Expresar adhesión al Paro Internacional de Mujeres que se desarrollará el viernes 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Señor presidente:

Este 8 de marzo se llevará a cabo un nuevo Paro Internacional de Mujeres como método de acción y lucha en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Es la tercera vez que las mujeres decidimos parar como forma de visibilizar toda la problemática de género a la que somos sometidas cotidianamente y que representa un gran flagelo social.

No obstante, no es nuevo este método de lucha. De hecho, es la forma que utilizaron aquellas mujeres de Nueva York, por las que se conmemora el día y a quienes se les rinde homenaje los 8 de marzo. Paradójicamente (o tal vez no tanto), aquella lucha de las obreras de la fábrica Cotton, 111 años después sigue siendo similar: en 2019 todavía exigimos igualdad salarial y mejores condiciones en el mundo del trabajo.

Pero no es solo por la brecha salarial a la que somos sometidas las mujeres que hacemos este paro, sino porque todavía se siguen reproduciendo situaciones de inequidad y disparidad que atentan contra la libertad y que resultan un mecanismo de sometimiento y vejación de los derechos más fundamentales.

Todavía, las mujeres sufrimos abusos, torturas y distintos tipos y modalidades de violencias que atentan contra nuestro pleno desarrollo y que nos llevan la vida los dolorosos femicidios.

Nuestro país no es ajeno al contexto mundial, y aquí los motivos para adherir son muchos: 49 femicidios en lo que va del año y la violencia machista que no cesa; el rechazo a todas las formas de explotación ejercidas sobre las mujeres; el derecho a la práctica de la Interrupción Legal del Embarazo, es inaudito que menores que fueron violadas sean obligadas a parir, lo que redobla nuestro compromiso a buscar la sanción de una ley que garantice el Aborto Legal, Seguro y Gratuito; el reclamo por la efectiva implementación de la Ley de Educación Sexual; las desigualdades en el mundo del trabajo, con disparidad salarial y acceso igualitario a lugares de toma de decisión y; la desigualdad y desprotección a la que somos expuestas desde el Estado teniendo en cuenta la escasa inversión en cuestiones de género y un sistema judicial que mantiene un sesgo patriarcal, con sentencias misóginas que justifican femicidios.

En esta lucha es importante destacar al movimiento Ni una Menos como el factor clave de cambio y como articulador de una demanda que resultaba (y aún resulta) urgente. Este movimiento puso en marcha el reclamo por garantizar el derecho a la vida de las mujeres y por terminar con la violencia de género, siendo masivo el acompañamiento. A partir del Ni una Menos surgieron consignas que son guías que hacen notoria nuestra pelea. En su manifiesto de llamamiento al paro, el colectivo deja una frase que da sentido a nuestro porvenir y el camino que debemos trazar en esta lucha: “El movimiento feminista se ha convertido en caja de resonancia de toda la conflictividad social, tramando alianzas que rompen las jerarquías patriarcales, construyendo complicidad entre luchas, elaborando nuevas prácticas y lenguajes para la emancipación”.

Es necesario profundizar la lucha, para que de una vez por todas podamos cambiar la cultura machista que segrega, oprime y garantiza la injusticia.

Es urgente declarar la emergencia en materia de violencia de género en nuestro país, una mujer muerta cada 31 horas, niñas de 2 y 4 años brutalmente violadas, lo ameritan.

Este Paro Internacional de Mujeres es un nuevo llamado a la dirigencia política a prestar atención a un flagelo que debe ser parado cuanto antes.

Las mujeres hemos demostrado que la sororidad es nuestro impulso motor para la conquista de derechos, la ampliación de nuestras libertades y la forma de luchar con la rebeldía contra las injusticias y alegría de dejarle a la posteridad un mundo un poco mejor.

Por los motivos expuestos, solicitamos la aprobación del presente proyecto.