Artículo 1° - Dispónese la construcción de un monumento en homenaje a la memoria de Regino Manuel Maders, quien fuera senador provincial por Córdoba y es recordado por sus firmes valores morales y democráticos. El mismo estará emplazado en la Plaza Armada Argentina ubicada entre las calles General Paz, Constitución y Juan de Campillo, ciudad de Córdoba, provincia de Córdoba

Artículo 2°: Autorizase al Poder Ejecutivo Nacional a disponer las partidas presupuestarias que fueran necesarias para la realización y concreción de dicho monumento.

Articulo 3°: El Poder Ejecutivo Nacional convendrá con el gobierno de la provincia de Córdoba y la Municipalidad de Córdoba, la determinación del espacio público que ésta cederá para el emplazamiento del monumento mencionado en el artículo 1º de la presente ley.

Articulo 4°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

Traemos a consideración un proyecto que tiene que ver con la construcción de un monumento en la Plaza Armada Argentina ubicada entre las calles General Paz, Constitución y Juan de Campillo, ciudad de Cordoba, provincia de Córdoba, para honrar la figura de quien fue Senador por dicha provincia, Regino Manuel Maders recordado por sus firmes valores morales y democráticos. Según nos cuentan sus familiares, en dicha plaza, Regino pasó su niñez, con sus juegos, con sus amigos, y en parte también su juventud. Se encuentra aproximadamente a dos cuadras de su casa materna.

Regino Maders nació en Córdoba el 9 de marzo de 1946. Cursó los estudios primarios en la Escuela Presidente Sarmiento y los secundarios en la escuela nacional Ing. Cassafousth. Su vocación por los estudios técnicos lo llevó a inscribirse en la carrera de Ingeniería Electrónica de la Universidad Tecnológica Nacional, donde se graduó en 1972. Junto a su formación profesional abrazó inmediatamente la labor docente, accediendo por concurso a la cátedra de Programación y Antenas en la Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional, cátedra que también dictó en la Universidad Católica de Córdoba.

Regino conjugó la política con la docencia universitaria, pasiones que abrazó como ideal de vida. Su actuación pública fue distinguida por una capacidad intelectual, un profundo sentido de la amistad y una calidad humana sin igual. Sin lugar a dudas, demostró, que la honestidad de procedimientos era un ingrediente esencial para la transparencia de las acciones al servicio de la sociedad.

Trabajó en la E.P.E.C (Empresa Provincial de la Energía de Córdoba), entre los años 1969 y 1985. Junto con sus maestros y compañeros de tareas, sentó las bases en los albores de la década del ´80 de la "Agrupación de Trabajadores Radicales de Luz y

Fuerza Santiago H. del Castillo", reuniendo los esfuerzos de muchos afiliados. Fue su objetivo transformar la empresa, haciendo útiles los recursos del Estado y poniéndolos al servicio de la comunidad.

También tuvo gran actuación en el terreno gremial, llegando a organizar el Sindicato del Personal Jerárquico en la E P E C. Desde este lugar, como militante sindical trabajo incesantemente por la dignidad y el bienestar de los trabajadores.

Sus profundas convicciones políticas encontraron en la Unión Cívica Radical el ámbito donde se sintió cómodo para desarrollar plenamente su actividad. Fue Secretario del Comité de Circuito de la Seccional Séptima, Secretario del Comité Capital y Vicepresidente de la Junta Capital del Movimiento Nacional de Renovación y Cambio. Fue Senador provincial entre 1985 y 1989.

Durante su desempeño político, su corazón sensible y su mano extendida para aliviar y atender a todas las personas que se le acercaban, sin distinción alguna, junto a la plena conciencia de servicio que le exigía el cargo que detentaba, hizo que lo apodaran como el "Senador del Pueblo".

Regino fue una persona de una peculiar sensibilidad y privilegiada visión de hombre público; legado que ha dejado plasmado en cada una de sus funciones. De este modo, se fue convirtiendo en un hombre buscado y querido por los más desposeídos; los cuales lo buscaban por los pasillos de la Legislatura cordobesa, para plantearle sus problemas y necesidades.

Cumplía fielmente con la causa del partido. Él decía, como lo hacía Hipólito Yrigoyen: "el radicalismo es la causa de los desposeídos". Y no solamente lo declamaba sino que lo practicaba día a día como ejemplo de hombre intachable, siempre a la defensa de los más carenciados

Desde su banca de Senador no dudó en denunciar los hechos de corrupción del poder de turno. De esta forma puso en evidencia los negociados en relación a la privatización de la E.P.E.C, entre otros. Sin perseguir un rédito propio, dando una lección de compromiso y de lucha, persistió en su reclamo esclarecedor. Por defender sus convicciones y pelear frente a la corrupción y la injusticia, fue asesinado el 6 de septiembre de 1991.

Pese a las falsas dudas planteadas desde el poder político cordobés quedó comprobado que se trató de un crimen político, realizado con premeditación y alevosía, por un precio estipulado desde ese mismo poder. Lo ejecutaron cuatro policías en actividad de la Provincia de Córdoba, genocidas del centro de investigaciones tristemente conocido como D2. Merced al incansable reclamo de su familia en pos de justicia, se comprobó la responsabilidad penal de los cuatro autores materiales; uno de los cuales, Hugo Sintora, se encuentra cumpliendo la condena a prisión perpetua.

La causa judicial hubiera prescripto de no ser por la perseverancia y convicción de su familia y del pueblo, quienes bregaron para que este hecho no quedara impune. Aunque aún sigue buscándose la vinculación de este suceso con el poder político y aun falta sancionar a quienes fueron los autores intelectuales de este tremendo crimen.

Sin lugar a dudas, consideramos que este hombre de lucha y coraje, que bregaba, como el mismo siempre decía, por "Por la Paz, la vida y la Democracia" merece un homenaje plasmado en un monumento, que pueda simbolizar su sinceridad, su vocación, su honestidad, su alto valor moral y su trabajo incansable en pos de los más desprotegidos.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto de ley.