Repudiar enfáticamente los dichos de la diputada de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación, Dra. Elisa Carrió, en la reunión de "gabinete ampliado" acontecida en el Centro Cultural Kirchner, el día 15 del corriente. En dicha ocasión, la diputada, menoscabando el proceso electoral y la decisión soberana del pueblo argentino -que ya se expresó en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del pasado domingo, y que ratificará su decisión en las elecciones generales de octubre- sostuvo que “nos van a sacar muertos de Olivos”. Dichas declaraciones, se inscriben en un espíritu francamente contrario al respeto democrático. Mismo espíritu presente, también, en las desafortunadas declaraciones del presidente de la Nación, ingeniero Mauricio Macri, el lunes inmediatamente posterior a la elección cuando, en tono amenazante, criticó el voto de la ciudadanía argentina, visiblemente intolerante frente al duro revés electoral que sufrió el domingo 11 de agosto. Este tipo de actitudes y expresiones resultan dañinas e incompatibles con los valores y normas elementales de la convivencia democrática, siendo inadmisible que personas con una importante responsabilidad institucional desconozcan o minusvaloren la voluntad popular expresada en las urnas.

Expresar preocupación por la utilización de instalaciones del Estado Nacional, en particular el Centro Cultural Kirchner, como propiedad privada de un espacio partidario, para el desarrollo de una actividad proselitista de "Juntos por el Cambio".

Instar a los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional y a la alianza electoral Juntos por el Cambio a que desista de realizar actos de campaña, en los términos que los define el Código Electoral, en instalaciones del Estado y/o con recursos del mismo. Instar a los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional y a la alianza electoral Juntos por el Cambio a respetar la voluntad popular y las instituciones de nuestra Democracia, y a no proferir declaraciones agraviantes, injuriosas y/o calumniosas respecto de los candidatos de la oposición, sus propuestas de gobierno y sus votantes.

Señor presidente:

A pesar de la grave crisis económica y social que atraviesa nuestro país, agravada desde abril de 2018, como consecuencia de las pésimas decisiones de política económica que el actual gobierno ha venido tomando desde el día que asumió, vemos con preocupación cómo el presidente, los funcionarios de su gabinete y los diputados de su bloque y aliados, insisten en hacer campaña electoral, utilizando además, para ello, instalaciones del Estado, aún por fuera del período de campaña establecido en el Artículo 64 Bis del Código Electoral, atacando y calumniando a los candidatos, votantes y dirigentes de la oposición, mientras dejan de lado las responsabilidades de gobierno que el pueblo argentino les encomendó cuando los eligió para ocupar los cargos que hoy -y hasta el 10 de diciembre- ostentan y deben honrar.

El día 15 de agosto, la diputada nacional, miembro de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación, Dra. Elisa Carrió, en una reunión de "Gabinete ampliado" que se llevó a cabo en el Centro Cultural Kirchner, profirió improperios y calumnias contra la oposición y, menoscabando la voluntad popular expresada el 11 de agosto, así como la que se expresará en las elecciones generales de octubre, sostuvo en tono amenazante, que “de Olivos nos van a sacar muertos”.

Dichas declaraciones constituyen una escalada de violencia verbal en el marco de la disputa electoral, pero además una inaceptable negación de la decisión de la ciudadanía cristalizada en elecciones legítimas y legales.

De igual gravedad resulta la vulneración de las fronteras entre el Estado, el Gobierno y el partido oficialista, utilizando instalaciones del Estado nacional, es decir, de todos los argentinos, para la realización de actividades proselitistas con contenido descalificatorio hacia la oposición y hacia la ciudadanía argentina.

La diputada Carrió descalificó a la oposición, por medio de injurias y calumnias varias. Entre otras atrocidades, exigió al votante que “no vote ladrones porque lo van a robar y que no vote a los que manejan las droga porque se están muriendo los chicos”. Dichas agresiones erosionan la calidad democrática, el republicanismo, la separación de poderes y el respeto mutuo entre los adversarios políticos, a la vez que pretende tomar de rehén al electorado con falsedades mientras infunde miedo en la población.

Lamentablemente, no es nueva esta actitud de Cambiemos. Ya en varias ocasiones, el propio Presidente, Mauricio Macri, comparó a la oposición con países en situaciones socioeconómicas y políticas muy complejas, desconociendo la grave crisis que vive nuestro pueblo y que sus propias políticas han promovido. El 11 y 12 de agosto, Macri criticó a los votantes, advirtiendo que “el dólar bajaba y se consolidaba el proceso de baja de la inflación. Por el voto al kirchnerismo, todo esto se revirtió. Eso demuestra que hay un problema grave entre el kirchnerismo y el mundo. El mundo no confía en lo que quiere hacer con la Argentina”. Acusar a los votantes por elegir otra opción electoral, resulta antidemocrático, antirrepublicano y un ataque a la libertad del voto, de expresión y de participación cívica. Amén de la mentira y búsqueda de manipulación social de sus expresiones, toda vez que es el propio gobierno quien tiene los resortes para evitar que situaciones traumáticas como las vividas en los primeros días posteriores a la elección se susciten, lo que quedó efectivamente demostrado cuando la autoridad monetaria tomó la decisión de intervenir.

En la conferencia de prensa del 12 de agosto, asimismo, el presidente Macri acudió acompañado de su candidato a vicepresidente, Miguel Ángel Pichetto, en lugar de su vicepresidenta en ejercicio, Gabriela Michetti, lo cual transformó un acto de Gobierno en un acto político-partidario de campaña electoral.

Los argentinos y argentinas no debemos ser víctimas de un proceso extorsivo por parte de los candidatos oficialistas, que culpan al Pueblo por elegit otras opciones electorales. El Gobierno tampoco puede descalificar y calumniar a los dirigentes de la oposición, o negar los procesos democráticos legítimos y legales. En la Argentina hemos vivido demasiadas interrupciones a la democracia, proscripciones y terrorismo de Estado, como para darnos el lujo de tolerar actitudes que erosionan los valores democráticos y mucho menos, cuando provienen de quienes tienen las máximas responsabilidades institucionales.

En defensa de la democracia y el pleno respeto por la voluntad popular, es que solicito a mis pares que me acompañen en el presente proyecto de resolución.