Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo, a través de los organismos pertinentes; se sirva evaluar la factibilidad de emplazamiento de una delegación del Instituto Nacional de Vitivinicultura en la provincia de Santiago del Estero.-

Señor presidente:

Días atrás, empresarios santiagueños que vienen desarrollando un emprendimiento vinculado con la vitivinicultura, realizaron una presentación ante el gobernador de la provincia; Dr. Gerardo Zamora.

Se trata del primer vino certificado santiagueño; un nuevo producto que se comenzará a comercializar en poco tiempo. Este vino es íntegramente producido en Santiago del Estero y certificado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura.

El vino que se produce utiliza las cepas de malbec, cabernet sauvignon, petit verdot, syrah, marsala y ancellotta, y se encuentra ubicada en el pasaje Higuera Chacra en la ciudad de Beltrán, a 30 km de la Ciudad Capital provincial.

Esto no solo influye en la producción y la industria santiagueña, sino que, además, será el primer vino certificado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura que va a tener esta provincia. Entre el 5 y el 8 de octubre será la presentación oficial del producto en la Feria Internacional de Turismo donde Santiago del Estero va a estar por primera vez insertándose en el mercado vitivinícola de la República Argentina.

Por su parte también se trabaja en la denominación en la etiqueta “Santiago, cuna del vino” ya que, desde las épocas de la conquista española, la primera planta de vid que llegó a Argentina, fue plantada en suelo santiagueño y a partir de allí llevaron otras plantas a la provincia de Mendoza.

Incluso el Gobernador de la provincia; Dr. Gerardo Zamora manifestó su entusiasmo señalando que: “En 1556, llegado desde la ciudad chilena de La Serena a estas tierras, el clérigo Juan Cedrón, trajo las primeras estacas de vid, afirmando que: donde hay misa, ¡debe haber vino para celebrarla! Así, sin proponérselo comenzó la industria vitivinícola en nuestro país, que luego se extendería a otras regiones. Ya en 1557 los jesuitas contaban con extensas plantaciones para la época...está industria junto con otras - como el azúcar- fueron desapareciendo”.

Debemos recordar que por medio de la Ley 12.137 se dispuso la creación de la Junta Reguladora de Vinos. El fin de este organismo fue desanimar la actividad para fomentar a la región de Cuyo como única productora. ///

///

Su actuación entre 1935 y 1943 representó para los productores de diversos lugares del país un período muy triste. Los vitivinicultores recuerdan con dolor escenas que hieren sus sentimientos más profundos, cuando pasaban los inspectores perforando toneles de vinos, destruyendo alambiques o arrancando las vides de la tierra.

Tendrían que pasar varias décadas hasta que en 1998 una nueva legislación desreguló la actividad, permitiendo que algunos soñadores, comenzaran a pensar en recorrer una vez más el camino de sus abuelos en distintas provincias.

En nuestro país, el Instituto Nacional Vitivinícola tiene como objetivos: sistematizar y simplificar la normativa vigente, modernizando su estructura orgánica para adaptarse a los requerimientos del sector incorporando tecnología de punta y certificando normas de calidad internacional; poniendo especial énfasis en la participación nacional en foros vitivinícolas internacionales y procurando que su personal mantenga el más alto nivel de motivación, capacitación y manejo de la información, acorde a las necesidades que le impone la comunidad, tanto a nivel local como a nivel internacional.

A su vez, su misión es la de guiar y controlar a la Industria Vitivinícola en forma eficiente, hacia la elaboración de productos genuinos y aptos para el consumo, que cumplan con estándares de calidad a nivel internacional, apoyando el desarrollo de la cadena de valor vitivinícola para afianzar el reconocimiento de los vinos argentinos en el mundo, dotando de ética y transparencia a todas sus acciones, fortaleciendo el sentido de pertenencia y de respeto entre todos sus integrantes, alentando y coordinando el accionar de las empresas y demás organismos del Estado, así como promoviendo un crecimiento armónico de todos los actores involucrados en esta actividad.

Por ello, el objetivo del presente proyecto es que el Poder Ejecutivo evalué la posibilidad de que el Instituto Nacional de Vitivinicultura instale una delegación en la provincia de Santiago del Estero, que, de concretarse, potenciará el desarrollo de vides lo que generaría innumerables fuentes trabajo directo e indirecto, fomentaría la industrialización de los cultivos (con la incorporación de valor agregado) y potenciaría, aún más, el turismo local.

Es por todo lo expuesto y con enorme orgullo santiagueño, que solicitamos el acompañamiento de los miembros de este Honorable Cuerpo; a los fines de lograr la aprobación del presente Proyecto de Declaración.-