Repudiar enérgicamente la represión sufrida por las y los trabajadores de Metrovías

Expresar nuestro más enérgico repudio a la feroz represión sufrida por las trabajadoras y los trabajadores de Metrovías en manos de la Policía de la Ciudad que incluyó disparo de balas de gomas, golpes y 16 detenciones, entre otros, de varios metrodelegados.

El reclamo gremial se encuentra vinculado a la suspensión de más de un centenar de trabajadorxs y la exigencia de paritarias libres, y, en ese marco, se encontraban programadas una serie de medidas de fuerza, que se intentaron evitar mediante el operativo de la fuerza de seguridad.

Este desmedido accionar policial, en complicidad con la patronal, avanza una vez más sobre la libertad sindical y los derechos de movilización y protesta consagrados en nuestra Constitución Nacional.

Es por ello que exigimos el respeto irrestricto a los derechos consagrados en nuestra Carta Magna y los Tratados internacionales de DDHH y demandamos la inmediata libertad de las y los detenidos.

Señor presidente:

En el marco de una serie de medidas de fuerza que llevaba adelante los y las trabajadores de metrovias, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires llevó adelante una feroz represión, utilizando la violencia de un modo desproporcionado y criminalizando, mediante la detención de por lo menos dieciséis trabajadorxs, entre los que se encuentran representantes gremiales, el ejercicio de derechos.

Estás acciones merecen un fuerte repudio de parte de toda la sociedad y, en especial, del Congreso Nacional, ámbito institucional esencial de la vida democrática.

Las protestas o movilizaciones sociales son manifestaciones del ejercicio de la libertad de expresión y de asociación, y del derecho de reunión, todos ellos reconocidos por la Constitución Nacional y los tratados internacionales de derechos humanos –como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, a los que Argentina se encuentra obligada.

Es, justamente, a través del ejercicio de la libertad de expresión, que los ciudadanos tienen la oportunidad de expresar sus opiniones e ideas e incidir en políticas públicas, relacionadas a asuntos que los afectan directamente. A la vez, este derecho tiene su dimensión social o colectiva, que comprende el derecho de la sociedad de recibir las libres expresiones como un modo de robustecer el debate público.

El Relator Especial para la Libertad de Expresión del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH), ha subrayado que “el derecho a la libertad de expresión no es un derecho más sino, en todo caso, uno de los primeros y más importantes

fundamentos de toda la estructura democrática: el socavamiento de la libertad de expresión afecta directamente el nervio principal del sistema democrático”.

Es por ello, que acciones de violencia estatal como la que se repudia atenta la libertad sindical y la convivencia democrática, los derechos básicos de un Estado de Derecho, a la vez que contra la convivencia democrática.