OBLIGATORIEDAD DE BRINDAR CONFERENCIAS DE PRENSA

PARA LOS MINISTROS DEL PODER EJECUTIVO NACIONAL

Artículo 1º - Los Ministros del Poder Ejecutivo Nacional deberán brindar conferencias de prensa de manera sistemática y regular con una periodicidad no superior a los quince (15) días a partir de la entrada en vigencia de la presente ley.

Artículo 2º - Las conferencias de prensa se extenderán por el lapso de una hora, correspondiéndole hasta veinte (20) minutos al funcionario para la exposición de los asuntos o temas que juzgara pertinentes desarrollar, siendo previsto un mínimo de cuarenta (40) minutos a los periodistas para la realización libre de preguntas que deberán ser respondidas por el ministro.

Artículo 3º - Todos los medios de comunicación formalmente constituidos y reconocidos por la Ley podrán participar de las conferencias de prensa.

Artículo 4º - Los medios de comunicación participantes en las conferencias de prensa, representados por sus periodistas, participarán de un sorteo previo para establecer el orden de realización de las preguntas.

Artículo 5º - .Una vez establecido el orden, cada periodista podrá realizar una sola pregunta, directa y breve, pudiendo volver a repreguntar cuando todos los integrantes de la lista hayan realizado la suya y si el tiempo previsto en el artículo 2° no hubiera expirado.

Artículo 6º - Una vez respondidos cada uno de los interrogantes por parte del Ministro dentro del lapso establecido en artículo 2° se dará por finalizada la conferencia de prensa.

Artículo 7º - Las conferencias de prensa deberán realizarse en un lugar adecuado que deberá disponer de los dispositivos técnicos necesarios para el cumplimiento de la labor periodística.

Artículo 8º - Las convocatorias a conferencia de prensa deberán ser publicadas en las páginas web de los respectivos ministerios con, al menos, 24 horas de antelación.

Artículo 9º - Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

Cualquier gobierno democrático y republicano que se precie debe cumplir con el deber de informar; la Constitución Nacional así lo prevé y la ciudadanía lo exige. Pero esta exigencia ciudadana no constituye un imperativo antojadizo sino, por el contrario, el ejercicio de un derecho que, puesto en práctica como corresponde, vuelve sobre las instituciones dotándolas de mayor fortaleza.

Bajo el sistema republicano, el periodismo debe contar con todas las garantías necesarias para acceder a la información y llevar adelante libremente el ejercicio de su profesión sin discriminación ni presiones de ninguna especie.

Hace a la transparencia y al rendimiento de cuentas el hecho de que los funcionarios le expliquen a la ciudadanía no sólo sus acciones sino también sus intenciones. Los funcionarios que han sido investidos con las más altas responsabilidades para dirigir los intereses de la república deben ser controlados no sólo por los organismos públicos creados al efecto sino también por la mirada crítica de los ciudadanos.

Cuando no hay nada que esconder todo se puede mostrar. Cuando los integrantes de un gobierno, cualquiera fuere su signo político, se esconden, prefieren la oscuridad, imponen el silencio o monopolizan el relato imprimiéndole a su gestión un sesgo unilateral, pierden las instituciones, perdemos todos.

En la mayoría de los países con alto nivel de institucionalización los más encumbrados miembros del Poder Ejecutivo brindan conferencias de prensa de manera sistemática y regular, es decir, en días y circunstancias claramente definidas. Pero, afortunadamente, esta definición no necesita de una ley que la establezca; los funcionarios ofrecen las conferencias de prensa porque el deber de informar no sólo les es impuesto por las normas sino por su propia ética política.

En España, por ejemplo, luego de cada reunión semanal del Consejo de Ministros, la portavoz del gobierno, acompañada por los ministros de las áreas involucradas en las decisiones importantes que se tomaron, ofrece regularmente una rueda de prensa donde todas las preguntas están permitidas y son respondidas. Esta práctica se viene desarrollando de manera consuetudinaria sin que ninguna norma la haya impuesto, pues allí se entiende que informar es una obligación democrática, un aspecto básico más del servicio que los gobernantes prestan a la comunidad.

En Alemania un grupo de periodistas creó un mecanismo para evitar que se repitiera la manipulación de información por parte del gobierno tal como sucedió en la época del régimen nazi. Fue así como se creó la institución denominada Bundespressekonferenz (Conferencia Federal de Prensa), fundada el 11 de octubre de 1949, y la primera conferencia de prensa fue brindada por el canciller Konrad Adenauer.

Desde entonces, en Alemania, los voceros de prensa del gobierno hablan prácticamente de forma cotidiana con la prensa. La Bundespressekonferenz se lleva a cabo todos los lunes, miércoles y viernes; quienes convocan son los periodistas y los portavoces de todos los organismos gubernamentales acuden a ellas pues si no lo hacen pueden llegar hasta perder su trabajo.

Estas conferencias se realizan en un edificio que se mantiene con el aporte voluntario de todos los medios de comunicación y el aporte mensual de unos mil periodistas y las conferencias terminan cuando los periodistas agotan sus preguntas.

En Brasil, la Presidenta Dilma Rousseff brinda conferencias sumamente didácticas en las que se permiten preguntas y repreguntas y hasta se establecen diálogos respetuosos con los periodistas e intercambios de impresiones. Dijo Rousseff en una de sus primeras conferencias de prensa como presidenta electa -aún no asumida- al ser consultada sobre los nombres de sus futuros ministros: "yo les voy a decir los nombres con mucha tranquilidad. Ustedes serán los primeros en saber porque yo sé perfectamente que dependo de ustedes para que la población lo sepa. Entonces ustedes serán los primeros y las primeras en enterarse". En la declaración citada, la Presidenta de Brasil muestra con claridad meridiana el respeto que tiene por el periodismo y el rol, que en su particular visión democrática, le cabe.

En Uruguay las conferencias de prensa no están institucionalizadas ni se realizan de manera sistemática, pero los ministros y el propio Presidente de la Nación mantienen trato regular con la prensa y acceden gentilmente a la requisitoria periodística. En Uruguay las conferencias de prensa se ofrecen mayormente para brindar explicaciones frente a acontecimientos extraordinarios y para realizar anuncios; en todos los casos se admiten las preguntas y se responde con absoluta naturalidad.

En los Estados Unidos, las conferencias de prensa de los más altos funcionarios públicos son habituales y forman parte de la tradición republicana del país. Por cierto, también hubo intentos de amordazar a la prensa, de amedrentarla o condicionarla. Dos presidentes norteamericanos, Richard Nixon y George W. Bush fueron quienes llevaron adelante sórdidas maniobras contra la libertad de investigación periodística. El segundo, infiltrando la radiodifusión pública, creando no menos de 20 agencias federales de noticias adictas, financiando publicidad partidista encubierta con fondos públicos e inventando noticias falsas como la presencia de armamento químico en Irak. El primero mantuvo una antipatía y enemistad manifiesta con columnistas de opinión como Jack Anderson (premio Pulitzer en 1972 por sus informaciones sobre el papel de la Administración Nixon a favor de Pakistán en la guerra contra su vecina India en 1971) y Drew Pearson escritor de la columna "Washington Merry-Go-Round", cuyos escritos lo fastidiaban.

Es mundialmente conocido el denominado escándalo "Watergate" que comenzó con el arresto de cinco hombres por el allanamiento de la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata en el complejo de oficinas Watergate, en Washington, D.C. el 17 de junio de 1972. El entonces presidente Nixon y su equipo conspiraron para ocultar el allanamiento a seis días de los hechos.

Luego de una pormenorizada investigación periodística encabezada por los periodistas del Washington Post, Carl Bernstein y Bob Woodward y de dos años de labor judicial reuniendo pruebas contra el entorno del Presidente, se reveló que Nixon tenía un sistema de grabación en sus oficinas y que había grabado una gran cantidad de conversaciones dentro de la Casa Blanca. Nixon fue el primer presidente de la historia de los Estados Unidos al que no le quedó más camino que el de la dimisión.

En los últimos años, en nuestro país, se ha puesto de moda el silencio frente a acontecimientos extraordinarios y la verborragia para realizar anuncios. Las conferencias de prensa ya no son tales; el gobierno las ha desnaturalizado, las ha transformado en diatribas políticas desde el atrio. Desde esta perspectiva, los periodistas ya no serían transmisores de información sino amigos a apañar o enemigos encubiertos.

No brindar conferencias de prensa o hacerlo monopolizando la palabra sin permitir preguntas y repreguntas, constituye un acto de desprecio que excede por mucho a los periodistas teniendo por objeto principal a la propia ciudadanía. Cada vez que uno de estos hechos ocurre no se trata de conferencias de prensa sino de actos políticos del oficialismo para realizar anuncios e imponer su relato de vía única.

Diversas instituciones que nuclean a periodistas han puesto de manifiesto su preocupación frente a esta actitud intolerante, incompatible con el deber de informar, que intenta entorpecer y deslegitimar su labor profesional. El Foro de Periodismo Argentino (FoPeA), es una de ellas. Esta entidad viene señalando desde hace tiempo la "más la imperiosa necesidad de que los funcionarios públicos de todos los niveles realicen de manera periódica conferencias de prensa con una dinámica adecuada para que los periodistas puedan cumplir su tarea profesional y realizar preguntas sin condicionamientos ni prerrogativas".

La Fundación Konrad Adenauer es otra de las tantas instituciones preocupadas por garantizar el libre ejercicio de la profesión periodística como una manera de fortalecer la democracia. Con ese objetivo, impulsó un proyecto de declaración de principios sobre organización de conferencias de prensa reuniendo a un grupo integrado por reconocidos periodistas denominado "Grupo Promotor". Ya en esta declaración de principios - suscrita en 2006- se intentaba promover la organización de conferencias de prensa con la misma intencionalidad republicana de fondo que este proyecto impulsa.

Darle estatuto legal a la obligatoriedad de brindar conferencias de prensa a los ministros del Poder Ejecutivo Nacional a casi 30 años de haber recuperado la democracia, da cuenta de lo poco que hemos evolucionado en materia de defensa de la libertad de expresión y en el campo de la libertad necesaria para el ejercicio de la profesión periodística.

Este proyecto supone entonces un avance para la calidad de nuestras instituciones y la puesta en valor de la condición republicana. No se trata pues de un proyecto restrictivo sino, por el contrario, de una iniciativa que apunta a mejorar la institucionalidad estableciendo un camino de doble vía entre gobierno y ciudadanía en el que los periodistas son simplemente los emisarios con su pleno derecho profesional garantizado.

Por estas razones, solicito a mis pares la aprobación de la presente iniciativa en el recinto.