Carlos Heller
Diputado de la Nación
UNIÓN POR LA PATRIA
Período: 10/12/2021 - 09/12/2025
PROYECTO DE LEY
Expediente: 5681-D-2012
Sumario: EMISION DE UNA ESTAMPILLA POSTAL CONMEMORATIVA CON LA IMAGEN DE LA LIBERTADORA TENIENTE GENERALA JUANA AZURDUY.
Fecha: 16/08/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 104
Art. 1: Dispóngase la emisión de una
estampilla postal conmemorativa con la imagen de la Libertadora Teniente Generala
Juana Azurduy.
Art. 2: El Poder Ejecutivo Nacional a
través del área que corresponda dispondrá lo necesario para hacer efectivo lo
dispuesto en el artículo anterior.
Art. 3: Comuníquese al Poder
Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El proyecto propuesto recupera la
iniciativa presentada por la Diputada mandato cumplido Cecilia Merchán bajo el
expediente N° 1337-D-2008.
A continuación se reproducen los
fundamentos incluídos en ese expediente, basados en la biografía de la Teniente
Generala.
Juana Azurduy, nació en el cantón de
Toroca en las cercanías de Chuquisaca, el 12 de julio de 1780, dos años después de
un hermano muerto prematuramente. Eso no era nacer en cualquier lugar ya que
dicha ciudad, que también recibía los nombres de La Plata o Charcas, era una de las
más importantes de la América española. Pertenecía al Virreynato del Río de La Plata
desde 1776, igual que el resto del Alto Perú, y en ella residían nada menos que la
Universidad de San Francisco Xavier, la Audiencia y el Arzobispado. Tal destino
geográfico influyó decisivamente en su vida. Ese año la ciudad de La Paz fue sitiada
por Tupac Catari y Bartolina Sisa, alzados en armas en apoyo a Túpac Amaru.
Fue hija de don Matías Azurduy y doña
Eulalia Bermudes. A la muerte de su madre primero y luego de su padre, su crianza
quedará a cargo de sus tíos junto a su hermana Rosalía. Su adolescencia será
conflictiva, ya que chocará con el conservadurismo de su tía, por lo que será
enclaustrada en el Convento de Santa Teresa. Durante su infancia su familia tiene
un buen pasar. Ella aprenderá el quechua y el aymará. Trabajará en el campo, en
las tareas de la casa, y se relacionará con los campesinos e indios.
En los claustros de primera se formaron
la mayoría de quienes protagonizaron la historia de las independencias argentina y
altoperuana. Entre nuestros próceres cabe nombrar nada menos que a Castelli,
Moreno, Monteagudo y otros.
Era una ciudad socialmente
estratificada, desde la aristocracia blanca que podía alardear de antepasados nobles
venidos desde la Península Ibérica hasta los cholos miserables que mendigaban por
las empinadas calles empedradas o mal subsistían del "pongueaje" en las
avaricientas casas señoriales. Entre ambos había sacerdotes, togados y
concesionarios de mitas y yanaconazgos enriquecidos fabulosamente con las
cercanas minas de Potosí, a pesar de que sus vetas de plata habían ido agotándose
con la explotación irracional que devoró miles y miles de vidas indígenas.
En la universidad circulaban las ideas
de los neoescolásticos españoles -Vitoria, Suárez, Covarrubias, Mariana-, que
prepararon el camino para la conmoción ideológica producida por la Enciclopedia
Francesa, y las ideas de Rousseau. Fue allí donde nacieron las demandas de
igualdad, libertad y fraternidad que comenzaron a conmover los cimientos de la
dominación española en sus colonias virreinales del sur de América.
Juana se rebelará contra la rígida
disciplina, promoviendo reuniones clandestinas, donde conocerá la vida de Túpac
Amaru y Micaela. Leerá la vida de Sor Juana Inés de la Cruz entre otros, lo que le
llevará a la expulsión a los 8 meses de internada. De regreso a su región natal,
conoce a Melchor Padilla, padre de su futuro marido, amigo de los indios y obediente
de las leyes realistas, quien muere lejos de su casa, en una cárcel porteña, acusado
de colaborar con otra rebelión indígena, en el año 1784. Ligados a la historia de la
resistencia alto peruana, estos hitos biográficos de Padilla ejercerán una enorme
influencia sobre su formación.
Manuel Padilla hijo, establece una
relación de profunda amistad con Juana. Éste frecuentó las universidades de
Chuquisaca y compartió con Juana, su conocimiento por la revolución Francesa, las
ideas republicanas, la lucha por la libertad, la igualdad, la fraternidad. Conoció los
nombres de: Castelli, Moreno, Monteagudo. El 8 de marzo de 1805 contrajeron
matrimonio, y tuvieron tres hijos: Marino, Juliana y Mercedes.
Gozaron de una buena posición
económica, pero Don Manuel como era criollo no pudo participar de cargos en el
cabildo. Con la caída de Fernando VII bajo la ocupación de Napoleón, el 25 de mayo
de 1809 se produjo la revolución de Potosí.
Manuel Padilla se sumó a la resistencia,
encabezó a los indios Chayanta y triunfó. Juró servir a la causa americana y vengó a
los patriotas fusilados en el levantamiento de La Paz. Unos años después el general
Vicento Nieto asumió la Real Audiencia, y condenó a la cárcel y a las mazmorras a
todos aquellos que participaron de los levantamientos, entre ellos Padilla.
Juana defendió con rebenque en mano
su propiedad ante los realistas. Al año siguiente de la Revolución de Mayo, Manuel
Padilla se unió a Martín Miguel de Güemes, fueron la pesadilla del ejército realista.
Doña Juana quiso acompañarlos pero estaba prohibida la presencia de mujeres en el
ejército.
Su casa fue confiscada y debió
ocultarse en la casa de una amiga. Manuel Padilla se enfrentó con las tropas
realistas utilizando el método de guerrillas, venció en varias oportunidades y su
nombre comenzó a convertirse en leyenda. Hacia 1813 los revolucionarios ocuparon
Potosí y Padilla fue el encargado de organizar el ejercito, tarea a la cual se sumó
ahora sí Juana.
Su ejemplo hizo que muchas mujeres
se sumaran a la gesta. "En poco tiempo, el prestigio de Juana Azurduy se
incrementó a límites casi míticos: los soldados de Padilla veían en ella la conjunción
de una madre y esposa ejemplar con la valerosa luchadora; los indígenas
prácticamente la convirtieron en objeto de culto, como una presencia vívida de la
propia Pachamama".
Luego de la derrota de Vilcapugio y
Ayohuma, la lucha se desplazó al nordeste de Bolivia, se le llamó la "Guerra de las
Republiquetas". Durante este tiempo el cacique Juan Huallparrimachi, músico, poeta
y descendiente de los incas, se unió a Juana Azurduy, fue su
fiel lugarteniente. En el mes de marzo
de 1814. Padilla y Azurduy vencieron a los realistas en Tarvita y Pomabamba.
Pezuela, el jefe del ejército español, puso todo su batallón a perseguir a la pareja de
caudillos.
Las tropas revolucionarias debieron
dividirse. Padilla se encaminó hacia La Laguna y Juana Azurduy se internó en una
zona de pantanos con sus cuatro hijos pequeños. Allí se enfermaron cada uno de sus
cuatro hijos, donde murieron Manuel y Mariano, antes de que Padilla y Juan
Huallparrimachi, llegaran en auxilio. De vueltas en el refugio del valle de Segura
murieron Juliana y Mercedes, las dos hijas, de fiebre palúdica y disentería. "Dicen los
biógrafos que comienza aquí la guerra brutal contra los realistas:
"Padilla es cruel, es sanguinario (...) La
guerra se ha desatado bárbaramente; ya no es la ley del Talión la que prima, sino
una ley más inhumana, por un muerto se exigen dos, por dos, cuatro", afirma
Gantier". "Juana Azurduy está nuevamente embarazada cuando combate el 2 de
agosto de 1814 con Padilla y su tropa, en el cerro de Carretas. Y Juana Azurduy
sufre ya los dolores de parto cuando escucha las pisadas de la caballería realista
entrando en Pitantora. Luisa Padilla, la última hija de los amantes guerreros, nace
junto al Río Grande y experimenta ahora en brazos de su madre los ardores de la
vida revolucionaria".
Un grupo de suboficiales quisieron
arrebatarle la caja con el tesoro de sesenta mil duros, el botín de guerra con el que
contaban para su supervivencia las tropas revolucionarias, y que Juana Azurduy
custodiaba con celoso fervor. Juana se alzó frente a ellos con su hija en brazos y la
espada obsequiada por el General Belgrano.
Feroz y decidida, montó a caballo con la
pequeña Luisa y, juntas, se zambulleron en el río. Lograron llegar con vida a la otra
orilla. La hija recién nacida quedó a cargo de Anastasia Mamani, una india que la
cuidó durante el resto de los años en que su madre continuó luchando por la
independencia americana.
En 1816 Juana y su esposo, quienes
tenían bajo sus órdenes 6000 indios, sitiaron por segunda vez la ciudad de
Chuquisaca. Los realistas lograron poner fin al cerco, y en Tinteros, Manuel Ascencio
Padilla encontró la muerte. Manuel Belgrano, en un hecho inédito, envió una carta
donde la nombraba teniente coronel. La cabeza de Padilla fue exhibida en la plaza
pública durante meses, ésta se convirtió en un símbolo de la resistencia. El 15 de
mayo de 1817 Juana al frente de cientos de cholos la recuperó.
Juana Azurduy intentó reorganizar la
tropa sin recursos, acosada por el enemigo, perdió toda colaboración de los
porteños. Juana decidió dirigirse a Salta a combatir junto a las tropas de Güemes,
con quien estuvo tres años hasta ser sorprendida por la muerte de éste, en 1821.
Decidió regresar junto a su hija de 6 años, pero recién en 1825 logró que el
gobierno le dé cuatro mulas y cinco pesos para poder regresar. En 1825 se declaró
la independencia de Bolivia, el mariscal Sucre fue nombrado presidente vitalicio. Este
le otorgó a Juana una pensión, que le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José
María Linares.
Esta carta fue escrita ocho años más
tarde de la muerte de Güemes, cuando vagaba pobre y deprimida por las selvas del
Chaco argentino:
"A las muy honorables juntas
Provinciales: Doña Juana Azurduy, coronada con el grado de Teniente Coronel por el
Supremo Poder Ejecutivo Nacional, emigrada de las provincias de Charcas, me
presento y digo: Que para concitar la compasión de V. H. y llamar vuestra atención
sobre mi deplorable y lastimera suerte, juzgo inútil recorrer mi historia en el curso
de la Revolución. Aunque animada de noble orgullo también.
"Uno de los pocos momentos de
felicidad fue aquel en que sorpresivamente Simón Bolívar, acompañado de Sucre, el
caudillo Lanza y otros, se presentó en su humilde vivienda para expresarle su
reconocimiento y homenaje a tan gran luchadora. El general venezolano la colmó de
elogios en presencia de los demás, y dícese que le manifestó que la nueva república
no debería llevar su propio apellido sino el de Padilla, y le concedió una pensión
mensual de 60 pesos que luego Sucre aumentó a cien, respondiendo a la solicitud
de la caudilla: "Sólo el sagrado amor a la patria me ha hecho soportable la pérdida
de un marido sobre cuya tumba había jurado vengar su muerte y seguir su ejemplo;
mas el cielo que señala ya el término de los tiranos, mediante la invencible espada
de V.E. quiso regresase a mi casa donde he encontrado disipados mis intereses y
agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi subsistencia; en fin
rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija que no tiene más patrimonio
que mis lágrimas; ellas son las que ahora me revisten de una gran confianza para
presentar a V.E. la funesta lámina de mis desgracias, para que teniéndolas en
consideración se digne ordenar el goce de la viudedad de mi finado marido el sueldo
que por mi propia graduación puede corresponderme".
El aporte de las mujeres fue
fundamental en la guerra gaucha. No solamente eran excelentes espías sino que
algunas de ellas, como doña Juana Azurduy de Padilla, comandaban tropas en las
vanguardias de las fuerzas patriotas.
Juana fue una estrecha colaboradora de
Güemes y por su coraje fue investida del grado de teniente coronel con el uso de
uniforme, según un decreto firmado por el director supremo Pueyrredón el 13 de
agosto de 1816 y que hizo efectivo el general Belgrano al entregarle el sable
correspondiente. Tres meses después, en la batalla de Viloma fue herida por los
realistas. Su marido acudió en su rescate y logró liberarla, pero a costa de ser herido
de muerte. Era el 14 de noviembre de 1816. Juana se quedaba sin su compañero y
el Alto Perú sin uno de sus jefes más valientes y brillantes.
Juana defendió a sangre y fuego el
avance español la zona comprendida entre el norte de Chuquisaca y las selvas de
Santa Cruz de la Sierra. Quedaron en el camino jefes notables, de un coraje
proverbial. Entre ellos hay que nombrar a Ignacio Warnes, Vicente Camargo, al cura
Idelfonso Muñecas y al propio Padilla.
Los Padilla lo perdieron todo, su casa,
su tierra y sus hijos en medio de la lucha. No tenían nada más que su dignidad, su
coraje y la firme voluntad revolucionaria. Por eso, cuando estaban en la más
absoluta miseria y un jefe español intentó sobornar a su marido, Juana le contestó
enfurecida: "La propuesta de dinero y otros intereses sólo debería hacerse a los
infames que pelean por su esclavitud, más no a los que defendían su dulce libertad,
como él lo haría a sangre y fuego".
Doña Juana terminó sus días olvidada y
en la pobreza, el día 25 de mayo de 1862 cuando estaba por cumplir 82 años. Sus
restos fueron exhumados 100 años después, para ser guardados en un mausoleo
que se construyó en su homenaje.
Cabe destacar que en el año 2009, la
Presidenta Cristina Fernández de Kirchner decretó el ascenso post mortem, al grado
de Generala, de la Teniente Coronela Dña. Juana Azurduy de Padilla. En marzo de
2010, la Presidenta argentina y el Presidente Evo Morales firmaron un tratado que
instituye el día del nacimiento de Juana Azurduy (12 de julio), como el "Día de la
Confraternidad Argentina-Boliviana".
Por todo lo expuesto, es que
solicitamos a los/as diputados/as que acompañen con su voto el presente proyecto
de ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
SABBATELLA, MARTIN | BUENOS AIRES | NUEVO ENCUENTRO |
JUNIO, JUAN CARLOS ISAAC | CIUDAD de BUENOS AIRES | NUEVO ENCUENTRO |
HELLER, CARLOS | CIUDAD de BUENOS AIRES | NUEVO ENCUENTRO |
RAIMUNDI, CARLOS | BUENOS AIRES | NUEVO ENCUENTRO |
HARISPE, GASTON | BUENOS AIRES | NUEVO ENCUENTRO |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
COMUNICACIONES E INFORMATICA (Primera Competencia) |
PRESUPUESTO Y HACIENDA |
Trámite en comisión(Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
28/05/2013 | ANÁLISIS DE PROYECTOS DE COMPETENCIA MIXTA | Aprobado por unanimidad en la parte de su competencia con modificaciones |