Expresar repudio por los femicidios ocurridos en la provincia de Entre Ríos, en las localidades de Paraná y Concepción del Uruguay, los días 5 y 7 de Noviembre.

Señor presidente:

Quiero expresar mi pesar y más enérgico repudio por los femicidios ocurridos en las localidades de Paraná y Concepción del Uruguay, de la provincia de Entre Ríos, los días 5 y 7 de Noviembre del corriente. Es necesario resaltar que entre los hechos descriptos transcurrió un lapso de tan sólo 48 horas.

En la localidad de Paraná, transcurría la noche del sábado cuando se dio a conocer la triste noticia de que un hombre llamado Orlando Ojeda, suboficial de la Prefectura Naval, delegación Paraná, asesinó a dos mujeres utilizando una pistola 9 milímetros de la repartición en violentos episodios registrados en diferentes barrios de la capital provincial. La primera de las mujeres asesinadas era su ex pareja. Tras ultimarla acudió a la casa de su ex esposa -con quien tenía tres hijos- y la hirió gravemente. La mujer falleció cuando era trasladada al Hospital.

Como dato no menor y de extrema importancia que nos debe interpelar, se supo que en meses previos, Ojeda había sido denunciado por violencia de género por su ex pareja fallecida, pero Prefectura Naval nunca le retiró el arma reglamentaria que estaba en su poder.

Por otro lado, en la madrugada del lunes 7 del corriente se conoce otro hecho aberrante ocurrido en la ciudad de Concepción del Uruguay en donde un hombre (Juan Pablo Ledesma) mató a puñaladas a su ex pareja, a su concubino y a sus dos hijas de 5 y 7 años.

La provincia de Entre Ríos no sale de la conmoción por el aumento en la cantidad de crímenes contra mujeres, que según datos arrojados por la ONG Red Alerta, entre 2007 y 2016 se registraron 76 femicidios.

Lamentablemente, en este último tiempo, hemos sido testigos de una violencia insólita hacia las mujeres a lo largo y a lo ancho de nuestro país, de donde surge claramente la existencia de una matriz patriarcal vigente que está muy arraigada en nuestra sociedad.

El colectivo “Ni una menos” como el paro nacional de mujeres contra los femicidios que por primera vez en la historia se llevo a cabo hace algunos días, reclama a viva voz y de manera urgente, políticas públicas integrales que contemplen la prevención, sanción y lucha contra la violencia de género, y que garanticen la autonomía económica de las mujeres, sin la cual, muchas víctimas quedan atrapadas en relaciones de pareja atravesadas por maltrato y golpes.

Recordamos que la violencia de género se define por las relaciones desiguales de poder que subordinan a las mujeres, y las relaciones patriarcales que hacen de las mujeres (y los hijos e hijas) propiedad de los varones y responsables del cuidado y los trabajos domésticos. Cuando una mujer se rebela a ese lugar, la respuesta es la amenaza, la violencia y la muerte.

A su vez, el “femicidio” es el tenebroso final de esa escalada de violencia. Es sumamente necesario que entendamos de una vez por todas, que no se trata de un conflicto privado entre dos personas, ni tampoco de un crimen pasional (como todavía se insiste en caracterizarlo). Aunque ocurra en el seno de una pareja o ex pareja, está basado en una desigualdad sistemática en la que el Estado tiene responsabilidades. Por eso le reclamamos al Estado su intervención, no sólo para penalizar al femicida, sino fundamentalmente para evitar los femicidios.

Debemos entender de una vez por todas que las luchas y conquistas del colectivo de mujeres no es una avanzada de aquellas sobre los varones, sino sobre el patriarcado como un sistema cruel que también los oprime aunque parece darles privilegios. Es imposible construir igualdad en un sistema que naturaliza sobre las diferencias sexuales la desigualdad política y de derechos.

Por todo ello y diciendo basta de femicidios y de violencia y bregando por una sociedad libre de violencia seguiremos trabajando hombres y mujeres hasta que nos escuchen. Por todo lo expuesto solicito el acompañamiento de mis pares en la aprobación del presente proyecto.