PROYECTO DE LEY DE EMERGENCIA DEL SECTOR LACTEO

Artículo 1° - Declárase la EMERGENCIA DEL SECTOR LACTEO NACIONAL. La declaración de emergencia y las acciones que de ella deriven, según lo indicado en los artículos siguientes, tendrán vigencia hasta el 31 de diciembre de 2017. Facúltase al PODER EJECUTIVO NACIONAL a prorrogar la vigencia de la presente por otro período.-

Art. 2° - Facúltese al PODER EJECUTIVO NACIONAL para que a través de sus organismos competentes arbitre los medios necesarios para:

a) Ampliar el porcentaje de los reintegros impositivos a la exportación de los productos lácteos.

b) Hacer efectivo el reintegro del IVA a la exportación de los productos lácteos, dentro de los 60 días desde la presentación de la documentación de embarque.

c) Condonar, hacer quitas y/o diferir el pago del Impuesto a las Ganancias, a la Ganancia Mínima Presunta, Bienes Personales y del Impuesto al Crédito y Débito de las operaciones bancarias, a los productores lácteos.

Las presentes facultades otorgadas al PODER EJECUTIVO NACIONAL, regirán mientras tenga vigencia la emergencia que se declara por la presente Ley.

Artículo 3° - Créase el Programa Nacional de Emergencia Vial en las Cuencas Lecheras. Facúltese al Poder Ejecutivo Nacional a establecer en conjunto con las Provincias y en consulta con las autoridades locales el listado de obras prioritarias, y a reasignar para tal fin las correspondientes partidas presupuestarias.

Artículo 4° - El PODER EJECUTIVO NACIONAL, establecerá a través de los Bancos Públicos Oficiales, los medios necesarios para la puesta a disposición de líneas de créditos destinadas a financiar capital de trabajo y la adquisición de bienes de uso para la actividad láctea.

Artículo 5° - Invítese a los Estados Provinciales de las cuencas lecheras a tomar similares medidas a las establecidas en los Artículos 2°, 3° y 4° de la presente.

Artículo 6° - De forma.

Señor presidente:

El mercado lechero se encuentra en una crisis sin igual. Los costos han subido, el mercado internacional ha decaído, las copiosas lluvias no hacen más que complicar aún más la situación del productor tambero.

Sumado a esto, en los últimos años, por distintas razones (falta de políticas públicas que aborden las cuestiones estructurales de la producción lechera, ausencia de transparencia en la cadena láctea, y caída de los precios de los productos con destino a la exportación) se ha producido una disminución del precio recibido por los productores tamberos, originando una crisis sin precedentes que hoy pone en riesgo la sustentabilidad de la producción, insumo básico e imprescindible para la industria láctea.

Con una capacidad de producción de más de 11.000 millones de litros anuales, un consumo interno aproximado de 8.000 millones de litros, y con dificultades para colocar el excedente en el mercado mundial, el país afronta el riesgo inminente de cierre de entre 3.000 y 4.000 tambos y 600 industrias, con una pérdida de 25.000 puestos de trabajo directos y hasta 38.000 indirectos. Frente a este escenario no caben las medias tintas y mucho menos la resignación. Se requiere atacar las causas, primero atendiendo la emergencia y luego con un plan de largo plazo que devuelva capacidad industrial y competitividad a escala global.

El Gobierno del Presidente Macri encontró este sector como muchos otros de la economía, diezmado por las políticas macroeconómicas fallidas, y políticas inexistentes para el sector, y ha comenzado por lo más urgente. Recientemente, la Subsecretaría de Lechería implementó en primer término un subsidio de $0,40 para los primeros 3.000 litros que producen los tambos, y en una segunda etapa lo volvió a hacer, en esta oportunidad con un importe igual, con más $ 0,10 que aportaron las tres provincias lecheras más importantes: Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, y se dispuso la suspensión de la retención de 6 puntos del IVA que grava la actividad. Todo ello implicaba un aporte extra de $ 0,65 centavos por litro. Estas medidas fueron un paliativo necesario pero debemos ir aún más allá, para frenar y revertir el ciclo de decadencia que estuvo generando el cierre de tambos y la pérdida de miles de puestos de trabajo en los años recientes.

Los principales actores de la cadena de valor en la industria lechera son tres: los productores, la industria y la comercialización. Las usinas pagan entre $2,70 y $3,50 por litro a los productores. En góndola, el litro de leche va de $15 a $23. En el caso del queso, el panorama es todavía más ilustrativo de las enormes distorsiones que arrastra la industria: el consumidor paga $100 por un kg de queso cremoso, que salió a $35 de la fábrica y el productor recibe apenas $20 por los 7 litros de leche que se usaron para hacerlo.

El primer paso es la declaración de emergencia lechera. En una crisis extraordinaria, donde no está en cuestión una rentabilidad mayor o menor sino la supervivencia misma de todo un sector Pyme y Mipyme, y de decenas de miles de puestos de trabajo, deben tomarse medidas extraordinarias. Es por ello que mediante la presente Ley se faculta al Poder Ejecutivo Nacional a morigerar la carga tributaria al sector, para sostener al productor tambero, y luego incentivar la exportación.

Los precios que se les paga a los productores no llegan a cubrir los costos, sumado a las condiciones climáticas, que hacen aun peor la situación: los tambos son lodazales, los campos donde se alimentan las vacas están inundados, muchos de los caminos rurales están imposibles de transitar ante tanta lluvia, y esto hace que sea imposible la entrega de la leche.

Es por ello que el Estado Nacional debe tomar cartas en el asunto y establecer medidas paliativas en pos de permitir sobrevivir a los tambos. Así, mediante la presente Ley se crea el Programa Nacional de Emergencia Vial en las Cuencas Lecheras. Este es uno de los principales problemas que aqueja a los productores tamberos, producto de años de desinversión, que generan una enorme dificultad en la vida diaria del productor y su familia y en el transporte del producto a los centros de procesamiento de la leche,

Asimismo el Estado Nacional debe asistir al primer eslabón de esta cadena, a los productores, facilitando el acceso a créditos con tasas accesibles, a fin de poder recomponer su situación económica, y evitar los remates de los tambos, pertenecientes a los pequeños productores, que no sacan vacas de la producción lechera, sino que se concentran en los tambos-industrias del sector más poderoso de la cadena.

Los pequeños tamberos están en riesgo de desaparecer. Debemos aprovechar esta situación dramática para de una vez por todas dotar a nuestro país de medidas para fortalecer una economía regional que otrora fuera fuerte en nuestro país. Debemos tomar medidas de emergencia pero también tomar medidas para el mediano y largo plazo, aprovechando este momento de crisis para restructurar el sector y darle un respaldo a fin de lograr no solo su sustentabilidad sino su crecimiento. Tenemos una producción que en condiciones estables supera ampliamente el consumo nacional, contamos con materia prima para exportar, para crecer, para producir bienes de valor agregado en el mercado lácteo. El próximo paso será avanzar hacia la Institucionalización del Mercado Lácteo, en cuyo Proyecto de Ley ya nos encontramos trabajando desde hace meses, a fin de darle al sector previsibilidad frente a períodos recesivos, muchas veces originados en la situación del mercado mundial, y dotarlo de herramientas para agregar valor a la cadena, para que este sector no sólo pueda sobrevivir sino crecer, tecnificarse, expandirse.

Lo que hoy es la máxima debilidad de los productores, es decir, la gran oferta que supera el consumo interno, debe ser no una debilidad, sino por el contrario, una fortaleza y una oportunidad que permita a este sector crecer, exportar, crear productos de valor agregado.

Si queremos apuntalar a esta economía regional, ésta es una de las primeras medidas que se deben tomar.

Por las razones que anteceden, solicitamos a los Sres. Diputados la aprobación de la presente iniciativa.