Expresar beneplácito y apoyo a la inclusión de la “Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo” como candidata al Premio Nobel de la Paz 2018, en reconocimiento a su labor en la recuperación de la identidad de 127 nietos y nietas nacidos en cautiverio y apropiados ilegalmente durante el terrorismo de estado, y a su compromiso inclaudicable de lucha en la defensa y promoción de los Derechos Humanos y la Democracia.

Señor presidente:

“Buscar a los nietos sin olvidar a los hijos” fue la consigna que hace más de 40 años unió a un grupo de mujeres.

Corría el año 1977 y la dictadura cívico militar tenia instaurado un plan sistemático de exterminio. Secuestro, tortura, muerte, desaparición eran palabras que retumbaban en nuestro país y que pocos se animaban a decir en voz alta.

Los familiares de personas desaparecidas se encontraban en una situación de indefensión extrema, con rechazos de habeas corpus que se amontonaban y poca o casi nula condena al régimen militar y sus crímenes. Sin embargo, este grupo de mujeres, amas de casa en su mayoría, lograron organizarse y encarar una tarea investigativa para dar con el paradero de sus nietos.

Nietos que habían sido prácticamente arrebatados de sus brazos junto a sus padres, o a los que nunca habían llegado a conocer. Poco a poco y actuando en forma precaria, sin medios, encararon y organizaron una tarea investigativa para dar con el paradero de sus nietos. Recorriendo juzgados, orfelinatos, buscando incoherencias en “adopciones”, tomando fotos a hurtadillas. Poco a poco comenzaron a recibir información, y también denuncias, llegando a tener una amplísima red de recolección informal de datos.

Escuchando de parte de la justicia “sermones” como el de Delia Pons, Jueza de menores les dio: “Estoy convencida que sus hijos eran terroristas, y terrorista es sinónimo de asesino. A los asesinos yo no pienso devolverles los hijos porque no sería justo hacerlo. No tienen derecho a criarlos. Tampoco me voy a pronunciar por la devolución de los niños a ustedes. Es ilógico perturbar a esas criaturas que están en manos de familias decentes que sabrán educarlos como no supieron hacer ustedes con sus hijos. Solo sobre mi cadáver van a obtener la tenencia de esos niños.”

Lejos de amedrentarse, continuaron el camino de la búsqueda de la verdad, y mientras aún se festejaba el Mundial 78, en el diario La Prensa ellas publicaban su primer solicitada reclamando por los niños desaparecidos, lo que fue llamado por la prensa internacional como el Himno de las Abuelas. Y en 1980, con la dictadura aún vigente localizaron dos nietas, las primeras en ser recuperadas directamente por ellas.

Más de 500 niños fueron apropiados y despojados de su identidad. En 1977, en un habeas corpus colectivo en formato de carta decían estas mujeres: “Hasta ahora todos nuestros esfuerzos han sido vanos. Las criaturas no han sido reintegradas a sus hogares, a sus familias. No sabemos ya que hacer…”

Más de cuatro décadas después, esas “Abuelas Argentinas con nietitos desaparecidos” son las Abuelas de Plaza de Mayo, y no solo supieron que hacer, sino que nos marcaron el camino a seguir, transformándose en las Abuelas de Todos.

Frente al dolor de la historia reciente de Argentina y un genocidio que tiene secuelas hasta en la actualidad, la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo en 40 años fue un pilar fundamental para recuperar la memoria, conocer la verdad y lograr justicia.

Son hoy 127 los nietos y nietas que recuperaron la identidad, 127 triunfos de la verdad por sobre el horror, y se lo debemos a ellas, que lograron la Creación del Banco Nacional de Datos Genéticos durante la Presidencia del Dr. Raúl Alfonsín, un legado de la democracia para la restitución de los nietos nacidos en cautiverio.

Además, las Abuelas supieron interpelar a la justicia, junto a otros organismos, impulsaron el juzgamiento de los apropiadores de sus nietos. Y en el año 2012 se llegó a la sentencia en la causa sobre “Plan sistemático de apropiación de menores” donde se investigaron 35 casos, 25 de los cuales son de nietos restituidos que finalizó con la condena a 50 años de prisión al genocida Jorge Rafael Videla.

La Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, la Red Nacional por el Derecho a la Identidad, los Ciclos “Teatro por la Identidad” y “Música por la identidad”; la recuperación de los ex centros clandestinos de detención y su transformación en espacios de la memoria, también son parte de su legado.

Sus aportes a la democracia y los derechos humanos, no se circunscriben solo a nuestro país; podemos verlos incluso en la redacción de los artículos referidos al derecho a la identidad de la Convención Internacional de los Derechos del Niño

Merecedoras del “Premio Fomento de la Paz Félix Houphouét-Boigny” de la UNESCO, entre tantos otros, hoy nuevamente son incluidas entre los candidatos al Premio Nobel de la Paz, máxima distinción mundial.

Expresamos hoy nuestro beneplácito, y el apoyo a dicha nominación. Las Abuelas de Plaza de Mayo, son ejemplo de lucha, compromiso, convicción, y dialogo. Su trayectoria se ve atravesada por el dolor, pero también por el ánimo de justicia, alejado de cualquier revanchismo. Su mensaje es de búsqueda de la verdad, y construcción de futuro. Su lucha es hoy, la lucha de todo un pueblo por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Por los motivos expuestos, solicito la aprobación del presente proyecto de resolución.