En vísperas de un nuevo aniversario de la última y más sangrienta dictadura militar, esa que se instauro en nuestro país el 24 de marzo de 1976, expresar nuestro más sincero repudio al quebrantamiento del orden democrático Nacional y dejar asentado nuestro compromiso para que no vuelva a suceder.

Señor presidente:

Ningún 24 de marzo tiene que transcurrir sin que tomemos conciencia, o concienticemos a los más jóvenes que nacieron en democracia, esos jóvenes tienen que saber de las aberraciones que cometieron las fuerzas armadas cuando tomaron antidemocráticamente el monopolio del poder estatal.

Secuestros, torturas, desapariciones forzadas, apropiación de bebes, todas estas acciones eran parte de un plan sistemático y previamente planificado, el cual dejó un saldo final de más de 30.000 desaparecidos.

Cada golpe de estado que ha sufrido nuestro país no se podría haber llevado adelante sin el aporte activo de cierta parte de la población civil y pasivo de otra gran parte, la cual no tomaba dimensión de lo que significa realmente el quebrantamiento del orden constitucional. Por eso es fundamental inculcar, educar y concientizar a la población sobre la importancia de vivir en democracia, respetando al que piensa distinto y expresando pareceres y diferencias siempre en un marco de respeto, tanto a las personas como así también a las instituciones.

Por lo expuesto, solicito a mis pares que acompañen en el presente proyecto.