Artículo 1.- Institúyese el día 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra.

Artículo 2.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

Desde la más alta antigüedad, las culturas y las religiones testimonian la creencia de la Tierra como gran madre, magma, terra mater, magna mater y pachamama. Los pueblos originarios ayer y hoy tenían y tienen clara conciencia de que la Tierra es generadora de toda forma de vida en nuestro planeta. De ahí la caracterización de la Tierra como la madre de la vida.

Esta idea predominó hasta la emergencia de la modernidad y el espíritu cientificista que desde entonces impuso una mirada utilitarista y mercantilizada de la Tierra. Desde ese momento la Tierra ha sido sometida, ultrajada y violentada, pasando a considerarse a la otrora "madre tierra", "tierra salvaje" que el hombre debe poseer.

Esta cosmovisión ha estallado en los últimos tiempos. Es evidente el nivel de saturación, de contaminación, de ultraje y usufructo indiscriminado de los bienes y recursos naturales de nuestra tierra. La aceleración del calentamiento global, los desastres naturales son muestras de un proyecto de vida que lejos de ser exitoso nos lleva a la humanidad entera a la autodestrucción. Urge para ello, pensar en otras formas de producción, otros sistemas que entiendan la vida en la tierra como un bien a cuidar, a desarrollar y a proteger.

En base a esta preocupación central de cómo vivir y producir en armonía con la naturaleza es que se ha empezado a convenir en el planteo de la Tierra como Madre, ya no desde una mirada ancestral o religiosa, sino profundamente arraigada en los debate científicos de nuestro tiempo.

Ya en 1962 se inicia en los Estados Unidos un movimiento por el cuidado ambiental y la preocupación creciente por la contaminación de nuestro planeta. Sin embargo, recién en 1970 se instituye el 22 de Abril como el Día de la Tierra, que es conmemorado actualmente en la mayoría de los países del mundo. Se instaura esta fecha con la finalidad de reafirmar el compromiso de proteger a nuestro planeta y de promover políticas que permitan el uso sostenible de nuestros recursos naturales y la participación como ciudadanos y ciudadanas, al sentirnos parte de la Tierra, ambientalmente conscientes y responsables por nuestro hogar y el de todos los seres vivos.

Este movimiento de gran envergadura internacional logra el decreto de la Asamblea General la Organización de las Naciones Unidas el 22 de mayo de 2000 estableciendo como Día Internacional de la Diversidad Biológica. Se define allí la biodiversidad como las diferentes formas de vida que existen sobre la tierra y que forman parte de procesos ecológicos, tanto naturales como creados por el ser humano.

En esta misma línea el 5 de Junio de cada año, fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Mundial del Medio Ambiente.

Consecuentemente la Organización de Naciones Unidas en el año 2000 planteaba en el preámbulo de la "Carta de la Tierra": "Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras".

Constatando así el grave peligro que se ciñe sobre los modos civilizatorios actuales donde las consecuencias más funestas recaen mayormente en los desastres que viven los países y pueblos más pobres del globo. En este sentido ha avanzado una corriente de ideas que ve necesario un marco regulatorio capaz de garantizar el pleno cumplimiento de los derechos humanos, reconociendo y respetando los derechos de la Madre Tierra, como sujeto de derechos.

En este nuevo paradigma que intenta forjarse, se sostienen cuatros principios fundamentales de la Madre Tierra. En primer lugar, el derecho a la vida: el derecho a que ningún ecosistema, ninguna especie animal o vegetal, ningún nevado, río o lago, sea eliminado o exterminado por una actitud irresponsable de los seres humanos. En segundo lugar el derecho a la regeneración de la bio-capacidad: la actividad humana sobre el planeta tierra y sus recursos no puede ser ilimitada, el desarrollo no puede ser infinito dado que existe un límite y ese límite es la capacidad de regeneración de las especies animales, vegetales y forestales, de las fuentes de agua, de la propia atmósfera. En tercer lugar el derecho a una vida limpia, que es básicamente el derecho a vivir sin contaminación, porque no sólo los humanos tenemos derecho a vivir bien, sino que también los ríos, los peces, los animales, los árboles y la tierra misma tienen derecho a vivir en un ambiente sano, libre de envenenamiento y de intoxicación. Finalmente el derecho a la armonía y el equilibrio con todos y entre todos y de todo: este último derecho refiere a considerar a la Madre Tierra como parte de un sistema en el cual todo y todos somos interdependientes, es el derecho a convivir en equilibrio con los seres humanos y su entorno.

En base a esta base de sustentación, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que declara el 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra. El presidente del órgano, el nicaragüense Miguel D' Escoto, subrayó que la proclamación invita a los Estados, a la ONU y al resto del sistema intergubernamental a observar esta fecha cada año para concienciar sobre los retos para preservar el planeta. El proyecto de resolución fue propuesto por el Estado Plurinacional de Bolivia con el respaldo de 60 naciones de todos los continentes.

Fuente: (El Universal)

Vale la pena entonces rescatar las palabras del Presidente de Bolivia, Sr. Evo Morales Ayma quien afirmara en oportunidad de la sanción de dicha declaración: "Hasta ahora los humanos hemos sido prisioneros de las fuerzas del capitalismo desarrollista que coloca al hombre como el dueño absoluto del planeta; ha llegado la hora, señores delegados, de reconocer que la Tierra no nos pertenece, sino más bien que nosotros pertenecemos a la Tierra; ha llegado la hora de reconocer que nuestra misión en el mundo es velar por los derechos no sólo de los seres humanos, sino también de la Madre Tierra y de todos los seres vivos."

Reafirmando la necesidad de luchar por la justicia climática; por todo lo expuesto, considero fundamental la aprobación del presente proyecto de declaración y afirmar por la Nación Argentina: ¡Jallalla Pachamama!