Expresar su preocupación en el 23° aniversario del atentado a la Embajada del Estado de Israel en Buenos Aires, por las 29 víctimas y sus familiares que no han podido encontrar respuestas en términos de verdad y justicia.

Asimismo, exhorta a la Corte Suprema de Justicia de la Nación a que realice los esfuerzos necesarios para llegar a una resolución sobre este aberrante crimen.

Señor presidente:

El 17 de Marzo de 1992 ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires uno de los atentados terroristas que conmovió la paz de nuestra sociedad en los albores de la década del ´90. Fallecieron allí 22 personas y 242 heridos fueron el saldo del estallido de un coche bomba en la sede de la Embajada de Israel que destruyó por completo el edificio ubicado en la Calle Arroyo 910 y 916 de nuestra Ciudad.

El dolor y la muerte han cruzado la historia de nuestra sociedad durante muchos años, sin embargo nunca en su historia nuestra nación había sido objeto de un ataque del terrorismo internacional con un objetivo concreto como la embajada de un país extranjero. No sería la última, claro está. Dos años más tarde el atentado más grande que haya tenido memoria la Argentina tuvo lugar el 18 de Julio de 1994, esta vez contra un objetivo nacional: la sede de la Asociación Mutual Israelita de la Argentina (AMIA) donde fallecieron 85 muertos y se registraron 300 heridos.

En vísperas de aquel primer atentado, corrían tiempos donde en medio oriente Estados Unidos libraba una nueva batalla contra sus enemigos circunstanciales en el Golfo Pérsico, y nuestro país, en la perspectiva del alineamiento automático con las potencias occidentes, colaboraba con el envío de tropas y armamento militar a ese lejano rincón del mundo.

Ese 17 de marzo, el país quedó sumido en un profundo estupor, miedo y conmoción por la voladura de la Embajada de Israel. La solidaridad y el acompañamiento a las familias de las víctimas provino desde el primer momento de vecinos y miembros de la comunidad que azorados por el estallido se apersonaron a la sede de la Embajada para acompañar a los socorristas en el centro de una Ciudad que se había convertido en un segundo en una zona de guerra.

La Argentina se había convertido de golpe en teatro de operaciones de la política internacional, en el marco de un escenario donde las potencias del mundo libraban una guerra por sus propios intereses económicos y geopolíticos: el petróleo y las posiciones estratégicas en el Golfo Pérsico. En efecto, los servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses fueron parte de las primeras investigaciones.

Desde el inicio de la causa judicial argentina, la investigación estuvo a cargo de la Corte Suprema por tratarse de una representación diplomática acreditada en la Argentina. Asumiendo la instrucción en ese entonces su presidente, Ricardo Levene (h), que se alejaría luego en 1995. Esta investigación del ataque a la embajada, no arrojó detenidos ni procesados hasta ahora, más allá de una condena genérica a la organización palestina denominada "Jihad Islámica".

Bajo estos antecedentes, recientemente el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró sobre dicho proceso asumiendo categóricamente la causa como "Cosa Juzgada". Como dijimos, nunca hubo un detenido, ni siquiera un sospechoso argentino que haya sido parte de la trama local del ataque. Y por supuesto nadie fue llevado a juicio, condenado o absuelto. La causa no está cerrada y lo reconoce la propia Corte en dos fallos, emitidos en 1999 y 2006 respectivamente.

De hecho, en una reciente misiva que dirigió el Canciller israelí, Avigdor Lieberman, a su par argentino, el funcionario afirma que "La continuidad de la investigación sobre los ataques terroristas contra la Embajada de Israel y el Centro Comunitario Judío AMIA es naturalmente de gran importancia para nosotros. Atribuimos gran significación a una conclusión de la investigación y a que los autores e instigadores de estos actos sean llevados a la justicia." Esto subraya la necesidad de concluir las investigaciones que aún hoy, tras más de 20 años no se han conocido nuevos avances en las investigaciones.

La propia Corte Suprema debió expresar en un documento realizado por Secretaría Judicial N° 3 de la Corte, una desmentida categórica a los dichos de su Presidente en el cual afirma que en la causa por el atentado a la Embajada de Israel se determinó la materialidad del hecho y la responsabilidad del Hezbollah en el ataque a la sede diplomática- y aclara que la investigación "continúa".

La comunidad judía en Argentina es una de las más numerosas de Latinoamérica y su compromiso con la paz y la justicia es el resultado de una lamentable historia de persecuciones y ataques que los llevó a emigrar a nuestras tierras. Una comunidad que en argentina ha sido parte fundamental de la construcción de nuestra nación, cuna de inmigrantes y trabajadores.

Desde esa tradición compartida, Argentina ha formado parte de la construcción de una región de paz, libre de guerra e hipótesis de conflicto con nuestros hermanos países limítrofes, ha consolidado un espacio que brega por la solución pacífica de los conflictos y es ejemplo internacional en el juzgamiento y condena a los responsables de crímenes de lesa humanidad. Este orgullo de la sociedad en su conjunto, debe ser el ejemplo ético y moral de las autoridades judiciales que tienen como responsabilidad máxima la investigación y esclarecimiento de los hechos que hoy conmemoramos.

Nuestro país necesita de una Justicia que permita salvar de la impunidad este hecho aberrante, para poder establecer finalmente la paz de aquellos que perdieron la vida y restablecer con nuestra historia, la justicia que todos los argentinos merecemos.

Como pueblo argentino, no debemos jamás dejar de bregar por la Memoria, la Verdad y la Justicia que definitivamente forman el sustento de un proyecto político de Nación que nos congregue. Perseguir la verdad es parte de una reparación histórica que el Estado argentino se debe para con los familiares y la ciudadanía en su conjunto.

Por todo esto, a 23 años de aquel triste y lamentable ataque, solicito a mis pares que acompañen esta declaración para recordar a las víctimas y continuar exigiendo el esclarecimiento judicial de dicho atentado.