Dirigirse al Poder Ejecutivo de la Nación, conforme al artículo 71 de la Constitución Nacional y al artículo 204 del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, para que disponga la concurrencia a esta Cámara del Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Licenciado Jorge Taiana, a fin de que brinde información sobre las medidas que el gobierno argentino, por intermedio de la Cancillería, ha tomado en defensa de los intereses nacionales tras la expropiación de empresas del grupo Techint (Tavsa, Matesi y Consigua) implementadas por el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.

Señor presidente:

La expropiación de tres empresas pertenecientes al grupo Techint (Tavsa, Matesi y Consigua), decidida por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez, afecta directamente los intereses argentinos en el exterior, por lo que la intervención de la Cancillería argentina resulta necesaria.

No se concibe que ante una decisión de tal envergadura como lo es la nacionalización de empresas de capitales nacionales por parte de un gobierno extranjero, la Cancillería no haya actuado de inmediato condenando el acto.

Cuando el estado argentino aprobó la compra de Aerolíneas Argentinas al grupo Marsans, el gobierno español actuó de inmediato. Es de esperar que nuestro país defienda con la misma vehemencia y la misma convicción los intereses de los ciudadanos y empresas argentinas en el exterior.

La expropiación de empresas no solo denota la falta de estabilidad del marco jurídico de un país, sino también la falta de compromiso de un estado con los Acuerdos Internacionales que fomentan la integración regional. Este Congreso se ha manifestado a favor de todo proceso de unión latinoamericana, bajo el cumplimiento del Derecho Internacional vigente. La Cancillería argentina no puede más que condenar todo intento de violación a los acuerdos existentes y repudiar las actitudes unilaterales que paralizan el proceso de unidad y disminuyen la confianza entre los pueblos, sus dirigencias y sus gobiernos.

Un elemento que agrava la cuestión es la públicamente manifiesta discriminación que el presidente Hugo Chávez reconoció entre el empresariado argentino y el brasileño.

También el Embajador de Venezuela en Buenos Aires, Arévalo Enrique Méndez Romero, reconoció ante la prensa que las empresas brasileñas radicadas en su país son "diferentes" porque "logran un acercamiento extraordinario con su sociedad". Méndez Romero debió haber sido citado de inmediato por la Cancillería para dar explicaciones. Si eso no se hizo, queremos conocer cuáles son las razones. Y si se hizo, esta Cámara debe ser informada sobre las respuestas dadas por el Embajador de Venezuela.

Por todo lo antedicho, tiene carácter de urgente la presencia del señor Ministro de Relaciones Exteriores en esta Cámara.