Expresar su repudio al despido arbitrario de 354 empleados de la Agencia Nacional de Noticias TELAM, y la extrema preocupación por la gravísima situación de los trabajadores afectados, frente a un hecho que con evidencia comporta una grave persecución, desmantelamiento y desguace de la Agencia, y se revela como una amenaza cierta para el resto de los trabajadores que se desempeñan en esta y en la órbita pública en general, a más de una seria afectación a libertad de prensa y estabilidad laboral.

Señor presidente:

Realmente estamos muy preocupados por el conflicto suscitado en la Agencia Nacional de Noticias TELAM por la arbitraria medida de despedir a 354 trabajadores y trabajadoras de la Agencia, medida que fue notificada por el Directorio en el día de ayer 26 de junio del corriente año.

Ante dicha situación, los trabajadores de la Agencia iniciaron un paro, por tiempo indeterminado, con ocupación y permanencia pacifica de las sedes que tiene la misma en la Ciudad de Buenos Aires y convocados por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y el Sindicato de Trabajadores de Prensa (Sitrapen), celebraron un Asamblea General en la puerta del edificio histórico de la entidad, apenas conocidos los primeros despidos mediante cartas documentos.

En este contexto y con un elevado nivel de perversidad y cinismo el Directorio de la Agencia TELAM, publicó un comunicado titulado “ La Agencia Télam tiene futuro” en el que señala entre otras apreciaciones de dudosa credibilidad que “ el esfuerzo de dos años y medio por profesionalizar la empresa siempre chocó con un grupo que confunde privilegios con derechos. Hoy, las decisiones de la Justicia nos permiten avanzar” sostiene la misiva.

Los despidos consumados hoy afectan a trabajadores y trabajadoras de todos los sectores de la agencia, de toda antigüedad, de todas las pertenencias políticas, padres y madres, en definitiva, quienes no tendrán no tendrán “futuro” como señaló el Directorio y el titular del Sistema Federal y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi.

Esta circunstancia comporta lisa y llanamente la afectación a los derechos más elementales consagrados Constitución Nacional como lo es el trabajo y la libertad de expresión y de imprenta, históricamente reconocidos en la Carta Magna y que el constituyente de 1994 reforzó por vía de la incorporación de tratados, convenciones y pactos con jerarquía internacional en el Artículo 75. Inc. 22.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares, me acompañen con el siguiente proyecto de declaración.