Adherir al Día Internacional de la Mujer, cuyo lema dispuesto por Naciones Unidas para este 8 de Marzo de 2013, es: "Una promesa es una promesa: momento de pasar a la acción para acabar con la violencia contra las mujeres" y expresar su compromiso de promover todas las medidas conducentes a hacer efectivo el mandato constitucional de igualdad real de oportunidades y de trato para las mujeres.

Señor presidente:

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer en homenaje a más de un centenar de trabajadoras que en 1911 fueron quemadas vivas por los dueños de una fábrica textil de Nueva York (EE.UU.), mientras reclamaban por jornadas laborales de menos horas, derecho a reunirse, descanso semanal, mejores salarios, rechazo al trabajo infantil. Esta es la razón por la cual en esta fecha se recuerda la lucha de todas las mujeres que, en distintas épocas y en diferentes lugares, reclaman una sociedad más igualitaria, con mayor justicia social, económica y política, sin discriminaciones, por un mayor reconocimiento de derechos.

La igualdad de la mujer ha sido unos de los temas centrales del compromiso de las Naciones Unidas desde su fundación, en el preámbulo de su Carta fundacional en 1945 se declaraba la fe "en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas ...". Las Naciones Unidas han sido un firme aliado en la lucha por la realización universal de los derechos de la mujer y en los esfuerzos de asegurar que las mujeres tengan acceso igualitario a la vida pública y a las oportunidades en todos los aspectos del desarrollo económico y social.

El socialismo ha sido pionero en nuestro país en la lucha por los derechos de las mujeres, con figuras como Alicia Moreau, y hoy asume el compromiso de continuar peleando contra la desigualdad, la discriminación y la violencia que padecen las mujeres de nuestro país.

El Día Internacional de la Mujer nos recuerda nuestra responsabilidad de esforzarnos por un cambio duradero de los valores y las actitudes. Nos insta a procurar una transformación de las relaciones entre mujeres y varones en todos los niveles de la sociedad.

Si bien en materia legislativa hemos sancionado importantes leyes referidas a los derechos de las mujeres; las más recientes el año pasado con la derogación del avenimiento y la tipificación del femicidio; nuestro Congreso Nacional tiene pendiente la sanción de numerosas iniciativas tales como la reincorporación al Código Penal de la figura del infanticidio; la modificación de las licencias parentales en la Ley de Contrato de Trabajo; la sanción de un régimen justo de trabajo doméstico (para el personal de casas particulares); la incorporación en el sistema estadístico nacional de la perspectiva de género en toda la producción de información oficial; la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo que viene impulsando diferentes organizaciones sociales como la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Actualmente, hay mucho por trabajar. Estamos muy lejos de que las mujeres puedan ejercer los derechos que las leyes vigentes consagran. Existe una brecha inmensa entre la letra de la ley y el ejercicio del derecho.

En nuestro país no existen servicios públicos suficientes y con la asignación de recursos adecuados para prevenir, asistir y sancionar con efectividad la violencia contra las mujeres.

Siendo la violencia de género una sistemática violación a los derechos humanos de las mujeres -se cobró la vida de 255 mujeres en 2012-, requerimos la efectiva y urgente puesta en marcha de todas las políticas públicas estipuladas en la Ley nro. 26.485, de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, en todo el territorio de nuestro país.

Mujeres son criminalizadas por las interrupciones voluntarias del embarazo -principal causa de mortalidad materna-, negándoseles el derecho a decidir aún cuando existen situaciones especiales contempladas en la legislación penal desde 1921.

Argentina adoptó en la cumbre del milenio ocho objetivos fundamentales para alcanzar en el año 2015. Estos objetivos de desarrollo del milenio son, a la vez, adaptados a las posibilidades de cada país. Para la Argentina el objetivo número 6 es el de mejorar la salud materna; la meta es reducir en dos tercios la tasa de mortalidad materna y en un 20 por ciento la desigualdad entre provincias considerando el período comprendido entre 1990 y 2015.

Las estadísticas oficiales nos muestran que la tasa de mortalidad materna fue de 4,4 x10.000n.v. en 2010. Esto significa que han muerto en ese año 339 mujeres por causa de la maternidad. Si consideramos el subregistro de al menos el 10%, llegamos a la conclusión de que más de una mujer muere por día en nuestro país por esta causa. Además el 30 % de esas muertes (87) tienen como causa el aborto inseguro. La meta para cumplir con el ODM sería reducir la mortalidad materna a 1,3 x 10.000 n.v.en 2015.

Carecemos de políticas públicas integrales y efectivas para coartar e impedir las redes de trata de personas.

No se ha logrado aún la igualdad de oportunidades en el trabajo, como tampoco que los ingresos se equiparen entre hombres y mujeres en situaciones semejantes donde la única diferencia sea el género.

Es preciso un mayor compromiso, un mayor esfuerzo, desde todos los poderes del Estado y desde la sociedad toda, para construir, en el menor plazo posible, una sociedad donde varones y mujeres tengan las mismas oportunidades y el mismo trato.

Este 8 de marzo, queremos expresar también nuestro reconocimiento a todas las mujeres que lucharon y luchan por una sociedad sin discriminaciones, una sociedad donde todas y todos tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades y renovamos nuestro compromiso con la causa de la igualdad.

Habremos logrado el efectivo ejercicio de los derechos cuando las políticas públicas lleguen a cada rincón del país para garantizarlos, buscar equidad y disminuir desigualdades y sufrimientos para muchos de los que menos tienen.