Vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, por intermedio del organismo que corresponda, con la finalidad de disminuir los accidentes de tránsito, profundice los controles, en especial a todos los medios de transporte público y recomendar la implementación en coordinación con las autoridades locales, de las siguientes medidas mínimas:

Instalar simuladores de manejo y exigir carga horaria necesaria en práctica a los conductores, en especial del transporte público.

Ejercer un estricto control de los vehículos y su perfecto estado mecánico para viajes en rutas.

Implementar una buena señalización de acuerdo a lo que la ingeniería vial recomienda en cada caso. (Ejemplo: guardarrails, reductores de velocidad, iluminación, corrección de trazados, señalización, áreas de descanso, etc.).

Realizar controles de alcoholemia en las rutas, y en las salidas de las Terminales de Omnibus y de Cargas y paradores de camiones.

Colocar en áreas críticas de controladores mecánicos y/o humanos para persuadir el exceso de velocidad, los sobrepasos indebidos y las maniobras peligrosas.

Implementar controles permanentes - Ministerio de trabajo y/o por intermedio de las fuerzas de seguridad- en el cumplimiento de las cargas horarias de los conductores de transporte de pasajeros.

Difundir por los medios masivos de comunicación las formas de prevenir los accidentes de tránsito, normativas de circulación, circunstancias y tramos de peligro, recomendaciones de manejo en situaciones de riesgo, etc..

Garantizar en los paradores y puestos de peaje el servicio de duchas gratuito para los transportistas y lugares de descanso.

Realizar controles necesarios y aplicar las sanciones respectivas para hacer cumplir las normas de tránsito.

Señor presidente:

Un estudio que acaba de realizar el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) estableció que la mayoría de los más graves accidentes de tránsito ocurridos en la última decada en las rutas argentinas fueron por sobrepasos mal hechos. Casi cuatro de cada diez desgracias se produjeron cuando un automovilista intentaba pasar a otro vehículo.

Lo primero que surgió del estudio fue que el 90% de los accidentes ocurrieron por lo que se denomina " factor humano". De ese porcentaje, el 41% por invasión de carril, el 19% por distracción (usar celular, encender un cigarrlo), el 16% por velocidad inadecuada, y el 24% otras causas.

Organismos internacionales como Naciones Unidas advienten el ascenso de los accidentes de tránsito como causales de muerte, ocupando el noveno lugar en 1990 y pronosticándose el tercer lugar para el año 2020, de donde surge que este flagelo lo sufrirán muchísimas personas en los próximos años.

La trascendencia que la problemática de los accidentes de tránsito ocupa para la humanidad, es de tal magnitud que constituyo el motivo exclusivo y excluyente de una Asamblea General Ordinaria de la Organización de Naciones Unidas en el año 2004.

Nuestro país no escapa a la tendencia mundial en materia de accidentes viales, según los datos oficiales, más de 7.500 personas murieron en Argentina durante el año pasado por causa de los accidentes de tránsito. Es posible asegurar que el nivel de mortalidad a causa del tránsito expone un problema en nuestro país, concreto e irrefutable constitutivo de una "endemia social" .

Considerando la "evitabilidad" del tema, tal magnitud de dolor, sufrimiento y dispendio económico, resultan absurdos, porque a diferencia de fenómenos naturales, el accidente de tránsito puede evitarse aplicando las herramientas idóneas para ello.

Los analistas en temas de seguridad vial, coinciden que la solución definitiva, es muy difícil alcanzar, sobre todo en un territorio extenso como el nuestro y con una estructura vial mayoritariamente obsoleta. Sin embargo coinciden en que con educación vial, mayor control sobre los automotores y conductores, más autopistas y autovías de doble mano con cruces a desnivel, mejorará notablemente los accidentes con muertes fatales.

Sin lugar a dudas, las herramientas recomendables para disminuir este tipo de accidentes con lesiones o muertes exigen tiempo e inversiones importantes, mientras tanto, se plantea recomendaciones en la parte resolutiva como un conjunto de medidas mínimas, para mitigar, parte de tanto daño y dolor.

El rol del Estado es imprescindible en esta materia, y es su deber hacer respetar las normas, aplicar sanciones y realizar las modificaciones necesarias para con este objetivo. No es posible pensar en el desarrollo de una sociedad que tenga amenazadas la vida y la integralidad física de sus miembros por causa de su movilidad. Los países más desarrollados han logrado incrementar su parque automotor y por lógica consecuencia, su desarrollo y crecimiento social, sin aumentar las muertes y lesiones de los usuarios de las vías de comunicación. Cabe aclarar, que en estos paises desarrollados los métodos de premios y castigos a los conductores son un motor esencial para la prevención, leyes estrictas, multas elevadas y perdida del permiso de conducir hacen que los individuos respeten las normas de tránsito y en consecuencia la vida e integridad del ser humano.

Por los motivos expuestos, solicitamos la aprobación del presente proyecto de Resolución.