Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo, a través de los organismos que correspondan, insten a las compañías aéreas y a los medios de transportes de larga distancia a brindar a los pasajeros información acerca de las medidas a adoptar a fin de evitar el mal de la trombosis venosa profunda, más conocido como el "síndrome de la clase turista".

Señor presidente:

Hace ya algunos años prestigiosos médicos han advertido sobre la existencia de la afección en los pasajeros de líneas aéreas y de transportes de larga distancia del denominado síndrome de la clase turista.

Por "Síndrome de la Clase Turista (SCT)" se conoce la formación de trombos en las venas de las extremidades inferiores, patología conocida como trombosis venosa profunda (TVP). Este síndrome se puede presentar debido a la poca movilidad de las piernas en espacios reducidos durante un largo viaje. En cualquier tipo de viaje superior a 4 horas, los pasajeros sufren el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en las venas de las extremidades inferiores dada la poca movilidad.

Generalmente, estos coágulos se diluyen solos, pero existe la posibilidad de que permanezcan sin haberse diluido. Es entonces cuando, el coágulo que circula por las venas hacia el corazón, puede obstruir los vasos pulmonares e incluso provocar una embolia pulmonar.

Los factores de riesgo son la obesidad, patologías cardíacas crónicas, medicación hormonal, antecedentes de trombosis venosas, el embarazo, la edad avanzada y el cigarrillo. En los casos de vuelos se agregan a los factores antes mencionados la deshidratación y la insuficiencia de oxígeno.

Los largos momentos de inmovilidad en un avión, en un ómnibus o en un auto pueden desencadenar la aparición de un coágulo mortal. Para evitarlo, los expertos advierten ahora que una de las mejores estrategias es moverse de a ratos o realizar ejercicios físicos en los asientos.

Ya en el año 2005 un grupo de médicos estadounidenses anunció la creación de un sistema para detectar el "síndrome de la clase turista", consistente en el desarrollo de coágulos debido a la inactividad física. Lo bautizaron con ese nombre debido a que el problema se ha manifestado en pasajeros de aviones que tienen que permanecer durante mucho tiempo inmóviles en un asiento incómodo.

Hace unos años en un artículo publicado en la revista The New England Journal of Medicine, los investigadores del Hospital Brigham de Boston (Massachusetts) señalaron que el sistema para detectar este síndrome ayuda a prevenir la aparición de coágulos que pueden ser fatales si llegan al cerebro.

En Gran Bretaña, ya en 2000 se habían detectado 40 casos, y dentro de estos algunos derivaron en la muerte de las personas que lo habían padecido.

El Dr. Branco Mautner cardiólogo de la Fundación Favaloro ya había manifestado que: "se trata de una enfermedad realmente extraña, que a veces puede ser mortal, pero que es fácilmente prevenible".

Para el profesor de educación física Fabián Alejandro D''Annunzio, "lo mejor es hacer ejercicios que mejoren la circulación y usar ropas cómodas, medias que no ajusten, estar descalzo y tomar mucha agua mineral durante el viaje". Mientras se está dentro del avión o de un ómnibus, hay que pararse y caminar un poco.

No es nuestra intención con esto alarmar a los usuarios de las líneas aéreas y de los transportes de larga distancia, lo que se pretende es informar correctamente a los pasajeros para que tomen las medidas preventivas eficientes.

Atento el tenor y la necesidad de prevenir este sindrome es que solicito a los Señores Diputados que me acompañen con el presente proyecto.