Declaración de Emergencia del Sector Porcino

Artículo 1º - Declárase la Emergencia Pública económica, productiva y financiera por el término de doce (12) meses a la cadena productiva del Sector Porcino en todo el país.

Artículo 2°. - El Poder Ejecutivo Nacional deberá:

a) Poner a disposición de los productores y grupos de productores del sector porcino, líneas especiales de crédito a través de los Bancos Oficiales.

b) Establecer restricciones a la importación de carne de cerdo para que la misma sea la indispensable para cubrir la demanda no satisfecha por la producción local.

c) Establecer controles de trazabilidad sobre los productos de cerdo de origen importado para que los que ingresan como congelados no sean ofrecidos como productos frescos.

d) Establecer programas de fomento a la competitividad destinado a pequeños productores.

e) Convocar a una Mesa de Diálogo para la construcción de un Plan Porcino Nacional con los actores del sector, que contemple los aspectos productivos, económicos, impositivos, promocionales, de escala y de desarrollo.

Artículo 3°. – La Administración Federal de Ingresos Públicos arbitrará los mecanismos necesarios para la devolución de los créditos fiscales generados por el IVA técnico o saldo a favor de IVA que se originen por la aplicación de alícuotas diferenciales.

Artículo 4°. – El Poder Ejecutivo Nacional designará la Autoridad de Aplicación de la presente ley.

Artículo 5°. – La presente ley es de orden público.

Artículo 6°. – La presente ley entrará en vigencia luego de su promulgación. El Poder Ejecutivo Nacional podrá prorrogar por igual término la vigencia de la presente.

Artículo 7°. – El Poder Ejecutivo Nacional reglamentará la presente ley en el plazo de treinta (30) días.

Artículo 8°. – De forma.

Señor presidente:

La situación actual de los productores porcinos del país es crítica, en especial si consideramos a los pequeños y medianos productores. Distintos factores han configurado un escenario que, de continuar, podría provocar grandes daños a esta industria, por lo que es necesario tomar medidas con carácter urgente a fin de estabilizar la marcha del sector.

El cambio en el escenario productivo se originó tanto por factores naturales (sequías, inundaciones) como por medidas gubernamentales que desalientan la producción nacional, como la apertura indiscriminada de importaciones y la falta de controles en la comercialización de dichos productos importados, con los consecuentes riesgos sanitarios y económicos que trae aparejado: hoy muchos pequeños productores están considerando retirarse del mercado.

El desfasaje de precios de los insumos para la producción respecto del precio del cerdo en pie muestra una evolución desfavorable que hace que hoy cueste más producir que vender, sobre todo en los fragmentos de baja y media eficiencia de la industria, que alcanza a la mayor parte de los productores, responsables del 50% de la producción del país. El aumento del costo del cereal base de alimentación (maíz y soja) ha aumentado 40% desde diciembre de 2017, a lo que se debe sumar un aumento superior luego de la quita de retenciones a dichas commodities en 2016. A esto deben sumarse los insumos dolarizados y el fenomenal aumento de tarifas, lo que implica un combo mortal para productores sin capacidad financiera suficiente para resistir a la espera de una mejora de los precios de venta.

Como es de público conocimiento, la industria de la producción porcina ha crecido exponencialmente en los últimos años, acompañado de una mejora en la eficiencia y una mayor demanda. Esto ha permitido pasar de 4 a 17 kilos de consumo per cápita en los últimos 15 años. El crecimiento de la producción fue acompañado con el crecimiento de los productores, que a fines del 2015 superaban los 4.700, con la particularidad de que son productores exclusivos de cerdos, y no una actividad secundaria. En la actualidad, el sector tiene 4.600 establecimientos, 150 plantas de faena, 500 matarifes, 350 plantas de chacinados, generando 38.000 puestos de trabajo de forma directa y 35.000 indirectos.

En este sentido, los productores han demostrado su preocupación por la apertura de importaciones de cerdos, que ya no sólo ingresan para la elaboración de chacinados, sino que se ofrecen a la venta como “fresca”, luego de descongelada, lo que implica no sólo un riesgo para la salud de los consumidores sino también implica un riesgo sanitario grave debido a la posibilidad de propagación del Síndrome Disgenésico Respiratorio Porcino (SDRP).

El síndrome disgenésico y respiratorio porcino (SDRP o PRRS por sus siglas en inglés) es una enfermedad infecciosa viral severa de los cerdos con un alto impacto en la producción porcina por producir falla reproductiva, enfermedad respiratoria y elevada mortalidad, particularmente en lechones predestete. Afecta a todas las razas de cerdos y a todos los tipos de producciones.

La Argentina es un país libre de la enfermedad. La misma se encuentra ampliamente distribuida en el mundo, especialmente en aquellos países con importante desarrollo del sector porcino como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Holanda, Francia, Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, China, y la mayoría del sudeste asiático, además de casos detectados en Sudamérica.

Las características epidemiológicas de la enfermedad hacen que se caracterice por ser muy difícil de controlar y erradicar una vez que ingresa a una población, ya que no existe un tratamiento específico. Las medidas de prevención consisten en evitar el ingreso del virus, lo cual es dificultoso. En la mayoría de los casos se establece como endémica generando, además de las pérdidas productivas, altos costos de manejo y control.

Por los motivos expuestos es que solicitamos a nuestros pares nos acompañen en el presente proyecto.