Su beneplácito por la captura de Radovan Karadzic, presunto responsable de la matanza de Srebrenica (1995) y del sitio a Sarajevo (1992-1996), y acusado de crímenes de guerra y genocidio; y por la condena a cadena perpetua a Luciano Benjamín Menéndez, Comandante del Tercer Cuerpo del Ejército desde septiembre de 1975 hasta septiembre de 1979, y responsable de graves violaciones a los derechos humanos.

Señor presidente:

En las últimas semanas la justicia se ha hecho oír a escala global. En primer lugar, con el pedido de orden de arresto a al-Bachir, actual presidente de Zimbabwe, por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra en la provincia de Darfur, efectuado por el Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional, Moreno Ocampo. En segundo lugar, con la captura de Radovan Karadzic, acusado de genocidio y crímenes de guerra por los ocurrido en Srebrenica y en Sarajevo en la década del 90. Y en tercer lugar, con la condena a prisión perpetua de Luciano Benjamín Menéndez, acusado de violaciones graves a los derechos humanos en la década del setenta en Argentina. El motivo de estos pronunciamientos de la Justicia ha sido el crímen del genocidio, que fue duramente condenado y perseguido tanto a nivel nacional como internacional.

En la noche del 21 de julio en Belgrado, Serbia, luego de estar 13 años prófugo, fue detenido Radovan Karadzic, acusado de genocidio y crímenes de guerra. Luego de los Acuerdos de Daytona (1995), muchos de los responsables de las peores atrocidades cometidas durante la guerra de Bosnia seguían impunes y ocupaban puestos de poder. Uno de los casos más representativos fue el de Karadzic, considerado responsable de la matanza de Srebrenica, que llevó a la muerte de 8 mil bosnios musulmanes, y del asedio de 43 meses a Sarajevo, que causó la muerte de 12 mil personas. La impunidad de estos crímenes obstaculiza el retorno de minorías étnicas exiliadas, socava la posibilidad de construir instituciones democráticas y de generar un crecimiento económico sostenido.

La detención de Karadzic es un claro signo del trabajo de la justicia mundial y del avance en su desarrollo, lo que da esperanzas de que se proceda finalmente a la detención y captura de Ratko Mladic, ex líder militar serbobosnio, y Goran Hadzic, antiguo líder de los serbios en Croacia, aún prófugos.

En cuanto al caso de Luciano Benjamín Menéndez, Comandante del Tercer Cuerpo del Ejército desde septiembre de 1975 hasta septiembre de 1979, fue condenado a prisión perpetua en cárcel común el pasado jueves 24 de julio por graves violaciones a los derechos humanos. El III cuerpo tenía epicentro en Córdoba, pero abarcaba a 10 provincias del Noroeste y Cuyo, y funcionaba en convivencia con el centro clandestino de detención "La Perla", a 15 km. de Córdoba, por donde pasaron más de 2.200 personas durante el período de la Dictadura.

En 1988 fue procesado por 47 casos de homicidio, 76 de tormentos, 4 de ellos seguidos de muerte y 4 sustracciones de menores, la Corte Suprema lo desprocesó entonces en conformidad con la Ley de Obediencia Debida y Punto Final, aunque quedan varios procesos pendientes. En 1990, fue indultado por el ex presidente argentino, Carlos Saúl Menem, días antes de que se iniciara el juicio en su contra. A mediados de 1998, se reabrió una causa penal por 30 fusilamientos y asesinatos de presos políticos cometidos en 1976. Menéndez fue detenido por negarse a declarar en esta causa, pero dejado en libertad a los pocos días. Desde entonces, han sido numerosas las denuncias de amenazas a testigos.

Tanto la captura de Karadzic como la condena a Menéndez significan un paso adelante en la construcción de una justicia tan global como los desafíos que enfrenta la humanidad. Por eso, es menester que la comunidad internacional exprese su beneplácito por los mismos y que destaque la necesidad de seguir construyendo responsablemente el camino de la justicia global, para evitar que atrocidades tales vuelvan a ser cometeidas y dar lugar a la reconstrucción de los pueblos que las han sufrido.