Su más enérgico repudio a la agresión verbal y física, amenaza de muerte e intento de robo sufrido por el periodista Nicolás Wiñazki en las inmediaciones del Congreso de la Nación Argentina, en oportunidad de la cobertura de la sesión legislativa de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, de fecha 09 de mayo de 2018.

Señor presidente:

El pasado miércoles 09 de mayo de 2018, durante el trascurso de la sesión legislativa de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, el periodista Nicolás Wiñazki, al retirarse por la puerta de la Honorable Cámara de Senadores del Congreso de la Nación, en sentido a la calle Combate de los Pozos, fue increpado, amenazado de muerte, agredido verbal y físicamente y víctima de un intento de robo de su teléfono celular –herramienta periodística- por parte de un grupo de cuatro personas “militantes identificados con Cristina Kirchner”, conforme a las declaraciones públicas del periodista.

Cabe enfatizar que el ataque se trata de un atentado contra la libertad de prensa. Los periodistas tienen derecho a ejercer su oficio sin tener que sufrir agresiones verbales ni violencia física. Como ha manifestado la Oficina de la UNESCO en Montevideo (La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) la libertad de prensa es un elemento central del derecho más amplio a la libertad de expresión: “La prensa (en sus varias plataformas) juega un papel central al informar de forma contextualizada sobre los temas relevantes para todos los ciudadanos y ciudadanas, al agendar en debate público las cuestiones centrales para el desarrollo y la democracia, al actuar como ‘perro-guardián’ de los gobiernos y otros actores”.

En tal sentido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha afirmado, en el principio 9 de su Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión, que la violencia contra periodistas: “viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión”. Asimismo, dicha Comisión ha señalado que la violencia contra las y los periodistas o trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación, que se comete a causa del ejercicio de su profesión, no solo afecta la posibilidad de escuchar estas voces, sino que vulnera el derecho de las sociedades en general a buscar y recibir todo tipo de información e ideas de manera libre y pacífica.

Por todo lo antes mencionado, y para que los periodistas puedan ejercer su oficio sin condicionamientos y en total plenitud, es que solicito a mis pares la aprobación de este proyecto de declaración.