• Su más enérgico repudio y condena por el ataque militar a la República Árabe Siria, ocurrido el 13 de abril, coordinado por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, ejecutado y decidido sin la comprobación de la existencia de armas químicas, en contraposición con el mandato de Naciones Unidas, violando los principios del Derecho Internacional y avasallando la soberanía del Estado.

• Su rechazo al uso de armas químicas, contra cualquier población civil según lo establecido en la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción, Almacenaje y Uso de Armas Químicas y sobre su destrucción y su apoyo al trabajo, independiente y sin condicionamientos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) como organismo encargado de la aplicación de la Convención sobre Armas Químicas.

• Su solidaridad con todo el pueblo de la República Árabe Siria y su más profundo pesar por las víctimas del ataque, condenando toda forma de violencia, abogando por la paz, por el respeto a los derechos humanos, el diálogo como forma de solución de pacífica de los conflictos y el acatamiento de las normas del Derecho Internacional de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas.

Señor presidente:

En un ataque que no superó los sesenta minutos, el 14 de abril (1 GMT) -(13 de abril 22 de Argentina)- sobre tres objetivos, uno cerca de Damasco y otros dos en la región de Homs, en el centro del país fuerzas militares lideradas por el gobierno de Donald Trump bombardearon tres objetivos claves, en los que el Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos de Norteamérica aseguró tener la certeza del funcionamiento de instalaciones de armas químicas.

La justificación del ataque realizado por Estados Unidos con la participación de Francia y Gran Bretaña proviene de un supuesto y no probado uso de armas químicas por parte del gobierno del líder sirio, Bashar Al Asad, contra población civil dentro de su territorio.

Estados Unidos asegura que las fuerzas de Assad utilizaron “gas cloro” y “gas sarín”. Sin embargo, tanto el gobierno sirio como el ruso lo niegan y sostienen que todo es una operación de los países occidentales.

Horas antes, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró que su país tenía "pruebas irrefutables" de que el presunto ataque con armas químicas al que Estados Unidos prometió responder era un montaje de agentes extranjeros, con el objetivo supuesto de entorpecer las inspecciones de los funcionarios de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Un día antes el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, advirtió que no se podía descartar la posibilidad de un conflicto armado entre su país y Estados Unidos, si Washington decidía lanzar un ataque contra Siria, lo que finalmente ocurrió esta noche.

Francia, por su parte, aseguró el jueves que tenía evidencias de que el gobierno sirio llevó a cabo el ataque cerca de Damasco. "Tenemos pruebas de que la semana pasada (...) se usaron armas químicas, al menos con cloro, y que fueron utilizadas por el régimen de Bashar al Assad", aseguró el presidente Emmanuel Macron, en sintonía con Trump.

Estas acusaciones lanzadas contra Damasco por ese supuesto ataque químico en Duma sirvieron de justificativo para los bombardeos de las fuerzas estadounidenses, francesas y británicas contra los objetivos sirios.

Es necesario destacar que, al momento del ataque de los tres aliados occidentales, se encontraban en Siria representantes de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) para investigar las denuncias del supuesto ataque con armas químicas.

En ese sentido, el director general de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAC) manifestó el lunes que la misión de investigación en Siria aún no ha visitado Duma, lugar en el que supuestamente hubo un ataque con armas químicas, por "temas de seguridad pendientes". "Los funcionarios sirios y rusos que participan en las reuniones preparatorias en Damasco han informado a la misión de que aún quedan temas de seguridad que deben ser trabajados antes de que ningún despliegue pueda tener lugar", se lee en el comunicado del director general de la OPAC.

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) es el organismo encargado de la aplicación internacional de la Convención sobre Armas Químicas. Fue laureado en 2013 con el Premio Nobel de la Paz debido a su importante labor en ayudar a la destrucción de estas armas en la Guerra Civil Siria. Su misión es asegurar la destrucción de las armas químicas y evitar cualquier forma de su desarrollo o proliferación en el futuro. Para alcanzar estos objetivos, la OPAQ recibe de los Estados Parte información sobre la aplicación de la Convención y realiza las actividades de verificación establecidas en la misma.

En este punto, es necesario manifestar la preocupación por la posición de la cancillería argentina al condenar el supuesto ataque con armas químicas sin ningún tipo de pruebas alineándose con los países que llevaron adelante el ataque sin la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Este hecho es más preocupante debido a la falta de coordinación con los países de la región latinoamericana que están representados por el Estado Plurinacional de Bolivia y la República de Perú.

En la delicada coyuntura de estas horas, es fundamental hacer un llamado a la comunidad internacional para hacer esfuerzos que permitan preservar la paz y seguridad, evitando acciones que generen una escalada de tensión y asimismo buscar caminos de diálogo en el marco de los compromisos internacionales existentes.

Por eso, apoyamos el reclamo del Papa Francisco por una "acción común por la paz en Siria", al manifestarse "profundamente perturbado por la actual situación mundial, en la que, a pesar de los instrumentos a disposición de la comunidad internacional, no se llega a concordar una acción común por la paz en Siria y otras regiones del mundo".

Por ello, nos solidarizamos con el pueblo de Siria y, fieles a nuestra concepción filosófica y geopolítica heredera de la tercera posición que planteó Perón, abogamos por la la soberanía de los Estados, avasallada nuevamente por las potencias occidentales, provocando catástrofes humanitarias que constituyen flagelos irreparables y bregamos por la paz, el respeto a los derechos humanos y el acatamiento de las normas del derecho internacional de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas en la búsqueda de una solución política no militar y que promuevan efectivamente la ayuda para la situación inhumana que están viviendo miles de víctimas civiles, niños, mujeres y ancianos.

Es por todo lo expuesto que solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto.