Expresar su más profundo repudio por el asesinato de Diana Sacayán, líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA) y dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) quien fuera encontrada sin vida en su departamento del barrio de Flores el 13 de octubre pasado, solicitando a las fuerzas de seguridad y judiciales el pronto esclarecimiento del hecho.

Señor presidente:

Con máximo estupor recibimos en el día de la fecha, la noticia que daba cuenta del asesinato de Diana Sacayán, la referente principal de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA) y dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) quien fuera encontrada sin vida en su departamento del barrio de Flores.

Según las primeras informaciones, el cuerpo de Sacayán fue hallado por el encargado del edificio sito en avenida Rivadavia al 6700, en la tarde de ayer, alrededor de las 13 hs.

Los efectivos de la comisaría 38º de la Policía Federal y médicos del SAME que arribaron al lugar, constataron que la dirigente presentaba un puntazo en el cuerpo. El personal de la División Homicidios de la PFA se encontraba realizando los peritajes correspondientes para determinar las causas de la muerte así como los posibles rastros dejados por quien cometió el crimen.

Señor Presidente, la muerte de Sacayán se inscribe en un recrudecimiento de la violencia de género y transfobia. En efecto, cabe resaltar que se trata de la tercera mujer trans en ser asesinada en el país en los últimos treinta días. Su caso se suma a los de Marcela Chocobar muerta en un baldío de Río Gallegos y Coty Olmos asesinada de varias puñaladas en su casa de Santa Fe.

Diana Sacayán había recibido en 2012 su DNI de la mano de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Defendió su identidad de género autopercibida como mujer trans y también apoyó desde su lugar en el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) causas como el cupo laboral para personas trans en la cartera pública de la provincia de Buenos Aires.

Ese mismo año se había postulado como candidata a ocupar la Defensoría del Pueblo de La Matanza. También había trabajado en el INADI, en el programa de la diversidad sexual y fue colaboradora en el suplemento Soy, de Página/12, y en la revista El Teje.

Señor Presidente, esta muerte que repudiamos profundamente no puede quedar impune, máxime aún cuando se trata de una dirigente que llevó adelante una lucha inclaudicable por los derechos de una minoría históricamente perseguida y discriminada

Desde la Presidenta de la Nación quien pidió el pronto esclarecimiento de su muerte hasta el Secretario de Derechos Humanos bonaerense, Guido Carlotto, quien exhortó a la Justicia a que la investigación por el crimen se "inscriba en el marco de un femicidio", muchas fueron las expresiones de pesar y preocupación que se levantaron para condenar un nuevo caso de femicidio

Cabe recordar que esta Honorable Cámara en noviembre de 2012 aprobó en segunda vuelta y por unanimidad la ley que castiga los crímenes considerados de género, lo que incluye tanto a mujeres como personas trans. La pena indicada es la perpetua, mayor que la condena por homicidio, fijada entre 8 y 25 años, pero mantiene el mismo criterio que en los casos en que el homicidio tiene el agravante de tratarse del cónyuge.

Aquel proyecto había tenido media sanción de Diputados en abril de 2012, y en octubre, al pasar por el Senado sufrió modificaciones que devolvieron el expediente a la Cámara de origen. Diputados insistió en su propio proyecto ya que en. realidad el Senado no modificó el proyecto, sino que lo reordenó, y en ese reordenamiento se perdió el agravante por lesiones que luego fue reincorporado por Diputados.

Señor Presidente, es imperioso el esclarecimiento de su asesinato por lo que desde esta HCD exhortamos tanto a las fuerzas de seguridad como a las judiciales, intervinientes en la investigación, a que arbitren todos los recursos a su alcance para encontrar y someter a juicio al/los autor/es responsables de este luctuoso suceso.

La militancia consecuente de Diana Sacayan por los derechos de las personas trans no ha sido en vano. Su muerte, lejos de amedrentar los esfuerzos y la lucha de quienes confiaron y apoyaron su liderazgo, debe encontrar la comprensión y el respeto de una sociedad que ha madurado lo suficiente para saber diferenciar el trigo de la cizaña, una sociedad que valora a los dirigentes comprometidos con las transformaciones del porvenir y que no va a tolerar de ninguna manera un retroceso de las conquistas obtenidas..

Por todo lo expuesto, invito a mis pares, Señores Diputados de la Nación, a que me acompañen en el presente proyecto de Resolución, con su tratamiento y aprobación.