1. Su enérgico repudio a las declaraciones del Presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana, Silvio Berlusconi, sobre los vuelos de la muerte.

2. Solicita al Ministerio de Relaciones Exteriores que exija al Gobierno italiano que aclare si estas expresiones forman parte de la política exterior de la República Italiana hacia nuestro país.

3. Sugiere al Gobierno argentino que exija al Presidente de la Cámara de Diputados italiana, Gianfranco Fini, que en su próxima visita a la Argentina aclare su posición personal y la de su partido y gobierno acerca de este mismo tema.

Señor presidente:

El sábado 14 de febrero, el Primer Ministro de Italia, Silvio Berlusconi, intercaló en su discurso electoral en Cagliari un chiste que ofende la memoria de los desaparecidos. En palabras del Premier italiano, los vuelos de la muerte de la dictadura argentina "eran bellas jornadas, los hacían descender de los aviones".

Estas escandalosas declaraciones son una ofensa a los más elementales sentimientos de humanidad. Que una de las máximas autoridades del gobierno italiano se refiera irónicamente a uno de los mayores genocidios del siglo XX constituye no sólo una violación de los principios de amistad que deberían imperar entre nuestros países sino una nueva demostración de la superficialidad de su autor.

Berlusconi debería acordarse de que miles de los desaparecidos argentinos, muchos de los cuales sufrieron la espantosa condena a los vuelos de la muerte, eran hijos y nietos de inmigrantes italianos y, por lo tanto ciudadanos italianos de pleno derecho.

Esta exhibición obscena de insensibilidad está exactamente a contramano de la receptividad demostrada por los tribunales italianos que han condenado a muchos militares genocidas por crímenes de lesa humanidad, y que contrarían expresiones artísticas (como la excelente "Garage Olimpo", de Marco Bechis) que demuestran que los sentimientos del pueblo italiano no coinciden con los de su actual Premier.

Como cuerpo legislativo argentino, esta Honorable Cámara tiene el deber de manifestar su repudio a tal declaración y exigir explicaciones que aclaren el alcance de lo dicho en lo que respecta a la política exterior italiana.

Por todo lo expuesto, se hace necesario asimismo expresar el rechazo de la sociedad argentina a tan inoportunas declaraciones y arbitrar todas las medidas para que el Gobierno italiano explique cuál es su posición frente a las declaraciones de su principal representante, en virtud de lo cual solicito la aprobación conjunta de esta declaración.