Su más enérgico repudio por las agresiones que sufriera el delegado ferroviario Rubén "Pollo" Sobrero y su familia los días 13 y 14 de septiembre de 2012. Al mismo tiempo manifestamos nuestra preocupación y solicitamos se arbitren las medidas necesarias para el esclarecimiento de estos hechos.

Señor presidente:

El día 14 de septiembre del corriente año el delegado Rubén Sobrero denunció que en el dia de la fecha, una de sus hijas, Evelyn, recibió amenazas de parte de un grupo de desconocidos. El hecho ocurrió a la tarde, a la salida del colegio. "La fueron a buscar dos personas, la llevaron cuatro cuadras caminando amenazándola que la iban a matar si no me callaba la boca. Estuvo rápida la comisaría de Haedo que posibilitó que no pasara a mayores. Si ya se empiezan a meter con los pibes estamos en cualquiera", relató el delegado en diálogo con radio Mitre.

Un día antes, el jueves, Sobrero había sufrido un ataque sobre su auto. Por Twitter se lo adjudicó a la "patota de Pedraza". "La cobardía de aquellos que todavía defienden a Pedraza no tienen limites. No solo me agredieron verbalmente y luego una patota de La lista verde y del plan Argentina Trabaja me destruyeron el auto. A las 24hs mi hija Evelyn es interceptada en el colegio y desviada de su camino con amenazas de muerte a ella y sus hermanos y dándole datos sobre teléfonos, horarios y direcciones", dijo Sobrero ese día a través de su cuenta personal.

Este daño intimidatorio no sólo fue perpetrado contra él y su familia, sino sobre el conjunto de la sociedad argentina que en los últimos tiempos ha observado con preocupación un conjunto de hechos similares al registrado, realizados para acallar a quienes denuncian hechos de corrupción en los que están implicados funcionarios y empresarios.

Es preciso que estos hechos de violencia no queden impunes, máxime al tratarse de dirigentes reconocidos por su militancia social y sindical, a los que intentan de forma cobarde y vil amedrentar, como así también a la expresión de los trabajadores y sus organizaciones. La vigencia de los derechos civiles, económicos, sociales y culturales en el marco de una sociedad democrática hacen imperioso esclarecer dichos ataques a fin de garantizar los principios previamente enunciados.