1º.- Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo incorpore dentro de la Curricula de Enseñanza de la integración latinoamericana, recordando especialmente en las efemérides escolares, el día 5 de noviembre de cada año en consideración a la política adoptada por los países de América Latina en favor de la integración regional, en ocasión de efectuarse la IV Cumbre de Presidentes y de la Tercera Cumbre de los Pueblos de la Américas realizadas en la ciudad de Mar de Plata, República Argentina, entre el 4 y 5 de noviembre del 2005.

2º.-Invítese a las Provincias a adherir a las disposiciones de la presente proyecto.

3º.- El Ministerio de Educación de la Nación coordinará con los Ministerios de Educación de las Provincias que adhieran a la presente ley, la incorporación de los contenidos referentes a la Integración de los Pueblos Latinoamericanos a la currícula escolar vigente en todos los niveles de los establecimientos escolares de gestión estatal y privada.

Señor presidente:

La unidad de las naciones latinoamericanas está presente desde el ideario libertario y es una tarea pendiente de aquellos ideales de mayo.

Desde San Martin y Bolívar, todos los próceres y líderes populares de nuestras naciones han enfocado sus objetivos en lograr esta tan ansiada unión.

No puede concebirse una verdadera libertad de nuestros países hasta que este objetivo se vea concretado.

Nuestras naciones, si bien tienen una diversidad cultural que las distingue, conservan una identidad similar en su génesis e historia, y padecen las mismas políticas imperialistas de las naciones que concentran el poder económico.

Incorporar la importancia de la unidad e integración latinoamericana y la identidad común de sus pueblos, es retomar por esa senda inicial en la que nos colocaron nuestros próceres; es poner en la agenda nuestra y de las nuevas generaciones una tarea que debemos concluir para conseguir nuestra definitiva independencia y borrar para siempre la equivocada idea que las dictaduras y las políticas liberales nos imponen haciéndonos creer que somos los "Europeos de América Latina" y que nada tenemos que ver con nuestras naciones hermanas y con los pueblos que en ellas habitan.

Debemos librarnos también de esta colonización cultural y colocarnos de nuevo en el verdadero mapa, y en esa tarea la cumbre celebrada en el año 2005 en la ciudad de Mar del Plata ha marcado un hito importante para la historia de la integración.

Por un lado los países de la región expresaron su rechazo al ALCA, y con ello a la política ideada por Estados Unidos de América y Canadá para lograr terminar de destruir nuestras economías, y por otro se comenzó un camino de integración latinoamericano.

El ex presidente Néstor Kirchner en la inauguración de la IV Cumbre de las Américas, expresaba: "Nuestros pobres, nuestros excluidos, nuestros países, nuestras democracias, ya no soportan más que sigamos hablando en voz baja; es fundamental hablar con mucho respeto y en voz alta, para construir un sistema que nos vuelva a contener a todos en un marco de igualdad y nos vuelva a devolver la esperanza y la posibilidad de construir obviamente un mundo distinto y una región que esté a la altura de las circunstancias que sé que los presidentes desean y quieren. Así que, les agradezco profundamente vuestras presencias en esta Cumbre, les agradezco profundamente la participación activa que tienen y, desde la Argentina, con absoluta responsabilidad y humildad, hemos querido dejar en claro cuál es la visión relativa que tenemos de la etapa y del tiempo que nos toca vivir".

Las consecuencias de la cumbre fueron la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), donde los jefes de Estado de las doce naciones de América del Sur firmaron el documento que procura la unión del Mercado Común del Sur (Mercosur), la Comunidad Andina de Naciones (CAN) a las que se suman Chile, Guyana y Surinam. De esta forma, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela dieron un paso importantísimo en un proceso que se inició en Cusco (Perú) con la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones, que se consolidó políticamente en la Cumbre de Mar del Plata en el 2005 y que se definió en la Isla Margarita (Venezuela) el 17 de abril de 2007.

Hoy la UNASUR es una realidad. Con su Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno; el Consejo de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores; el Consejo de Delegadas y Delegados y la Secretaría General y otros organismos complementarios, mostrando unida y coordinada a una región que cobija a más de 300 millones de personas, líder en la producción de alimentos y segundo en producción de energía y que cuenta con las mayores reservas de agua potable, de biodiversidad y vastos yacimientos de hidrocarburos.

Queda mucho para hacer en el marco de la integración, la que no solo debe ser económica y política sino que también tiene que haber una conciencia en sus pueblos de la identidad en común que nos une y de que el destino próspero y de libertad de nuestros países no podrá ser alcanzado sin la integración que nos de la fuerza necesaria para lograrlo.

No quedan dudas entonces que en las enseñanzas para las futuras generaciones tienen que estar presente las políticas de integración que reconozcan nuestra pertenencia y nuestros orígenes, como tampoco quedan dudas que los acontecimientos sucedidos en el contexto de la Cuarta Cumbre de residentes y de la Tercera Cumbre de los Pueblos de la Américas realizadas en la ciudad de Mar de Plata, República Argentina, entre el 4 y 5 de noviembre del 2005 marcan un punto de referencia fundamental en este proceso el que , tal como sirvió como el inicio para sentar las bases de integración, debe servir también para tomarlo como una fecha que no nos haga olvidar cual es el camino que debemos seguir.