Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional a través de la Jefatura de Gabinete, del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y demás Organismos competentes informe sobre el estado de avance de la negociación que están llevando a cabo para la concreción del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), conforme al siguiente detalle:

a) Si el Gobierno Nacional ha decidido adherir a la Argentina al TPP.

b) Cuál es el estado de las negociaciones en relación al TPP.

c) Detalle los organismos y autoridades del país y del exterior con los que se mantuvieron reuniones en relación al TPP, como así también los alcances, contenidos, convenios, actos administrativos , y demás antecedentes vinculados con la negociación del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

d) Cuáles son a juicio del gobierno los beneficios políticos y económicos que supone su adhesión a este tratado y a que sectores favorece y en qué consisten esas ventajas.

e) Cuáles son las implicancias para la República Argentina en materia de políticas públicas incluyendo economía, salud, seguridad alimentaria, derechos humanos, soberanía legal y también respecto de los procesos de integración regional de los que forma parte.

Señor presidente:

El secretario de Comercio, Miguel Braun en su exposición del 7 de marzo del corriente, en Consejo Atlántico explicó que está entre los objetivos del gobierno de Mauricio Macri que el país ingrese al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés). Sin embargo, aclaró que no es la prioridad para este año. "Estamos buscando viajar más, asociarnos más y buscamos formar parte del Acuerdo Transpacífico eventualmente, considerando que va a llevar un tiempo". “Estamos esperanzados en ser parte del Acuerdo tarde o temprano. Obviamente va a tomar tiempo", aseguró Braun en Washington la semana pasada”. (El funcionario expuso en el Consejo del Atlántico, como muestra el video que fue publicado por Política Argentina).

El TPP es un acuerdo de libre comercio impulsado por los Estados Unidos para que los países miembros intercambien sus productos sin ningún tipo de arancel, pero además en el acuerdo se busca unificar una legislación sobre derechos de autor y patentes, la libertad en internet y otras cuestiones. Sus alcances afectan profundamente áreas sociales como la salud, la educación y el medio ambiente, especialmente de las poblaciones más vulnerables de la región. Asimismo puede involucrar un riesgo para nuestra soberanía como países independientes y democráticos al consagrar un poder sin precedentes a las empresas y corporaciones transnacionales y comprometer la regulación futura de cada país.

El ALCA, que básicamente era el primer tratado de libre comercio para las Américas, se fue gestando durante la década de los 90, con gobiernos latinoamericanos alineados con las políticas económicas de los Estados Unidos. En 2005 desde Mar del Plata se dijo que “No al ALCA”, y como no se logró consolidar el acuerdo, se creó un nuevo tratado.

El 3 de junio de 2005 se inicia el Acuerdo Estratégico Trans-Pacifico de Asociación Económica (o Acuerdo P4) a partir de un tratado de libre comercio firmado por Chile, Brunéi, Nueva Zelanda y Singapur. Desde 2008 hasta 2012 otros países se sumaron para un acuerdo más amplio aumentando el número de países a 12.

Si bien muchos de los países firmantes se suman a este proceso entre los años 2008 al 2012, incluyendo a los Estado Unidos, es esta potencia global quien lidera y promueve indisimuladamente este novedoso megatratado de libre comercio, lo que revela cuáles son sus prioridades estratégicas en esta etapa de sus desarrollo: la cuenca del Pacífico.

En octubre del 2015 en la ciudad de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, los doce países -Estados Unidos, Japón, Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam- acordaron un nuevo marco arancelario y normativo que incluye distintos sectores de sus economías. Se lo ha definido como el acuerdo de libre comercio más grande y ambicioso de la historia. Situados en zonas estratégicas de la cuenca del Pacífico, con una población de cerca de 800 millones de habitantes, estos países representan el 25% de las exportaciones globales y el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.

La firma del TPP tuvo lugar el 4 de febrero de 2016 en Auckland Nueva Zelanda por los Ministros y Representantes de los 12 países incluidos en el Acuerdo, que tienen ahora un plazo de dos años para ser ratificado por los parlamentos y realizar los cambios internos y modificaciones legales a efectos que el Acuerdo TPP entre en vigor.

A juicio de expertos y organizaciones sociales, el TTP afecta, entre otras dimensiones, la libertad de Internet, los derechos de autor, la protección de patentes o la salud, exigiendo a los países miembros adoptar normas laborales y ambientales, afectaría la seguridad alimentaria, obligaría a los proveedores a suprimir contenidos a instancias de los propietarios de los derechos de autor, proporcionaría protecciones legales más fuertes a las compañías farmacéuticas extendiendo las patentes de medicamentos y otorgaría a los inversores extranjeros una nueva forma de desafiar las leyes y las regulaciones nacionales, entre otros.

La Canciller argentina Susana Malcorra ya había expresado que “el ALCA no es mala palabra” abriendo las puertas a que el país se posicione a favor de firmar acuerdos similares. Resaltó que desde el Gobierno están "trabajando en abrir todos los canales de la Argentina hacia el mundo", y advirtió que "la firma de un tratado lleva tiempo y lleva preparación".

Con respecto a la llegada del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, la funcionaria aseguró que "indica que hay una prioridad puesta" sobre la Argentina, y dijo que "es un signo muy positivo". En ese sentido, resaltó que la visita del mandatario norteamericano "va a dar la oportunidad de hacer trabajos conjuntos" entre las dos administraciones, y hasta estimó que permitirá la llegada de inversiones. "Las inversiones vienen si hay confianza, y si la llegada del presidente Obama indica confianza, eso nos va a ayudar. Eso no quiere decir que las cosas van a pasar milagrosamente de un día para el otro. Todo esto es progresivo", sostuvo.

Cuando la canciller Malcorra propone desideologizar la política exterior del país, a la vez que expresa que el ALCA no es una mala palabra, no hace más que evidenciar que este aparente pragmatismo oculta que los lineamientos planteados por el gobierno están marcados ideológicamente por el neoliberalismo, que al no contemplar las asimetrías y los grados de desarrollo de cada uno de los países, el tipo de integración pretendida exacerba la desigualdad entre y hacia adentro de cada uno de los Estados.

El secretismo que rodea las negociaciones, que impiden conocer y analizar públicamente su contenido y las dudosas consecuencias de su aplicación, tornan al TTP una iniciativa cerrada, encubierta y antidemocráticas al excluir por completo, del debate y la opinión, a la ciudadanía y sus representantes como también a las organizaciones sociales, del trabajo y la producción.

Un tratado de esta magnitud debería negociarse con transparencia, con la máxima discusión pública posible y revisando exhaustivamente sus alcances e implicaciones, valorando los costos y beneficios a largo plazo de manera de salvaguardar los intereses nacionales, los procesos de integración regional y las relaciones internacionales con otros socios comerciales que no forman el TPP.

Si el efecto de las disposiciones del tratado va en dirección distinta al bienestar de la humanidad, estamos llamados a aceptarlas?. El Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (EG53) nos dice: “Así como el mandamiento de no matar” pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir “no a una economía de la exclusión y la inequidad”. Esa Economía mata”.

Señor Presidente, por todo lo expuesto es que solicito a mis pares, me acompañen en la aprobación de la presente iniciativa.