Expresar su beneplácito por el ingreso de la República Bolivariana de Venezuela al Mercado Común del Sur - MERCOSUR, oficializado el 31 de Julio de 2012 en la Ciudad de Brasilia, República Federativa del Brasil.

Señor presidente:

El 31 de Julio de 2012 quedó oficializado en la ciudad de Brasilia, Brasil, el ingreso formal de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur, con la participación de Dilma Roussef, presidenta del país anfitrión; Cristina Fernández, Presidenta Temporal del Mercosur y José Mújica, Presidente de la República Oriental del Uruguay.

El "Mercado Común del Sur", mejor conocido por su sigla como Mercosur, es una entidad creada el 26 de Marzo de 1991 en la ciudad de Asunción como un convenio contraído entre la República Argentina, la República Federativa del Brasil, la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay. Dentro de sus objetivos centrales se encuentra, "que la ampliación de las actuales dimensiones de sus mercados nacionales, a través de la integración, constituye condición fundamental para acelerar sus procesos de desarrollo económico con justicia social." Para ello, Mercosur propulsa el más "eficaz aprovechamiento de los recursos disponibles, la preservación del medio ambiente, el mejoramiento de las conexiones físicas, la coordinación de las políticas económicas y la complementación de los diferentes sectores de la economía, con base en los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio".

La incorporación de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur fue acordada entre los países miembros, el 4 de Julio de 2006, pero hasta ahora, no había podido concretarse debido a la negativa del Congreso paraguayo.

Con esta incorporación, Venezuela se convierte en el primer país admitido en el bloque regional, tras su creación en 1991 por los entonces mandatarios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, constituyéndose en el quinto miembro.

De este modo, el Mercosur agrandado cuenta ahora con un producto interno bruto de 3,3 billones de dólares, lo que lo convierte en la quinta economía mundial, fortaleciéndose y redoblando su apuesta al crecimiento sobre bases democráticas y populares, con fuerte presencia estatal. Incorporando además, un socio largamente empeñado en incursionar por terrenos opuestos al fracasado modelo neoliberal.

La incorporación de Venezuela termina de consolidar las estrechas relaciones preexistentes con un poderoso aliado estratégico en materia energética, al tiempo que pronostica un horizonte positivo para el crecimiento de las exportaciones argentinas con creciente valor agregado.

El ingreso de este nuevo miembro al Mercosur, abre un mercado que, en conjunto, representa alrededor de 270 millones de habitantes y abarca, aproximadamente, unos 12,7 millones de kilómetros cuadrados de territorio. Ciertamente, no solo para Venezuela, sino para el conjunto de países que integran hoy el Mercosur, esta realidad abre definitivamente las puertas a una mayor integración gradual de sus economías y en consecuencia, de sus relaciones comerciales.

Las cifras muestran que la creación del grupo regional permitió un crecimiento significativo del intercambio comercial entre los Estados miembros, un año antes de su surgimiento (en 1991), el flujo fue de 4.100 millones de dólares y en el año 2011 alcanzó los 104.900 millones de dólares.

La mayor integración conforma un ambiente comunitario más favorable a la adopción de estrategias comunes de desarrollo, aprovechando el mercado ampliado y un comercio intrarregional de productos manufacturados. Además se transforma la posición estratégica del Mercosur al extenderse desde el mar Caribe hasta el extremo sur del continente y el grupo se reafirma también como potencia energética global, tanto en recursos renovables como no renovables.

El ingreso de Venezuela al Mercosur representa un paso adelante en la integración de nuestra región y aporte relevante en la resignificación de este bloque continental originariamente creado como un mero espacio de intercambio comercial.

Alternativas como la CELAC, UNASUR, ALBA, ALBA de los pueblos, Petrocaribe, Banco del Sur y el MERCOSUR, son opciones de construcción de bloques internacionales de poder, que se concretan en una coyuntura de debilidad y enfrentamiento del sistema-mundo, abriendo oportunidades para rescatar los proyectos de liberación impulsados por San Martín, Bolívar y Morazán, y tantos mas luchadores y luchadoras en la construcción de nuestra patria grande.

La entrada de Venezuela abre una discusión sobre el alcance geográfico y geopolítico del MERCOSUR, convirtiéndose en un factor de estímulo para el ingreso de otros países, como ser el de los Estados asociados de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú como efecto directo de la tensión entre bloques tradicionales de poder y bloques emergentes. Ello permite, que realidades históricas importantes de Latinoamérica aúnen esfuerzos de soberanía e independencia esencial en este siglo XXI, que ya vienen siendo dibujados a través de la CELAC constituida en el año 2011. (Único Organismo intergubernamental de ámbito regional americano sin la presencia de Estados Unidos y Canadá).

Entre las capacidades que hasta ahora tenía el Mercosur se encuentra la de ser el mayor productor de alimentos en el mundo. Venezuela le suma a esa capacidad, otra cualidad no menos importante y es el acceso a compartir sus capacidades energéticas, particularmente sus yacimientos petroleros ubicados en la Franja del Orinoco, uno de los más importantes del mundo en estos momentos.

La economía latinoamericana en actual crecimiento, es un logro de los pueblos que cada día luchan por mejorar su calidad de vida. Acuerdos energéticos que permiten la utilización común de ríos que proveen de electricidad a innumerables poblaciones de distintos países; planicies que proveen alimentos, zonas selváticas y montañosas con grandes reservas ecológicas para la utilización de químicos y minerales. Países hermanos que intercambian su trabajo agregado, que juntos, poseen las reservas más importantes de petróleo y agua del mundo, entre una infinidad, hoy ya expuesta de ventajas estructurales de nuestras economías y comunidades.

Este salto estratégico se puede valorar en términos territoriales-espaciales, de integración de las fuerzas populares y partidos políticos, mediante mecanismos de organización y respuesta para defender los espacios conquistados como producto de las luchas del pueblo movilizado y organizado. Todo ello permite reorganizar y avanzar en procesos de soberanía (alimentaria, productiva, científica-tecnológica, energética, hídrica, mineral y cultural) que fortalezcan nuestras potencialidades ante futuros escenarios de intromisión y control por parte del gran capital trasnacional; como el evidenciado recientemente con las hermanas Repúblicas de Honduras y Paraguay.

Muy significativa ha dido la voluntad del Gobierno Nacional Argentino, junto a los demás países que integran el MERCOSUR, en la definición del ingreso como miembro pleno de la República Bolivariana de Venezuela.

Día a día los pueblos de América Latina dan muestras de mayor madurez en el entendimiento de sus propias realidades, en la definición de sus propias necesidades y en la articulación de sus propias voluntades y estrategias para sobreponerse al subdesarrollo, al hambre, a la pobreza y el atraso económico. Por ello, el fortalecimiento de América del Sur es la mejor contribución que el continente puede dar a la paz e igualdad, constituyendo una respuesta eficiente a la prolongada crisis del capitalismo mundial, protegiendo conquistas sociales y económicas logradas en la última década por los actuales gobiernos de la región, de los avances del neoliberalismo y de la protección de los intereses de la especulación financiera.

Por todo lo expuesto, Señor Presidente, solicitamos la aprobación del presente Proyecto.