Ratificar la imperiosa necesidad de contar dentro de las carteras dependientes del Poder Ejecutivo Nacional con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, ya que una fusión del mismo con otra dependencia reduciéndolo a una Secretaria, implica quitar autonomía funcional y presupuestaria, como también restringir su potestad de planificación intervención y confección de políticas públicas en una relación directa con las diferentes Jurisdicciones.

Señor presidente:

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue un organismo público dependiente del Poder Ejecutivo Nacional de Argentina, creado el 10 diciembre de 2007 por iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su misión era orientar la ciencia, la tecnología y la innovación hacia el fortalecimiento de un nuevo modelo productivo basado en el principio de que el conocimiento es el eje del desarrollo, que favorece el progreso económico y social del país, genera mayor inclusión social y mejora la competitividad de la economía argentina.

Al asumir el Presidente Macri, reconoció este acierto de la anterior gestión y como señal de ello mantuvo en el cargo al Ministro Barañao.

El 3 de septiembre de 2018, el presidente Mauricio Macri degradó el ministerio al rango de secretaría dentro del Ministerio de Educación (renombrado Educación, Cultura y Ciencia y Tecnología), a cargo de Alejandro Finocchiaro. Los cambios se dieron a través del Decreto 174/2018 y anexos, dando lugar a una modificación del gabinete nacional que redujo de 22 a 11 la cantidad de Ministerios.

Sería superficial aseverar que el paso de Ministerio a Secretaría consiste en una mera degradación simbólica. Dicha transformación no sólo hace que las decisiones en Ciencia, Técnica e Innovación Productiva pierdan relevancia y especificidad, sino que disminuye en calidad y autonomía su capacidad de fijar políticas y controlar su ejecución. En los próximos meses habrá una parálisis administrativa por las readecuaciones de los organigramas afectados. Pasada la cual no se volverá luego al estado anterior: las áreas asimiladas en otro ministro se volverán indefectiblemente más lentas, con menos peso en la toma de decisiones y verán disminuida sensiblemente su capacidad de fijar, administrar y ejecutar su propio presupuesto.

Adicionalmente la sumisión de la del viejo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, en el “nuevo” Ministerio de Educación, Cultura y Ciencia y Tecnología reactivará los viejos vicios argentinos, no enteramente superados ni mucho menos, de investigación “intra-academia” y de espalda al sector productivo y de las necesidades del país.

Por ello, desde la convicción del decreto 174/2018 implica un claro retroceso del proyecto a de desarrollo a través del conocimiento, solicitamos a los Sres. Diputados, la adhesión al presente Proyecto.