Que vería con agrado que, en función de lo establecido por el artículo 5 de la Ley 27.337, la Cámara Nacional Electoral incluya entre los temas del Debate Presidencial Obligatorio del corriente año, las políticas públicas tendientes a: prever, prevenir y reducir al mínimo las causas del cambio climático; mitigar sus efectos adversos; y alcanzar el desarrollo sostenible.

Señor presidente:

En 2015, los Estados miembros de las Naciones Unidas (ONU) se comprometieron a cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establecieron 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas. Los Objetivos y las metas son de carácter integrado e indivisible y conjugan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. Entraron en vigor el 1 de enero de 2016 y guiarán las decisiones que los países adopten durante los próximos 15 años.

A pesar de que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es el principal foro intergubernamental internacional para negociar la respuesta mundial al cambio climático, el compromiso con la preservación del ambiente también se vio reflejado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible mediante los ODS 13 (Acción por el clima), ODS 14 (Vida Submarina) y ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres).

El agotamiento de los recursos naturales y los efectos negativos de la degradación del medio ambiente, incluidas la desertificación, la sequía, la degradación de las tierras, la escasez de agua dulce y la pérdida de biodiversidad, aumentan y exacerban las dificultades a que se enfrenta la humanidad. El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestra época y sus efectos adversos menoscaban la capacidad de todos los países para alcanzar el desarrollo sostenible .

En el documento de la cumbre de las Naciones Unidas, se reconoce que el desarrollo social y económico depende de la gestión sostenible de los recursos naturales de nuestro planeta. Para ello, es fundamental preservar y utilizar sosteniblemente los océanos y los mares, los recursos de agua dulce y los bosques, las montañas y las zonas áridas, y proteger la diversidad biológica, los ecosistemas y la flora y fauna silvestres. Además, la gestión y el desarrollo sostenibles del medio urbano son fundamentales para la calidad de vida las personas. Las autoridades y las comunidades locales deben trabajar para renovar y planificar las ciudades y

asentamientos humanos buscando fomentar la cohesión comunitaria, la seguridad de las personas y estimular la innovación y el empleo. Se debe buscar la reducción de los efectos negativos de las actividades urbanas y de las sustancias químicas que son peligrosas para la salud y el medio ambiente, la reducción y el reciclado de los desechos y un uso más eficiente del agua y la energía, así como minimizar el impacto de las ciudades en el sistema climático mundial.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, convocó a todos los líderes para que acudan a Nueva York el reciente 23 de septiembre con planes concretos para mejorar sus contribuciones a nivel nacional para 2020, siguiendo la directriz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 % en los próximos diez años y a cero para 2050. La Cumbre busca reunir a diferentes gobiernos, referentes del sector privado, la sociedad civil, autoridades locales y otras organizaciones internacionales para desarrollar soluciones ambiciosas en seis áreas: la transición global hacia energías renovables; infraestructuras y ciudades sostenibles y resilientes; la agricultura y ordenación sostenible de nuestros océanos y bosques; la resiliencia y adaptación a los impactos climáticos; y la convergencia de financiación pública y privada con una economía de emisiones netas cero. Además, existen tres áreas clave adicionales: una estrategia de mitigación para impulsar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) y las estrategias a largo plazo para conseguir las metas del Acuerdo de París; el compromiso de la juventud y movilización pública, incentivando a personas de todo el mundo para que actúen contra el cambio climático, asegurando que las personas jóvenes estén integradas y representadas en todos los aspectos de la Cumbre; contar con impulsores sociales y políticos, y así avanzar en los compromisos dentro de las áreas que afectan al bienestar de la población, la protección de los trabajadores y de los grupos vulnerables.

En la inauguración de la Cumbre sobre la Acción Climática, el titular de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que “si no cambiamos urgentemente nuestra forma

de vida, estaremos poniendo en peligro la vida misma”. Además, aseguró que “todavía no es tarde para limitar el aumento de la temperatura media del planeta a los 1,5 grados centígrados, uno de los umbrales para evitar los efectos más catastróficos del calentamiento global, pero ello exigirá transformaciones fundamentales en todos los aspectos de la sociedad: desde cómo cultivamos los alimentos o cómo usamos la tierra hasta cómo suministramos energía a nuestras economías” . También, Greta Thunberg, la joven sueca activista mundial que lucha para detener el cambio climático, le recriminó a los líderes mundiales por no estar haciendo lo suficiente para detener este fenómeno y les recordó que desde hace treinta años “la ciencia ha sido clara” y les preguntó: “¿cómo se atreven a seguir mirando hacia otro lado y afirmar que hacen lo suficiente cuando las políticas y las soluciones necesarias todavía no están y no se las ve por ninguna parte?” .

Además, previo a la Cumbre, el pasado sábado 21 de septiembre tuvo lugar la Cumbre de la Juventud sobre el Clima de las Naciones Unidas, una propuesta pensada para jóvenes líderes que se encuentran inmersos en el impulso de la acción climática, en el que pueden presentar a la ONU sus propuestas de soluciones y colaborar con los responsables en abordar la crisis climática . Asistieron más de 500 jovenes de todo el mundo, desde Argentina, hasta Kenia, las Islas Fiji y Suecia, que estuvieron reunidos con el Secretario General . Bruno Rodriguez, el joven activista argentino de 19 años, alertó que “hace falta un involucramiento de la juventud en este tema porque nos están dejando un mundo dirigentes políticos y empresarios que no va a poder ser habitable en un futuro muy próximo” y cree que “a la clase dirigencial, que la comprenden solamente adultos, les cuesta mucho más poder asimilar estos temas como prioritarios de difusión porque justamente no van a ser quienes sufran las consecuencias devastadoras de la crisis climática y ecológica” .

La Ley 27.337 modificó artículos del Capítulo IV bis del Título III del Código Electoral Nacional y estableció la obligatoriedad de debates preelectorales públicos entre candidatos a Presidente de la Nación, con la finalidad de dar a conocer y debatir ante el electorado las plataformas electorales de los partidos, frentes o agrupaciones políticas. El actual artículo 64 octies del Código establece que la Cámara Nacional Electoral, con asesoramiento de organizaciones del ámbito académico y de la sociedad civil comprometidas con la promoción de los valores democráticos, convocará a los candidatos o representantes de las organizaciones políticas participantes, a una audiencia destinada a acordar el reglamento de realización de los debates, los moderadores de los mismos y los temas a abordar en cada uno de ellos.

Este año, los debates presidenciales tendrán lugar el 13 y 20 de octubre en la Universidad Nacional del Litoral, ciudad de Santa Fe, y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. En el primer debate, se tratarán los temas economía y finanzas; educación y salud; derechos humanos, diversidad y género, y relaciones internacionales. Y en el segundo, debatirán sobre empleo, producción e infraestructura; federalismo, calidad Institucional y rol del Estado; desarrollo social, ambiente y vivienda, y seguridad .

La institucionalización de la práctica de los debates presidenciales buscó mejorar la democracia volviéndola más abierta y deliberativa, así como enriquecer el proceso electoral a través de la incorporación de una instancia de intercambio de ideas y propuestas entre los candidatos presidenciales, para poder ofrecer a los ciudadanos mayor información al momento de ejercer su derecho a elegir. El debate constituye un espacio en el que todos los candidatos deben brindar respuestas y explicaciones ante las observaciones, críticas y preguntas de los demás participantes y los moderadores, favoreciendo la transparencia y la integridad del proceso electoral.

En este sentido, no podemos ignorar el reclamo de los jóvenes de Argentina y del mundo entero que hoy piden a los gobernantes que actúen en forma urgente para combatir la crisis climática que estamos atravesando. Para ello es central que cada candidato proclamado en las elecciones primarias, exprese en forma clara su posición en esta temática, así como sus planes de gobierno y las políticas públicas que buscará implementar en caso de ser el Presidente de la Argentina los próximos cuatro años. La ciudadanía merece saber qué medidas buscará implementar cada uno de ellos en las políticas, estrategias y planes nacionales.

Los impactos del cambio climático se sienten cada vez más en cada rincón del mundo, con consecuencias muy graves en la vida de las personas y las economías nacionales. Sin embargo, existen claras soluciones asequibles y escalables que nos permitirían dar el salto a economías más limpias y resilientes, y este aspecto debe ser central en toda agenda política y de gobierno. Sin un desarrollo sustentable y un cuidado serio del impacto ambiental, no habrá esperanza de bienestar general, ni de libertades para nosotros ni para las generaciones futuras, de las que el preámbulo de Carta Magna nos hace responsables hoy.

Por lo tanto, y en consonancia con los compromisos internacionales asumidos por la República Argentina, el presente proyecto propone solicitar a la Cámara Nacional Electoral que incluya entre los temas del Debate Presidencial Obligatorio del corriente año, qué propuestas de políticas públicas tiene cada candidato tendientes a: prever, prevenir y reducir al mínimo las causas del cambio climático; mitigar sus efectos adversos; y alcanzar el desarrollo sostenible. De esta manera no solo daremos una mejor herramienta a la sociedad argentina, sino que además daremos un mensaje de compromiso y respeto hacia el medio ambiente que pueda servir de ejemplo al mundo entero en la discución de estas urgentes cuestiones.

Por las razones expuestas, solicito el acompañamiento de mis pares y la aprobación del presente proyecto de Declaración.