Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que en la próxima Cumbre del UNASUR, eleve, por intermedio de la Presidencia de la Nación, una propuesta de acuerdo regional que ponga límites comunes al gasto en armamento por parte de los Estados-Partes y Estados- Asociados de la Unión de Naciones Sudamericanas y propicie el establecimiento de mecanismos multilaterales de prevención y control de conflictos con el fin de garantizar la estabilidad y seguridad en la región por medios no bélicos.

Señor presidente:

El aumento del gasto en armamento en los países de Sudamérica es sumamente preocupante. En los últimos cinco años, los gobiernos de nuestra región han gastado 156 mil millones de dólares en mantener sus fuerzas armadas y otros 23 mil millones en comprar nuevas armas (1) .

Aún peor es que luego de una de las más graves recesiones económicas de los últimos 100 años, que profundizó una pobreza que afecta a más de 1.000 millones de habitantes del planeta, la suma del gasto en armamento haya ascendido a más de 1.464 billones de dólares en gastos militares en el 2008 (2) .

Brasil, Venezuela, Chile y Colombia son los países que más gastan en este rubro. También Ecuador y Chile fortalecieron su flota aérea recientemente y Bolivia anunció planes para comprar helicópteros franceses y rusos, y aviones de combate, gracias a un crédito otorgado por organismos rusos por 100 millones de dólares. Venezuela fue beneficiada por una línea de crédito similar por un monto muy superior, que trepó a 2.200 millones de dólares para compra de armamentos. Desde 2005, el intercambio entre Caracas y Moscú ascendió a 4.400 millones de dólares gastados por el gobierno venezolano. Por su parte, el presidente brasileño Ignacio Lula da Silva firmó un convenio militar con Francia por 14.000 mil millones de dólares para equipamiento militar, la mayor inversión armamentista de la historia brasileña y en el hemisferio.

La suma de todos estos factores aumenta el desequilibrio militar existente en los países de America del Sur, dejando a la Argentina desprotegida y obligada a optar entre armarse -como lo vienen haciendo sus pares- o quedar indefenso, ya que es uno de los pocos países en la región que no ha invertido en este rubro. Así, la Argentina aplicó un recorte presupuestario de un 20% para el 2009 (3) . Esta reducción tiene lugar en el marco de los recortes que se vienen realizando a lo largo de las ultimas dos décadas, dejando como resultado un equipamiento bélico obsoleto y con una operatividad limitada.

En este contexto, resulta positiva la preocupación del presidente Alan García, quién ha exigido ante la Organización de Estados Americanos (OEA) - como Organismo Internacional de fiscalización- que se haga un seguimiento permanente sobre esta cuestión.

En suma, es necesario crear un sistema de seguridad colectivo-regional que permita detener la carrera armamentista. En un continente donde los problemas sociales aún están sin resolverse, la decisión de gastar miles de millones de dólares en armas es cuestionable ya que disminuye los recursos disponibles para salud y educación y obstaculiza la profundización de los acuerdos de integración en la región.

La presente resolución aspira a que en los mecanismos regionales de protección de la paz prevalezcan los recursos culturales, económicos, diplomáticos y de cooperación, basados en la capacidad de liderazgo pacífico, por encima de la coacción con recursos militares. Existe una clara necesidad de que se discutan de manera amplia, democrática y transparente la compra de armas, garantías y mecanismos de confianza a nivel regional en temas de seguridad basados en el respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial y la no ingerencia en los asuntos internos de los Estados. Por lo tanto, resulta imprescindible elaborar un acuerdo regional que permita crear normas que limiten la compra de armas y garanticen la estabilidad y seguridad en la región por medios no bélicos.

Por todo lo anteriormente dicho, solicito a la Cámara de Diputados la aprobación del presente proyecto.