para que el gobierno retome su agenda de "reformismo permanente", con flexibilización laboral, extensión de la edad jubilatoria, privatizaciones de empresas que estén en la órbita pública, y más apertura económica. Se trata de una vuelta al libreto de los años ‘90 dictado por el ex Ministro de Economía de la Alianza, Domingo Felipe Cavallo, que llevo al país a la profunda y dramática crisis que vivimos a fines del año 2001.

Es una receta conocida por los argentinos y las argentinas, que ya padecimos cómo los acuerdos con el FMI llevaron una y otra vez a lo largo de nuestra historia al país a catástrofes y crisis para los que menos tienen y negocios para los especuladores financieros, los bancos y los grandes empresarios. Hoy podemos agregar también que serán beneficiarios de estos acuerdos los funcionarios del gobierno nacional que atienden de los dos lados del mostrador. No sorprende este accionar del Gobierno de Cambiemos. Hace pocos meses, en noviembre del año pasado, este organismo económico internacional reivindicó lo hecho por el Gobierno de Macri en un informe realizado en el marco de la revisión que realiza el FMI de la economía argentina. Como podía preverse, el organismo cuyas políticas fueron responsables del hundimiento económico de millones de personas en todo el mundo, reivindicó lo hecho por la gestión de Cambiemos.

En el comunicado que se emitió se señala que "la Argentina está volcada a una transformación sistémica de la economía. La eliminación de los controles cambiarios, la modernización de la política monetaria, la resolución de la controversia con los bonistas y el regreso a los mercados internacionales de capital, y el reordenamiento de las tarifas de los servicios públicos han corregido los desequilibrios macroeconómicos más urgentes".

En su informe el organismo internacional reivindicó la reforma tributaria impulsada por el oficialismo y bregó por un “un ordenamiento fiscal más profundo” que “permitiría reducir en mayor medida las tasas de interés reales, aliviaría la presión alcista a la que se encuentra sometida el peso, eliminaría el financiamiento monetario del déficit fiscal con mayor rapidez, anclaría mejor las expectativas inflacionarias, y mitigaría las vulnerabilidades que generaría un repentino endurecimiento de las condiciones de financiamiento externas".

En dicho informe también se lee que “la reforma de las instituciones del mercado laboral contribuiría a reducir la informalidad, promover la igualdad de género y lograr que los frutos de un crecimiento más vigoroso se distribuyan con más equidad. La flexibilización de la jornada laboral y la adopción de políticas laborales activas pueden contribuir a aumentar las posibilidades de empleo para todos los trabajadores”. Ajuste fiscal, tarifazos, saqueo a los jubilados y reformas contra los trabajadores: la receta preferida del FMI que lleva a la quiebra a los trabajadores y el pueblo pobre.

Hace pocos días el diario Clarín dejó trascender que el acuerdo con el FMI podría alcanzar a U$S 30.000 millones. En 2001 el "blindaje" fue de U$S 40.000 millones y el hundimiento de la economía igual fue inevitable. Las condiciones no son las mismas que en el fin de la Convertibilidad, pero las consecuencias van a ser similares y el acuerdo con el FMI seguramente implicará nuevas rondas de ajuste contra el pueblo trabajador.

También decimos que no alcanza con no endeudarse con el organismo. Rechazamos las revisiones bajo el artículo IV y la membresía del país en el organismo, lo cual constituye un aval, como mínimo de hecho, a la agenda del capital financiero internacional y las multinacionales saqueadoras que este organismo impone en todo el mundo con aval de las potencias imperialistas y sus socios locales. Durante el gobierno de Néstor Kirchner el país le pagó al FMI U$S 10.000 millones en efectivo y rechazó la revisión bajo el artículo IV, pero nunca renunció a ser miembro del organismo.

Por ello, y por los motivos que desarrollaremos oportunamente, solicitamos la aprobación del presente proyecto de resolución.