Artículo 1º – DIA NACIONAL DEL TURISMO. Institúyase el día 23 de enero de cada año como el “Día Nacional del Turismo”.

Artículo 2º – Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

El “descanso laboral” comenzó a tener incidencia como concepto a principios del siglo XX. Se integró a la agenda pública de los países de Europa principalmente a partir de 1919, como consecuencia de los reclamos de la Organización Internacional del Trabajo - OIT, la cual proponía y promovía el descanso laboral como derecho de los trabajadores.

También en la misma época, surgía la perspectiva higienista en el saber médico, la cual apelaba a los beneficios psico-físicos que el descanso diario, semanal y anual reportaban al trabajador y trabajadora. Así entonces, entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, estos discursos argumentaron en favor del descanso laboral y las vacaciones como una medida política útil a la convivencia y la producción.

En Argentina, durante los primeros 40 años del siglo XX, las iniciativas referidas al descanso laboral y las vacaciones tuvieron su origen tanto en la actividad gremial como en iniciativas gubernamentales y parlamentarias. La sociedad civil y los trabajadores ya planteaban esta necesidad hacia 1892.

Las iniciativas parlamentarias tienen su primer logro en 1905 con la ley 4.661 de descanso dominical. Prosiguen con la ley 11.544 del 12 de septiembre de 1929, que instituye la jornada laboral de 8 horas; avanzan con la institucionalización del Sábado Inglés mediante la ley 11.640 del 29 de septiembre de 1932 y culminan dos años después, el 21 de septiembre de 1934, con la sanción de la ley 11.729, que modifica los artículos 154 a 160 del Código de Comercio, confiriendo a los empleados del sector estabilidad laboral, indemnización por despido arbitrario y vacaciones anuales pagas. Esta norma excluía a los trabajadores del agro, a los obreros y al empleo doméstico. La ley tuvo como inspiración, según lo manifestó en su momento el diputado nacional Silvio Ruggeri, la ley italiana de contrato de trabajo. En la segunda mitad de la década del 30, distintos gremios iniciaron una campaña para que esta ley se aplique a actividades industriales ligadas al comercio.

El 23 de enero de 1945, mediante el Decreto N° 1.440, la Secretaría de Trabajo y Previsión -con rango ministerial- a cargo de Juan Domingo Perón, proclamó el derecho de los trabajadores a gozar de un período de vacaciones pagas. Desde entonces, los trabajadores y las trabajadoras argentinas comenzaron a disponer de una serie de días consecutivos de vacaciones remuneradas y, mediante un programa de acceso al turismo social, las mayorías acceden al disfrute de la geografía de un país hasta entonces muy poco conocido por estos sectores sociales. Estas medidas no sólo significaron un gran avance en la justicia social, sino que sentaron las bases del turismo interno como industria y práctica social en la Argentina, hecho que aún es una deuda pendiente en numerosos países.

No sólo a partir de la institucionalización de las vacaciones, sino de toda una arquitectura en materia de Justicia Social, la sociedad argentina se configuró más igualitaria y con mayor movilidad social; asimismo, el “veraneo”, privilegio de unos pocos, se democratizó. Las vacaciones pagas, el salario mínimo, vital y móvil y el sueldo anual complementario impulsaron no sólo al turismo sino, también, un conjunto de actividades recreativas y de ocio.

El Estado se puso al frente del desarrollo turístico, ampliando, mejorando y creando la infraestructura y servicios necesarios para dicho desarrollo. Se completaron e implementaron los complejos vacacionales Embalse Río III en Córdoba con capacidad para albergar a 3.000 huéspedes y Chapadmalal en Mar del Plata, con capacidad para 4.700. El ministerio de Obras Públicas construyó, en simultáneo con los complejos vacacionales citados, el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Asimismo, en dicha localidad se construyeron tres grandes piscinas para 1.500 bañistas cada una.

Los programas de turismo social se expandieron en todo el país. Se puso en marcha el Préstamo Nacional Hotelero, cuyo propósito fue ampliar la construcción de instalaciones turísticas. Dicho plan era supervisado por el Banco Hipotecario Nacional, que financiaba el 90% de la inversión a una tasa interés que oscilaba entre el 3 y 5%.

Mar del Plata, ejemplo paradigmático, fue transformándose a lo largo de su historia de balneario de elite a destino turístico nacional para las grandes mayorías. Esta transformación fue producto de la confluencia de un sinnúmero de políticas promotoras del turismo. En el verano de 1930, arribaron 60.000 turistas; en 1940, llegaron 380.000 veraneantes; pero luego de la democratización de las vacaciones arribaron a Mar del Plata 1.400.000 turistas (inicios de 1955). Es importante destacar que las políticas para la democratización del turismo que se implementaron entre 1946 y 1955 redundaron en importantes inversiones en infraestructura y en prestación de servicios, logrando una significativa integración del territorio. Asimismo, dichas políticas no olvidaron al turismo internacional, promovido también en dicho período.

La conmemoración de la fecha de firma del Decreto N° 1.440 trata de rescatar esta historia, por lo que se propone que cada 23 de enero se celebre el “Día del Turismo Nacional”, en virtud de que la medida adoptada en ese momento reconoció el derecho del pueblo al tiempo libre y al disfrute y valoración de los recursos naturales y culturales.

Por último, es imprescindible tener en cuenta que el turismo es una actividad dinamizadora de las economías regionales, y por tanto resulta un aliado del sector de servicios y comercio. La actividad turística promueve otros sectores de la economía, y permite desarrollar un trabajo articulado a nivel nacional en las distintas regiones del país.

En cada instancia vacacional a lo largo del año, vemos como las ventas comerciales se ven potenciadas a partir del fuerte movimiento turístico interno, y es éste foco en el que debemos seguir impulsando y fortaleciendo.

Es por ello Señor Presidente, que a fin de eliminar cualquier incertidumbre y potenciar el desarrollo de actividades turísticas propiciando el crecimiento de las economías regionales, sectores de comercio local, empresarios Pymes vinculados al turismo a lo largo y a lo ancho de todo el país, etc., proponemos y solicitamos el acompañamiento de los diputados y diputadas de esta cámara, para la aprobación de este proyecto de ley.