Manifestar la profunda preocupación por la actual gestión y administración del Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas que dispuso el despido de 122 trabajadores y trabajadoras, muchos de ellos/as con más de veinte años de antigüedad y destacada trayectoria en el ámbito de la salud pública, poniendo en riesgo la calidad, la seguridad y la sustentabilidad de la prestación de los servicios de salud que dicho Hospital viene garantizando hace décadas con una producción de más de 700.000 consultas médicas por año. Asimismo, exigir al Poder Ejecutivo la reincorporación de los trabajadores/as despedidos/as y la presentación pública ante esta Honorable Cámara del Plan de gestión que se encuentre implementando actualmente para garantizar el normal funcionamiento del mencionado Hospital de alta complejidad de referencia nacional y dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.

Señor presidente:

El Hospital Nacional Prof. A. Posadas es un Hospital de alta complejidad de referencia nacional para la atención de pacientes agudos en todas las etapas de su vida, y tanto la calidad como la excelencia de sus servicios han construido un prestigio de enorme relevancia para el campo de la salud pública y de la vida académica y de investigación científica. Es una institución donde se desarrollan actividades de prevención, tratamiento, diagnóstico y rehabilitación de la salud en las personas, así como actividades docentes y de investigación. Dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, descentralizado e incluido en el régimen de Hospitales Públicos de Autogestión, se encuentra ubicado en el área oeste del conurbano bonaerense, en la localidad de El Palomar, partido de Morón, Provincia de Buenos Aires.

Sobre una extensión de 16 hectáreas tiene 56.000 m2 de superficie cubierta, se encuentran las áreas de consulta externa e internación, áreas de tratamiento y diagnóstico y aéreas administrativas. A esto se suman otras áreas como las de depósitos, talleres, jardín maternal, iglesia, y la escuela de enfermería (ex Centro Clandestino de Detención “El Chalet”, declarado lugar histórico nacional), entre otras. Su área de influencia cubre una población de 4.400.000 habitantes aproximadamente. Comprende los partidos de: Morón, Ituzaingó, 3 de Febrero, Hurlingham, La Matanza Merlo, San Miguel, José C. Paz y Moreno, extendiéndose en menor medida a General Rodríguez, Marcos Paz, General Las Heras y General San Martín. Recibe, además, consultas de pacientes de todo el país. Según datos públicos del Hospital, actualmente cuenta con: 488 camas (de las cuales 118 son destinadas a Cuidados Intermedios e Intensivos, tanto de adultos como pediátricos.) con un índice de ocupación del 88,8%; 200 consultorios externos de especialidades clínicas y quirúrgicas; 9 quirófanos donde se realizan intervenciones de todas las especialidades, excepto trasplantes de órganos. El Hospital Posadas tiene una producción anual de más de 700.000 consultas de las cuales 500.000 son consultas programadas y 200.000 consultas por emergencias, 20.000 egresos, 4500 partos y 12.000 cirugías. La mayoría de sus servicios han desarrollado hasta ahora características de excelencia y complejidad, convirtiendo al establecimiento en un centro de derivación de influencia regional.

En la actualidad hay aproximadamente 4600 trabajadores/as en este Hospital. Como ya se indicó, se trata de un Hospital cuyo tamaño, escala y complejidad requieren de una importante cantidad de personal médico y no médico que sostenga día a día la cantidad de servicios y consultas que lleva adelante. A modo de ejemplo, solo en el servicio de Orientación al paciente pasan por día más de 1000 personas y en los consultorios externos se atienden por día entre 2500 a 3000 pacientes. En la guardia se atienden aproximadamente 500 personas

por día y en el área de estudios ambulatorios otras 3000 personas diarias aproximadamente también. Desde que asumió el gobierno del presidente Macri, han avanzado, como en muchas otras áreas sensibles de la Administración Pública, con una fuerte política de despidos masivos que impactan directamente en la calidad y sustentabilidad de la prestación de los servicios de salud pública del Hospital. Esta política constituye una situación de extrema gravedad y emergencia sanitaria que pone en riesgo el funcionamiento de un Hospital Nacional de referencia de todo el país, instalando, además, un clima de persecución y amedrentamiento a los/as trabajadores/as según ellos mismos denuncian públicamente.

Desde que asumió la nueva gestión a cargo del Hospital a finales de 2015 hubo: 641 despidos en marzo de 2016, aproximadamente 20 despidos más en forma aislada entre 2016 y 2017 y una nueva tanda de 122 despidos actualmente en enero de 2018. Con estos nuevos despidos, se debilita fuertemente el área de enfermería, farmacia, anatomía patológica y anestesia, y entre los/as despedidos/as se encuentra también por ejemplo una médica pediatra especialista en toxicología que para reemplazarla obligaron a volver a otra médica que se encontraba con licencia por lesiones traumatológicas y pretenden contratar además estudiantes de esta especialidad pero en condiciones de trabajo más precarias. Servicios fundamentales del Hospital como la terapia intensiva de pediatría, la unidad coronaria, o la neonatología, quedaron ahora con muy poco personal asistencial, volviéndose muy difícil la atención en estas áreas. Según denuncian los/as trabajadores/as, otras áreas como la del tratamiento contra el cáncer han quedado también prácticamente desarticuladas.

Entre los despedidos, hay muchos trabajadores/as de enfermería que se encontraban en conflicto con la administración del Hospital que quería obligarlos a aumentar su carga horaria nocturna, pretendiendo que trabajasen 12 horas seguidas. Este conflicto se encontraba judicializado y esos trabajadores/as estaban amparados por dicho proceso judicial.

De este modo, queda demostrado que los despidos no son solo para reducir lo que consideran “costo salarial” sino que se trata de una política de vaciamiento de la institución, acompañada de una evidente persecución política a determinados/as trabajadores/as que en su mayoría tienen más de 10 años y algunos de ellos hasta 20 años de antigüedad en su trabajo dentro del Hospital.

Desde que el gobierno nacional anunció los nuevos despidos masivos en el Hospital, los/as trabajadores/as se organizaron y en Asamblea definieron un paro con movilización para exigir la reincorporación de los despedidos. Como en tantos otros conflictos, el gobierno respondió enviando fuerzas de seguridad para reprimir la protesta con altísimos niveles de violencia tanto hacia los/as trabajadores/as como hacia los/as legisladores/as presentes, referentes y dirigentes sociales y políticos que acompañaban la situación.

Al conflicto laboral por los despidos de los/as trabajadores/as del Hospital, se suman otras características de la gestión actual del Hospital que denuncian sus trabajadores/as y que vale la pena destacar ya que son indicadores graves a los que los/as legisladores/as debemos prestar atención y sobre los cuales esperamos obtener respuestas por parte del Poder Ejecutivo: - el vaciamiento de algunos servicios de salud y prestaciones de alta complejidad del Hospital de reconocimiento nacional; - la vuelta a la precarización laboral como modo de contratación y empleo en el Hospital; - la privatización de cada vez más servicios dentro del Hospital, - el desarrollo de prácticas autoritarias de control, vigilancia y persecución hacia los/as trabajadores/as; - la militarización del Hospital. Desde que asumió el gobierno del presidente Macri se cerraron los accesos al barrio Carlos Gardel, lindante al Hospital, donde viven cientos de familias que allí se atienden diariamente, se colocaron alrededor de 6 puestos fijos de Gendarmería Nacional que se suman a otros puestos de la Policía Federal, de la Policía Bonaerense y del servicio de Seguridad propia del Hospital que opera en la práctica como una policía paralela. Esta militarización de una institución de salud pública sólo ha logrado aumentar la conflictividad con los/as trabajadores/as y la situación de hostigamiento y amedrentamiento frente a los conflictos.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares me acompañen en el presente proyecto de declaración.