Expresar su más profunda preocupación y rechazo a la escalada de violencia que, en los últimos días, se ha desatado en la Franja de Gaza , haciendo un ferviente llamado a las partes a buscar una solución diplomática y negociada al conflicto bélico que garantice, en forma urgente, un cese de las hostilidades.

Declarar su más hondo pesar por la pérdida de vidas humanas y, en particular, la de civiles inocentes que habitan los territorios en conflicto.

Manifestar su adhesión a la posición adoptada por los Jefes y Jefas de Estado del Mercosur y hacer un llamado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a los líderes sociales y políticos de todos los países comprometidos con la paz para que exhorten a las partes a procurar una solución pacífica y duradera al conflicto, que considere el reconocimiento mutuo del Estado de Israel y el Estado de Palestina

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

Frente a la escalada de violencia que, en los últimos días, se ha producido entre Israel y Palestina considero una obligación ética y política adoptar una posición activa en favor del urgente cese de hostilidades entre las partes en conflicto.

Si bien aún es difícil evaluar la evolución de este drama bélico, es necesario realizar todos los esfuerzos que estén a nuestro alcance para colaborar en un llamamiento colectivo para alcanzar una tregua y retornar al camino del diálogo y la diplomacia.

La pérdida de vidas humanas, en especial de población civil, y la destrucción de infraestructura, vital para la sobrevivencia de quienes habitan ese territorio, podría potenciarse y transformarse en un desastre humanitario. Una inminente y dolorosa realidad, si se profundizan y masifican las acciones militares.

Si bien los primeros responsables del estado de guerra que se vive en la región, principalmente en la Franja de Gaza, son los dirigentes de uno y otro bando en conflicto que han puesto, por sobre cualquier otra consideración, sus propias necesidades políticas, es imperativo que todos los gobiernos y pueblos sensibles a la crisis humanitaria que se está desatando en la región, expresen activamente su rechazo a la violencia, y la urgente necesidad de que vuelva la cordura y la racionalidad. En este sentido el Congreso Nacional puede ser un portavoz legítimo y eficaz para representar este sentimiento colectivo.

Es urgente poner fin a esta escalada, teniendo en cuenta también que, de una y otra parte, se están movilizando una mayor cantidad de refuerzos militares, lo que supone la posibilidad de un incremento de las hostilidades y abre un horizonte de mayor incertidumbre sobre las consecuencias, siempre graves, ya no solo para la región sino también a nivel internacional.

La gravedad de las circunstancias ha generado la intervención en unos casos, y el pronunciamiento en otros, de distintas figuras de relevancia internacional. Tal es el caso del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien llamó al gobierno de Israel y al grupo islamista Hamas a trabajar para alcanzar un cese al fuego. Textualmente señaló en una declaración: "Me dirijo a la región para llamar personalmente a poner fin a la violencia y contribuir a los esfuerzos en curso para ese fin".

También los Jefes y Jefas de Estado del MERCOSUR han expresado "(...)su más firme condena a la violencia que se desarrolla entre Israel y Palestina que viene intensificándose en el transcurso de las últimas horas. Lamentan profundamente la pérdida de vidas humanas y manifiestan su preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza."

La Presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, a raíz de una comunicación que mantuviera con el presidente de la República Árabe de Egipto Mohamed Morsi, le trasmitía a su colega egipcio " (...) que el mundo entero debe comprometerse a que en el Medio Oriente deje de prevalecer la lógica perversa en la que las armas remplazan el camino del diálogo."

Muchas han sido las expresiones y voces que se han alzado a lo largo de todo el escenario internacional, llamando a un armisticio que dé la oportunidad de buscar una salida pacífica al enfrentamiento armado.

Por otra parte, es previsible también que la reanudación del conflicto armado paralice y retrase gravemente cualquier proceso de paz entre israelíes y palestinos. Estas negociaciones, particularmente los llamados Acuerdos de Oslo, si bien precarias, se verán afectadas en forma total o parcial por los últimos acontecimientos. Pero, de evolucionar la espiral de violencia desatada, el retroceso en las negociaciones puede ser definitivo.

Si bien la materia de este proyecto difiere de otras situaciones puestas a consideración de los legisladores, este Congreso Nacional ya se ha expresado unánimemente, durante el presente período de sesiones, a favor de la paz y la democracia.

Lo hizo mediante la Declaración de Ushuaia sobre la Cuestión Malvinas, donde suscribió que la República Argentina ratifica " Su (...) vocación por el diálogo y la paz respecto de la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes ."

También frente a la ruptura del orden constitucional en la República del Paraguay, el Congreso Nacional por consenso de ambas Cámaras, expresó su vocación democrática y respeto por los valores fundamentales de la vida humana.

Con estos antecedentes, estoy convencido de que todos los partidos políticos con representación parlamentaria, más allá de su posición frente al conflicto, aspiran a que prime el sentido común y bregan para que cese la violencia, que tantas vidas inocentes empieza a cobrarse.

Es por ello que, frente a las graves circunstancias descriptas, solicito a los Señores Legisladores me acompañen en esta iniciativa.